No todos los días hay una boda real y esto los comerciantes lo saben, es por eso que se han comenzado a vender todo tipo de locuras al respecto: desde café con la cara de los novios hecha con espuma, hasta preservativos conmemorativos del evento.
Uno de los ejemplos más singulares ha sido el de un barista en la panadería y cafetería de Heidi en Windsor, quien está haciendo cafés especiales llamados ‘Megharryccino’ (una mezcla entre el nombre de Meghan y Harry), imprimiendo una imagen del Príncipe Harry y Meghan Markle sobre la espuma para celebrar la próxima boda real.
Los comerciantes británicos han depositado grandes expectativas en la boda del príncipe Enrique de Inglaterra y Meghan Markle, que les permitirá vender platos, tazas, cervezas y hasta preservativos, de acuerdo a AFP.
Sólo unas pocas horas después del anuncio de su boda en noviembre 2017, la joyería en línea Jewlr.com lanzó una réplica del anillo de compromiso y la empresa de cerámica Emma Bridgewater anunció la venta de una taza conmemorativa “Enrique y Meghan están comprometidos”.

También se ha creado una gama oficial de vajilla, que se fabrica en Stoke-en-Trent según una técnica de hace 250 años, y que incluye desde la taza de café (a 25 libras la unidad, 29 euros, 36 dólares) al plato (49 libras), sin olvidar la jarra de cerveza (39 libras).
Los beneficios de esta vajilla irán al Royal Collection Trust, la fundación responsable de la conservación del patrimonio real.
Frente a estos productos tradicionales, algunos tratan de distinguirse por su originalidad ante la boda del 19 de mayo.
Por ejemplo, la cervecería Windsor & Eton creó una cerveza artesanal que combina lúpulos británicos y estadounidenses con un toque de levadura de champán. Una bebida “joven, fresca y llena de carácter”, en palabras del fabricante.
Más irreverente, la marca Crown Jewels Heritage Condoms propone preservativos “perfectos para un príncipe”, a un precio de 10 libras el paquete de cuatro, con el aliciente de que vienen en una caja-recuerdo con la foto de los novios que al abrirla interpreta los himnos británico y estadounidense.

Más de mil millones de libras
Los souvenirs, bebidas y alimentos vendidos el día de la boda -los pubs y los cafés podrán cerrar más tarde, como es tradición-, supondrán unos ingresos de 120 millones de libras, según una organización dedicada al comercio minorista (Centre for Retail Research).
Sin embargo, la consultora Brand Finance estima que el impacto económico de la boda podría llegar a superar los 1.000 millones libras (1.400 millones de dólares, 1.150 millones de euros) sólo este año, una tercera parte gracias al turismo.
En abril de 2011, el enlace del príncipe Guillermo y de Catalina atrajo a 350.000 visitantes extranjeros adicionales.
Con la devaluación de la libra y el “increíble interés mediático” por el matrimonio de Enrique y Meghan, Brand Finance estima que el número de turistas “podría ser aún mayor “.
La policía se prepara para la llegada de 100.000 personas sólo a Windsor, en cuyo castillo se celebrará la boda.
En este municipio situado unos 30 km al oeste de Londres, los comerciantes no son los únicos que se regocijan, puesto que los habitantes pretenden alquilar sus casas a los turistas y equipos de televisión de todo el mundo.
Así, unos particulares proponían una casa en el centro de la ciudad, “ideal para la boda real”, por más de 3.500 euros la noche, mientras que otros alquilaban un apartamento de tres habitaciones “a 50 segundos a pie del castillo”, por 2.100 euros la noche.
Pero antes incluso de la boda del año en el Reino Unido, ya hay un “efecto Meghan”.
Los vestidos de la actriz en sus apariciones públicas despiertan un gran entusiasmo.
“Al integrarse en la familia real, es probable que este efecto sobre las marcas se vuelva aún más importante”, estimó Brand Finance, que espera que la futura princesa se convierta en “una poderosa embajadora de las marcas británicas, especialmente en su Estados Unidos natal”.

¿Qué hay de la seguridad?
La ciudad inglesa de Windsor era este viernes una fortaleza, a un día de que la familia real, 600 invitados y 100.000 espectadores se reúnan aquí para la boda del príncipe Enrique.
Se ha inspeccionado cada rincón de esta localidad de 30.000 habitantes situada una hora al oeste de Londres, y se tomaron todas las medidas de seguridad concebibles antes de que el festejo llene las calles.
En el ensayo de la boda de Enrique y Meghan Markle que se hizo el jueves, el despliegue de policía fuertemente armada era notorio.
Como parte del evento y para seguridad de los asistentes:
- Se instalaron barreras en numerosos puntos para evitar un atentado con un vehículo y la mayoría de las calles del centro están cerradas al tráfico.
- Las matriculas de los autos se examinan automáticamente y se multiplicó el número de cámaras de vigilancia.
- Tras dos meses de planificación, todas estas medidas son proporcionales a la magnitud de la jornada.
- En el día D, las estaciones de tren estarán en máxima alerta, se inspeccionarán los vehículos y se registrará a los espectadores.
- No se permitirá que los drones sobrevuelen el perímetro de la boda.