Esa es la apuesta de LIBROSVIVOS, donde actores escenifican destacadas obras literarias.
”Cien años” se siente nostálgico. Sentado en una mesita junto a algunos de sus no tan exitosos hermanos como “Veronika”, “El cólera” y “Mis putas tristes” se prepara para celebrar su cumpleaños número 50 rodeado de sus contemporáneos y amigos. Antes de comenzar la fiesta, “Cien años”, como le dicen sus amigos para evitar problemas de derechos de autor, habla de lo que ha visto y vivido en esos 50 años: lo han leído bajo el agua, ha estado en manos de personalidades notables del mundo y, también, alguien se ha atrevido a utilizar una de sus hojas para limpiarse en el baño al darse cuenta de que no había papel.
Como parte del proyecto LIBROSVIVOS, el actor y director Rodrigo Murray da vida a Cien años de soledad y en un monólogo de unos 40 minutos nos cuenta lo que le duele, lo que lo emociona, lo que ha vivido y lo que cree que le espera en el futuro. “Cien años” se encuentra un poco molesto con su padre, Gabriel García Márquez, quien luego de la fama que obtuvo con su quinto hijo, siguió intentando crear otro igual de exitoso.
José María Arreola, Chema, es el creador de LIBROSVIVOS. El músico y escritor —que ha sido parte de las bandas La Barranca, Monocordio y San Pascualito Rey— con este proyecto pretende acercar la literatura a las personas desde un lugar que no había sido explorado.
Charlamos con él en la terraza del Instituto Mexicano para la Justicia, que en su enorme espacio en Coyoacán alberga la casa LIBROSVIVOS, la cual a ratos sirve de oficina y a ratos como espacio para talleres y conferencias.
“El origen fue el Vive Latino de 2014, yo estaba trabajando en el festival y propuse realizar un espacio que uniera la literatura y la música. Junto con la librería Gandhi generamos un escenario en el que montamos una biblioteca y un espacio para 2,000 personas. A ese proyecto lo llamamos Rock & Libros y fueron cuatro días en los que invitamos a músicos que escriben y escritores que hacen música. El último día invitamos a Juan Villoro y a músicos de Caifanes para que encontraran la banda sonora de un libro de Villoro, no queríamos musicalizar la obra, era algo más cinematográfico”.
Arreola se ve satisfecho con el resultado, el esfuerzo fue tan alabado por el público que Villoro y Caifanes hicieron la gira “Mientras nos dure el veinte” durante casi dos años en la que el primero leía fragmentos de su obra Tiempo transcurrido y los segundos tocaban el soundtrack del texto.
De ahí surgió la idea de LIBROSVIVOS: una plataforma que propone que actores se conviertan en libros y puedan generar nuevas experiencias al despojar a la literatura de ese halo de seriedad para conseguir volverla asequible a cualquier persona.
“No estamos hablando del contenido del libro, porque creemos que el libro vive a pesar de su contenido, como los seres humanos vivimos a pesar de nuestro ADN y nuestra historia personal. El hecho de que la familia Macondo habite Cien años de soledad no implica que el libro esté en contraposición con su padre (Gabriel García Márquez). Además, como cumplió 50 años y tiene una especie de crisis de mitad de vida, es políglota, ha estado en todas las fiestas importantes del mundo, pero también en la montaña rusa y lo han llevado a la guerra. Es un libro así de importante. Desde esa perspectiva te das cuenta de que hay una dramaturgia interesante. Y menciono Cien años de soledad porque es el que estamos haciendo ahora”, explica Chema. Y de inmediato precisa: “Si no has leído el libro, mejor”.
El proceso escénico comienza cuando LIBROSVIVOS le propone al actor o actriz el libro que deberá interpretar. Lo hacen por medio de un libro falso que contiene una investigación sobre el real y una carta en tono mágico que lo invita a explorar direcciones distintas a la trama originalmente escrita. Ahí se explican los problemas y virtudes que podría tener el personaje.
Chema ejemplifica el contenido de dicho paquete: “Al actor que va a representar la obra le decimos que le debe doler la página 33, que debe de estar en contra del prólogo y que está en una biblioteca, pero queremos que nos cuente cómo llegó ahí”. Una vez que el actor ha aceptado, entran en juego las otras piezas del engranaje: el equipo del actor, el director y el dramaturgo, quienes convertirán este proyecto en un espectáculo.
“Al dramaturgo y al director les pedimos que el monólogo sea muy práctico de manejar, que se utilicen pocos recursos en el escenario para que el foco sea un actor convertido en libro, además de las circunstancias dramáticas que puedan surgir”.
Los participantes son distintos en cada proyecto para que siempre haya ideas nuevas y frescas y se escogen, en conjunto, entre el actor y el equipo de LIBROSVIVOS.
LOS 50 DE CIEN
Hace un año que LIBROSVIVOS decidió comenzar con el proyecto de Cien años de soledad. Empezar con un libro de esa talla parecería algo complejo, pero Chema y su equipo descubrieron que “mientras más famoso el libro, más sencillo personificarlo porque hay demasiada información… lo dividimos en cinco décadas y hablamos de todo lo que ha visto el libro en esos 50 años que curiosamente han definido lo que somos ahora: la llegada del hombre a la luna, los Beatles, la caída del muro de Berlín, Cuba. Fue un gran pretexto para amarrar el mundo a través de un libro que lo ha visto todo y que además es, por sí mismo, un mundo inagotable”.
Motivar leer de una forma lúdica es lo que consigue este nuevo proyecto. Chema cuenta que, después de presentar este monólogo en Guadalajara, Zacatecas, Los Ángeles, Bogotá y Ciudad de México, se produjo un asombro generalizado. “Les sorprende primero el hecho de ver un libro que está caminando y que te encara. Y segundo, les produce esta sensación de ganas locas de ir corriendo por el libro; entonces, sin quererlo, acabamos haciendo una promoción a la lectura a través de una praxis escénica”.
Después de llenos totales en auditorios como el Lunario de Ciudad de México y el Teatro Nacional Fanny Mikey de Bogotá con el monólogo Cincuenta de cien… reflexiones de un libro en soledad (nombre que escogieron para la puesta en escena de Cien años de soledad), el equipo de LIBROSVIVOS y sus colaboradores están trabajando en otros espectáculos.
Hay uno más familiar con Francisco Hinojosa y la orquesta Basura haciendo la banda sonora de La peor señora del mundo, para Rock & Libros (este proyecto es parte de LIBROSVIVOS y su objetivo es hacer bandas sonoras de obras literarias); otro proyecto para convertir Confabulario en un monólogo, aprovechando que es el centenario de Juan José Arreola —y así Chema puede homenajear a su abuelo—; y otro que retomaría un recetario de Diego Rivera y Frida Kahlo. “Los libros, las novelas y los cuentos son más fáciles de representar, pero también un recetario tiene algo que decir”, agrega Chema al hablar de los planes a futuro de esta plataforma que también vive en la web (www.librosvivos.com.mx)
LIBROSVIVOS no se queda solamente en darle personalidad a los libros, también pretende hacer este esfuerzo por medio de distintas disciplinas. “Se nos antoja convertir libros en muchas otras cosas: un ejemplo extremo es que un diseñador de modas haga una colección en torno a El llano en llamas y que, de igual forma, se pueda convertir en un hecho gastronómico, en botellas o muñecos. Hay muchas cosas que pueden funcionar en torno a la literatura y que la hacen más amable”.