El Departamento de Justicia estadounidense (DOJ por sus siglas en inglés) presentó cargos penales contra 11 personas que se cree que son parte de la caravana de migrantes centroamericanos que buscan asilo en los EE. UU.
El Departamento de Justicia dijo en un comunicado de prensa que los 11 enfrentarían cargos por entrada ilegal al país después de que agentes de la patrulla fronteriza los encontraron en lugares a 3 y 6 kilómetros al oeste del cruce fronterizo designado en San Ysidro, California.
“Los Estados Unidos no se mantendrán al margen de la situación, mientras nuestras leyes de inmigración son ignoradas y la seguridad de nuestra nación está en peligro”, dijo el fiscal general Jeff Sessions en un comunicado.
Según Sessions el fiscal federal Adam Braverman y su equipo “deberían ser elogiados por presentar rápidamente cargos para personas detenidas a lo largo de la frontera”, y agregó que el Departamento de Justicia continuará trabajando con sus socios en las Fiscalías para “perseguir agresivamente los procesos legales de delincuentes”.
Braverman acusó a las 11 personas arrestadas de haber “creído estar por encima de la ley” y agregó en un comunicado de prensa que, “aquellos que buscan ingresar a Estados Unidos deben comprometerse a la fidelidad a la ley y no violarla”.
La cadena CNN informó que serán inculpados dos salvadoreños, seis hondureños y tres guatemaltecos, 10 de ellos por un delito menor, mientras que otro, que ya fue deportado en el pasado, enfrenta un cargo criminal.
Los 150 centroamericanos llegaron el domingo a la frontera para presentar sus solicitudes de asilo. Eran parte de la caravana migratoria, que partió con unas 1,000 personas a finales de marzo desde el sur de México.
La oficina de Aduanas y Protección Fronteriza se negó nuevamente a procesar las solicitudes alegando que el puesto fronterizo de San Ysidro, California, está lleno.
“En este momento hemos colmado nuestra capacidad en el puerto de entrada de San Ysidro como para que los oficiales de la CBP puedan admitir más personas que viajan sin la documentación de entrada apropiada”, anunció el domingo en un comunicado Kevin McAleenan, jefe de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
A un puñado de personas, incluidos niños, se les permitió cruzar a tierra estadounidense este lunes, para presentar sus solicitudes de asilo, después de acampar frente al cruce fronterizo.
Sin embargo, decenas de personas se quedaron en el puente que conduce a los EE. UU., muchos de ellos pasaron la noche del lunes durmiendo en una plaza abierta en Tijuana, en el lado mexicano del cruce. Hasta el lunes por la noche, más de 100 personas seguían esperando que las dejaran entrar en suelo estadounidense, según Reuters.
A pesar de ser un evento anual, la caravana ganó la atención internacional después de despertar la ira del presidente Donald Trump cuando las noticias de su viaje de más de 3,300 kilómetros desde el sur de México hasta Estados Unidos llegaron a la Casa Blanca hace poco más de un mes.
Trump prometió impedir que la caravana ingrese a los EE. UU. y pidió a las autoridades mexicanas reprimir a los migrantes, al tiempo que ordenó que miles de tropas de la Guardia Nacional permanezcan estacionadas a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México para monitorear la situación.
Tradicionalmente, la caravana se ha utilizado como un evento simbólico, con marchas a través de México para llamar la atención sobre la difícil situación de los solicitantes de asilo.
Este año, sin embargo, muchos inmigrantes de países como Guatemala, El Salvador y Honduras estaban decididos a llegar a la frontera para solicitar asilo, por temores a la violencia y persecución política en su país. Muchos hondureños han huido de su país para escapar de la inestabilidad y la violencia que siguió después de la reelección del presidente Juan Orlando Hernández en noviembre.
Los solicitantes de asilo deben ser capaces de demostrar un temor fundado de persecución en su país de origen, y aquellos que temen ser perseguidos por una entidad estatal son más propensos a recibir asilo.
Por lo general, a los centroamericanos no les va bien en la presentación de solicitudes de asilo en los EE. UU. porque rara vez se considera que el estado es directamente responsable de los peligros que pueden enfrentar si regresan.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek