Científicos han desarrollado un método “innovador” para atacar a las partículas tóxicas que producen trastornos cerebrales como la enfermedad de Alzheimer.
El equipo espera que los medicamentos desarrollados como resultado de su investigación puedan ser sometidos a ensayos clínicos dentro de tan solo dos o tres años, declaró a Newsweek uno de los investigadores. El equipo publicó sus hallazgos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America.
La enfermedad de Alzheimer es una forma de demencia en la que las neuronas mueren y se pierden tejidos en el cerebro. Conforme este se encoge, los pacientes experimentan síntomas como cambios de personalidad, pérdida de memoria y dificultades para realizar tareas cotidianas.
Esta enfermedad afecta a alrededor de 5.7 millones de estadounidenses, informan los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). El padecimiento se relaciona con la edad y es la quinta causa de muerte en las personas de 65 años o más. En 2016, había 49 millones de personas de 65 años o más en Estados Unidos, y los CDC esperan que esa cifra se duplique para 2060.
En el nivel molecular, la enfermedad de Alzheimer tiene que ver con la acumulación de grumos de proteínas peligrosas el cerebro, declaró a Newsweek Michele Vendruscolo, autor del estudio e investigador de la Universidad de Cambridge. Explicó que durante este proceso, se forman “partículas tóxicas pequeñas y solubles” que matan a las neuronas.
Vendruscolo y su equipo utilizaron “un enfoque innovador para el descubrimiento de fármacos” para desarrollar pequeñas moléculas que puedan desacelerar la formación de esas partículas tóxicas, señaló. El método utilizado por su equipo fue “el primero” en abordar directamente esas partículas y reducir “notablemente” su cantidad.
Hasta ahora, los investigadores han probado las moléculas en ensayos de laboratorio y en lombrices intestinales. “Ahora mismo, estamos en el proceso de probarlas en un modelo de ratones”, dijo Vendruscolo, y añadió que su equipo podría ver los primeros resultados de las pruebas clínicas dentro de apenas dos o tres años.
Aunque se han realizado cientos de ensayos clínicos en relación con la enfermedad de Alzheimer, hasta ahora, ninguno de ellos se ha dirigido a las partículas tóxicas que, según se cree, provocan esa enfermedad. “Aunque actualmente esa es la hipótesis más ampliamente aceptada, aún no ha sido demostrada”, añadió Vendruscolo. “Nuestras pequeñas moléculas proporcionan una poderosa vía para probar o desmentir esta hipótesis”.
Esta “novedosa” investigación podría proporcionar “una ruta más directa” para el descubrimiento de medicamentos que eviten la acumulación de proteínas que se observa en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer, declaró a Newsweek Jagan Pillai, neurólogo de la Clínica Cleveland, que no participó en el estudio. “Aún está por verse si también se pueden evaluar otros compuestos promisorios para otros trastornos [relacionados], como la enfermedad de Parkinson y la de Huntington”.
Nikhil Palekar, director médico del Centro de Excelencia para la Enfermedad de Alzheimer y profesor adjunto de psiquiatría en Stony Brook Medicine, calificó a estos hallazgos como “importantes”. Los tratamientos actuales “son mínimamente efectivos”, declaró a Newsweek, y “los intentos recientes para el desarrollo de medicamentos no han logrado mostrar ninguna mejora en los síntomas ni detener el avance de la enfermedad”.
Si bien los tratamientos contra el Alzheimer han provocado un reciente aumento en cuanto a la emoción y el interés provocados, añadió Pillai, se requiere urgentemente un estudio enfocado en desarrollar una cura sostenible.
La investigación es promisoria en la teoría, señaló Palekar, sin embargo, “debe traducirse en un desarrollo exitoso de medicamentos”. La compleja naturaleza de enfermedades como el Alzheimer podría hacer que esto resultara difícil, añadió. “La enfermedad de Alzheimer es un problema de salud pública enormemente importante, y millones de personas están afectadas en todo el mundo. No se puede exagerar la necesidad de más investigaciones dirigidas a alcanzar los objetivos terapéuticos”.
“Esperamos que nuestra investigación ayude a cambiar la opinión del público para dejar de considerar a la enfermedad de Alzheimer como una sentencia de muerte y hacerle frente como un trastorno curable o prevenible”, dijo Vendruscolo.