Sorprendentes sanciones para los progenitores que se han quedado en casa y desean reiniciar sus carreras.
Es difícil encontrar evidencias concretas de las consecuencias para las madres que se separan de la fuerza de trabajo para criar a sus hijos. Pero eso es justo lo que pretende cambiar Kate Weisshaar, socióloga de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. En un estudio reciente, publicado en American Sociological Review, Weisshaar analiza la respuesta de los empleadores a los currículos de progenitores que se han quedado en casa, y descubre sanciones sorprendentes. “Para impedir el reingreso de los aspirantes que se han excluido voluntariamente del mercado laboral, los empleadores refuerzan estándares que excluyen a los progenitores de una participación plena en el trabajo”, escribe Weisshaar en su artículo. He aquí algunos de sus hallazgos clave.
El estudio. En 2015 y 2016, Weisshaar presentó alrededor de 3,000 currículos falsos en 50 ciudades estadounidenses para solicitar empleos reales en cinco categorías: contabilidad, análisis financiero, ingeniería de software, administración de recursos humanos y dirección de mercadotecnia. Los currículos solo variaban en términos de género y en cuanto a si la persona estaba empleada, desempleada o era un progenitor que se quedaba en casa. “Llevé un registro de cuáles eran los solicitantes que recibían peticiones para entrevistas o más información”, informa Weisshaar.
Lo que halló. Alrededor de 15.3 por ciento de las madres empleadas y 14.6 por ciento de los padres con empleo obtuvieron respuesta. En el grupo de desempleados por despido, 9.7 por ciento de las madres y 8.8 por ciento de los padres recibieron respuesta. Los progenitores que se quedaron en casa se desempeñaron peor que estos dos grupos, pues apenas 4.9 por ciento de las madres y 5.4 por ciento de los padres recibieron una respuesta favorable del empleador potencial.
Lo que la sorprendió. “El grado de la sanción para los progenitores que se quedan en casa”, revela Weisshaar. En el caso de los progenitores desempleados, los empleadores potenciales tendían a sospechar de un problema con el desempeño anterior. En cambio, los progenitores que se quedaron en casa recibieron casi la mitad de las respuestas que el grupo de despedidos. Y Weisshaar no esperaba que la sanción fuera igual para madres y padres.
¿Alguna advertencia? Weisshaar hace énfasis en que los solicitantes de su estudio eran falsos y que, en realidad, los progenitores que se quedan en casa quizá no compiten por los mismos trabajos a los que aspiran las personas que están continuamente empleadas. Con todo, agrega, es problemático que los solicitantes desempleados, incluidos los progenitores que se quedan en casa, recibieran menos respuestas incluso habiendo estado sin trabajo durante un periodo relativamente corto. “Mi investigación demuestra que los progenitores podrían enfrentar más dificultades de las esperadas para volver de inmediato a una posición de categoría similar a la que dejaron”.
Qué hacer. Según una encuesta que complementó el estudio, los empleadores potenciales a menudo cuestionaron la dedicación del aspirante. “Sería ventajoso que encontraras la manera de demostrar que estás realmente comprometido con el trabajo”, sugiere Weisshaar, quien también insta a los progenitores a que, antes de separarse de la fuerza de trabajo, desarrollen una estrategia sobre sus objetivos profesionales formulándose las siguientes preguntas: “¿Es una interrupción temporal? ¿Qué tipo de empleo quieres desempeñar cuando regreses a la fuerza de trabajo?”.
Lo que sigue. Weisshaar tiene proyectos para estudiar el tema del prejuicio. “Sabemos que hay prejuicios para discriminar por género y raza en el mercado laboral. ¿Qué pueden hacer los aspirantes a un empleo para contrarrestar algunos de ellos?”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek