La NASA se prepara para llevar a seres humanos a la Luna por primera vez desde 1972. El organismo, junto con socios como Roscosmos y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), desea lanzar en 2022 la primera parte de una estación espacial que giraría alrededor de la Luna.
Los defensores del proyecto esperan que sirva como base para realizar vuelos a la superficie lunar y, en un futuro, a Marte. Sin embargo, la ambiciosa empresa, conocida con diversos nombres como Portal del Espacio Profundo, Plataforma-Portal Orbital Lunar, o simplemente Portal, no ha dejado de generar controversias.
Los críticos afirman que es innecesaria e incluso peligrosa. No obstante, sus defensores señalan que es un paso crucial para la exploración espacial por parte de los seres humanos. Y para un gobierno obsesionado con reafirmar la “grandeza” de Estados Unidos, la posibilidad de volver a la Luna es una poderosa prenda política.
La astronauta Samantha Cristoforetti es representante de la tripulación del Portal. Siendo la primera mujer italiana en el espacio, la ex piloto de combate pasó casi 200 días en la Estación Espacial Internacional (EEI) de 2014 a 2015, un récord de permanencia en el espacio para cualquier astronauta de la ESA.
Además de investigar cómo se comportan en el espacio las moscas de la fruta, los platelmintos e incluso las células humanas, Cristoforetti se hizo famosa por preparar el primer café expreso en la EEI.
Desde que volvió a nuestro planeta, ha abordado su carrera con los pies en la tierra, pasando de ser una viajera espacial a convertirse en directora con una función en el Centro Astronáutico Europeo. Ella habló recientemente con Newsweek sobre los desafíos que enfrenta el Portal y de cómo se siente tras haber estado en el laboratorio más alto que existe para trabajar en una oficina firmemente anclada al piso.
(La entrevista de Newsweek con Cristoforetti fue editada por razones de espacio).
¿Cómo se compara tu trabajo aquí en la Tierra con tu labor como astronauta? ¿Extrañas el espacio?
No soy alguien que suela extrañar las cosas. Si mañana me dicen que puedo ir de nuevo al espacio, por supuesto que estaré feliz de dejar lo que estoy haciendo ahora para comenzar a entrenar. Pero esto no significa que me levante por la mañana y lo extrañe. Esa no es mi actitud.
Tengo la suerte de haber realizado tareas realmente interesantes desde que volví. Muy desafiantes. Son cosas que nunca había hecho, ¿sabes? Como manejar los presupuestos. Son cosas tan mundanas que muchos de nosotros las hacemos, pero yo no tenía ninguna experiencia con ellas.
En el entorno de donde vengo, ya sean los vuelos militares o espaciales, uno recibe un muy buen entrenamiento. Te superentrenan para realizar esas tareas sin errores. Pero cuando te incorporas a un entorno organizacional y tienes que dirigir a personas, no recibes un entrenamiento muy específico, y aun así, tienes que saber cuál es la respuesta, o qué es lo que tienes que hacer. Es un reto muy diferente. Yo diría que, para mí, es probablemente el mayor desafío.
¿Cuál es tu función en el Portal?
Soy representante de la tripulación del proyecto Plataforma-Portal Lunar Orbital. Es una estación espacial que se construirá alrededor de la Luna a principios de la década de 2020. Cuando se trata de vuelos espaciales con seres humanos, siempre es deseable que participen astronautas, de manera que puedan dar un poco de perspectiva a la futura tripulación, así como a los usuarios y a los operadores. Apenas estoy comenzando, apenas estoy familiarizándome con el tema.
¿Cuáles son los objetivos principales del proyecto?
Podemos verlo desde muchos puntos de vista. Está planeada como una base alrededor de la Luna desde la que se podrán realizar de manera flexible distintas misiones. Desde luego, será posible hacer experimentos científicos a bordo, y se podrá observar el entorno que rodea la Luna.
Es un poco como un intermediario, el siguiente paso en la exploración. Se puede usar como una base para misiones hacia la superficie de la Luna, misiones robóticas y, en un futuro, misiones humanas. Un día, servirá como punto de inicio para misiones hacia Marte, pero esto no ocurrirá en los próximos 10 años.
Se trata de un paso natural en la exploración, y permitirá la realización de distintos avances.
¿Cuáles crees que serán los mayores desafíos para el proyecto?
Estamos acostumbrados a que una estación espacial sea muy grande; tenemos el lujo de contar con una gran masa y volumen en la EEI porque no está tan lejos y se ha construido durante muchos años. El Portal tendrá que construirse con un enfoque, digamos, más eficiente. Es mucho más difícil y costoso lanzar cosas a la órbita lunar que a una órbita terrestre baja, así que tendremos que hacer un uso mucho más eficiente del espacio disponible.
Sin embargo, al mismo tiempo, se necesitan cosas como la protección contra la radiación. Esto no es tan necesario en la EEI, ya que se encuentra dentro del cinturón de Van Allen, y está protegida de los rayos cósmicos y de los eventos solares violentos. El ambiente es mucho más peligroso para el Portal. Desde el punto de vista de la ingeniería, será muy desafiante asegurarse de que hagamos mucho más con mucha menos masa, menos volumen y menos energía, pero ya sabes, la tecnología ha evolucionado desde que comenzamos a viajar a la EEI.
En el futuro, nos gustaría probar sistemas de soporte vital de ciclo cerrado para que podamos usarlos en Marte. El Portal será utilizado para probar tecnologías sólidas de soporte vital. No conocemos el futuro. No tenemos nada de esto ahora mismo. Lo que sí tenemos no es lo suficiente sólido para usarlo en las misiones a Marte.
Esos son nuestros mayores desafíos, y estoy segura de que habrá muchos más.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek