Debido a la violencia imperante en el país y en la entidad, la seguridad pública debe ser uno de los temas medulares en las agendas de las nuevas administraciones municipales.
En entregas pasadas ya se ha dado cuenta del cambio en lo que podría denominarse como “la geografía de la violencia” en nuestro país, y se ha mostrado cómo, de manera acelerada, el número de homicidios cometidos, mayoritariamente por las bandas del crimen organizado, han transitado hacia “nuevas plazas”, señaladamente Guanajuato y Baja California Norte, las cuales, desde noviembre de 2017 comenzaron a aparecer en los primeros lugares en el número de homicidios dolosos y cometidos por arma de fuego en el país.
Los datos del Secretariado Ejecutivo indican, en ese sentido, que de los 24,501 homicidios que se han cometido en el primer semestre en el país, 2,526 han sido perpetrados en el estado de Guanajuato, es decir, en este estado vive 4.5% de la población nacional, pero se concentra el 10.56% de los homicidios totales del país. En este contexto de violencia, las tasas de víctimas de delitos por cada 100 mil habitantes registradas al cierre del año pasado representan la magnitud de los retos que asumirán en la materia quienes encabezarán las nuevas presidencias municipales. Con base en ellas, en coordinación con la administración estatal, deberán formular estrategias que garanticen la disminución de los niveles
delictivos en sus demarcaciones.
En Guanajuato, la tasa de víctimas por cada 100 mil habitantes registrada al cierre de 2017 fue de 1,995, cifra mayor por 535 registros respecto del indicador nacional, que para esa fecha fue de 1,460 víctimas. Esta tasa era de 1,449 en 2012, y durante 2014 tuvo un fuerte repunte al llegar a 1,631; posteriormente, y pese a que en 2015 registró un notable estancamiento, al ubicarse en 1,646, desde 2016 ha incrementado, hasta llegar a su punto máximo a finales del año pasado.
Tasa de víctimas de delitos por cada 100 mil habitantes, Guanajuato
(2011-2017)
En el estado hay 15 municipios con una tasa de víctimas por cada 100 mil habitantes que es mayor a 1,674. Todos ellos se concentran en una “franja de violencia” que atraviesa al estado verticalmente.
En otros 15 municipios este indicador se encuentra en un rango que oscila entre 1,072 y 1,673 víctimas, mientras que, en los restantes 16 la cifra es inferior a 1,672.
Los cinco municipios más violentos del estado son Guanajuato, Irapuato, Salamanca, Pueblo Nuevo y Apaseo el Alto. En cuatro de ellos, los candidatos para presidentes municipales del Partido Acción Nacional (PAN) obtuvieron el triunfo electoral durante los pasados comicios del 1 de julio, mientras que en Salamanca, la coalición conformada por Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Encuentro Social (MORENA-PT-PES) obtuvo el triunfo.
Los más violentos
El PAN obtuvo la mayoría de los votos en 25 ayuntamientos de los 46 que tiene el estado, es decir, en 54% de ellos. De ese total, 13 municipios se encuentran entre los 20 más violentos del estado, con una tasa superior a las 1,440 víctimas de delitos por cada 100 mil habitantes.
(Tasa de víctimas por cada 100 mil habitantes al cierre de 2017 y partido o coalición ganadora de cada alcaldía municipal en los comicios de 2018)
Los mayores retos de cada uno
El PAN obtuvo la mayoría de los votos en 25 ayuntamientos de los 46 que tiene el estado, es decir, en 54% de ellos. De ese total, 13 municipios se encuentran entre los 20 más violentos del estado, con una tasa superior a las 1,440 víctimas de delitos por cada 100 mil habitantes.
El municipio capitalino de Guanajuato es donde se registra la tasa más elevada de víctimas, con 3,220 casos por cada 100 mil habitantes, lo que significa un incremento de casi 1,889 casos respecto de los registrados en 2012.
Le sigue Celaya, municipio con una tasa de 2,869 víctimas; cerca de esa cifra se encuentra Irapuato con una tasa de 2,860 víctimas y Silao, con 2,551 víctimas por cada 100 mil habitantes.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ganó en 11 municipios, de los cuales dos se encuentran en el rango más alto de violencia: San Fernando del Rincón y Purísima de Rincón, que tienen una tasa de 1,822 y 1,808 víctimas de delitos respectivamente.
Por su parte, la coalición MORENA-PT-PES ganó en solo cuatro municipios. Entre ellos, gobernará en Salamanca, cuya tasa de víctimas asciende a 2,284 por cada 100 mil habitantes, y se encentra dentro de la franja de violencia que azota Guanajuato.
Destaca que en Apaseo el Grande, uno de los dos municipios en donde ganó el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), con una tasa que asciende a 2,196 es el sexto más violento del estado.
Por su parte, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) ganó en dos municipios (Moroleón y Santa Cruz de Juventino Rosas) donde esta tasa promedia 1,105 víctimas, mientras que, el partido Nueva Alianza únicamente obtuvo el triunfo en Villagrán, el cual registra una tasa de 1,894 víctimas, la décima más alta del estado.
¿Dónde ha crecido más la violencia?
Los municipios en los que más incrementó la tasa de víctimas por cada 100 mil habitantes entre 2012 y 2017 fueron Guanajuato, Irapuato, Salamanca, Pueblo Nuevo y Apaseo el Alto, tres de ellos (Guanajuato, Irapuato y Salamanca) coinciden con los más violentos.
Destaca que Guanajuato es el municipio en que más incrementó esta tasa, ya que en 2017 fue de 1,189 víctimas más que en 2012. En Irapuato, por su parte, durante el mismo periodo el incremento fue de 1,011 víctimas, cifra que posicionó a esta demarcación como la tercera más violenta del estado.
En los municipios de Salamanca y Pueblo Nuevo se observó un incremento de 972 y 941 víctimas de este indicador respectivamente. En estos municipios, destaca el aumento en las víctimas de delitos de alto impacto como las lesiones, que, comparadas con 2012 registraron incrementos superiores a 77 víctimas por cada 100 mil habitantes hacia el cierre de 2017, y los homicidios, cuyo incremento en el mismo periodo fue superior a las 48 víctimas.
Asimismo, en Apaseo el Alto, el delito de alto impacto que registró mayor incremento fue el de homicidios, que pasó de registrar una tasa de 23 víctimas por cada 100 mil habitantes en 2012 a 90, en 2017.