Boogarins, una de las bandas de rock más representativas de nuestros tiempos, esperará a que la situación política en Brasil se calme para poder lanzar su nuevo álbum. Lo que sucede ahora en su país, dicen, “no es para festejar”.
Brasil atraviesa una vuelta a la tuerca en su historia, lo cual tendrá efectos en todos sus ciudadanos. Hasta el momento, Jair Bolsonaro, el candidato de extrema derecha que ha causado polémica internacional por sus comentarios misóginos y discriminatorios, parece que triunfará en su carrera por alcanzar la presidencia.
Y nos preguntamos por qué, por qué un país que luchó tanto por terminar con un gobierno militar quiere regresar a él. En esta ocasión nos acercamos a los Boogarins, una banda de rock brasileña, reconocida en todo el mundo, para que nos platicaran de la forma en que ellos, como músicos, viven el cambio por el que atraviesa su país.
Ahora estamos en el Desert Daze, el icónico festival de rock psicodélico fundado por Phil Pirrone, el guitarrista de la banda JJUUJJUU. Los Boogarins participaron en el segundo día del festival en el escenario principal y tocaron la mente y corazones de miles de espectadores que miraban boquiabiertos las largas y complicadas improvisaciones que sus cuatro integrantes realizaron durante una hora de concierto. Antes de su espectáculo, los acompañamos a comer un hot dog y unas papas a la francesa, y mientras recargaban pilas nos platicaron lo que sucede en su país y cómo afecta a su música.
Ynaiã Benthroldo es el baterista de la banda desde 2014; es un hombre en sus 30 y normalmente es muy reservado. Pero el tema de la política de su país enciende en sus ojos una pasión que no habíamos visto antes. “Es muy complejo lo que pasa en la política de Brasil porque somos un país muy nuevo en este proceso de la democracia”. Guarda silencio unos momentos y continúa con algo poco más personal: “Yo tuve la oportunidad de vivir un momento muy rico de transición de gobiernos de derecha a izquierda y déjame decir que muchas cosas cambiaron en la vida de las personas: oportunidades de estudiar en la universidad, escuelas para los pobres y mejores salarios en general. Muchas personas que no conocían Brasil comenzaron a hacerlo porque estaba creciendo y ocupando lugares importantes en el mundo”.
Todo suena muy bien, pero nuestra duda inicial sigue sin resolverse: ¿por qué entonces regresar a la extrema derecha? Ynaiã ríe: “El problema es que existe una élite y un sistema político que es viejo y nada flexible y no es sencillo cambiarlo. Muchas personas hicieron mucho dinero durante estos gobiernos de izquierda y comenzaron a convivir con otro tipo de gente que no conocían antes. La clase media se compró la idea de que ahora ellos son ricos y la cosa con las clases sociales es que siempre quieren tener a alguien debajo de ellos para sentirse más importantes”.
Y añade que la nueva clase media no quiere sentirse oprimida por los nuevos ricos: “Imagina que ahora los hijos de los policías y trabajadores domésticos comenzaron a estudiar la universidad, eso cambió mucho el modo de ser de la sociedad brasileña que tiene a personas muy ricas viviendo en barrios que están frente a una favela. Ahora regresa una vieja idea, un discurso muy confuso en contra de la corrupción, lo intentan vender como si los partidos de izquierda hubieran inventado la corrupción en Brasil”, concluye y se mira distante.
En las elecciones del 7 de octubre, 46 por ciento de los votantes del país votó por Jair Bolsonaro, pero al ser un país en el que existe la segunda vuelta y al no haber alcanzado ningún candidato el 50 por ciento de los sufragios, los brasileños tendrán la oportunidad de replantear lo que quieren para el futuro de su país. Al publicarse este número de Newsweek en Español, el 28 de octubre, los brasileños estaban en el proceso de votación.
“Ahora vamos a votar por un presidente que en los 30 años que estuvo de diputado no hizo nada para nadie más que para sus amigos. Su forma de hacer política es muy vieja. ¿Sabían que esta elección es la que tiene menos personas votando? Y es que muchos millones no están votando porque no se sienten representados por ninguna de las opciones. Al menos yo no votaré hasta que la forma de hacer la política cambie”, dice Ynaiã y da una enorme mordida a su hot dog.
Permanecer en Brasil y crecer no es una opción viable para los músicos de ese país, pues no hay suficientes espacios para tocar y la gente no está acostumbrada a gastar cantidades importantes de sus salarios en ver a bandas en vivo. Por estas razones, los Boogarins llevan en gira desde 2013. “Ahora vivimos de gira, empezamos tocando por Estados Unidos y después por Europa y no hemos parado porque incluso cuando llegamos a Brasil tocamos”, dice Dinho Almeida, guitarrista, cantante y fundador de la banda.
“Es una cosa buena, la verdad es que ahora que somos jóvenes tenemos la energía para hacerlo y no hay forma de dejar pasar una oportunidad así. En Brasil tratamos de hacer muchos conciertos, nos gusta mantenernos arraigados a nuestros orígenes, hacemos algunos grandes en festivales y otros pequeños para los que no pudieron comprar el boleto del festival”, agrega Dinho, quien tiene la sonrisa más contagiosa de los cuatro, y dice que ahora disfrutaría de pasar unos días en casa con su familia.
Los Boogarins visitaron México por tercera ocasión en 2018 para presentarse en el festival de rock Hipnosis. “Es increíble ver cómo, en pocos años, ha crecido mucho la escena del rock en México. Fue la primera vez que tocamos en México para un público tan grande, unas 10,000 personas, y a todas se les veía felices, disfrutando y bailando”, cuenta Ynaiã Benthroldo.
Sobre su música, los Boogarins tienen listo, grabado, mezclado y con el arte completamente terminado un nuevo álbum, pero la situación en su país los ha hecho esperar para el lanzamiento.
“Tenemos ya un álbum nuevo para ser lanzado en todas las plataformas digitales, pero estamos esperando el momento indicado para hacerlo. Creemos que ahora con todo lo que está pasando en Brasil es mejor esperar. Pero nos urge, ya tocaremos nuevas canciones en nuestro show”, concluye Dinho refiriéndose a su presentación en el Desert Daze.