El gobierno ecuatoriano cortó los sistemas de comunicación del hacker informático, Julian Assange, refugiado en su embajada en Londres desde 2012, en una nueva represalia por interferir en asuntos de otros países.
Desde este miércoles el fundador de Wikileaks se quedó sin teléfono y sin internet, además bajo la advertencia por el gobierno de Lenín Moreno de adoptar “nuevas medidas ante el incumplimiento de no interferir”, luego de que el ciberactivista australiano realizara diversos pronunciamientos sobre Rusia, Reino Unido y la filtración de datos de Cambridge Analytica.
“La medida fue adoptada ante el incumplimiento por parte de Assange del compromiso escrito que asumió con el Gobierno a finales de 2017, por el que se obligaba a no emitir mensajes que supusieran una injerencia en relación a otros Estados”, dice un comunicado emitido por el gobierno de Ecuador.
El anuncio se produce después de que el fundador de WikiLeaks reprochó el lunes, a través de Twitter, la expulsión coordinada de diplomáticos rusos por los países occidentales.
Esta no es la primera vez en la que Assange se encuentra en medio de este tipo de controversia. En 2016, Ecuador ya le había restringido temporalmente el acceso a Internet por divulgar documentos que tuvieron un “impacto” sobre la campaña electoral en Estados Unidos.
En diciembre pasado, el presidente Moreno, en el cargo desde mayo de 2017, pidió a Assange no intervenir en la crisis separatista de Cataluña después de que el ciberactivista usara twitter para apoyar la campaña de independencia catalana y acusar al gobierno central español de “represión”.
Moreno sostiene que asumió el “compromiso desde el primer día de gobierno” de proteger a Assange al considerar que su vida “corre peligro”, aunque considera un “problema heredado” que le “causa más de una molestia” a su gobierno. A finales de febrero, Quito anunció que el proyecto de mediación que le propuso al Reino Unido está “en punto muerto”.
En diciembre, el gobierno de Moreno le dio la nacionalidad ecuatoriana a Assange, pero Londres rechazó reconocerle un estatuto diplomático, lo que le habría permitido dejar la embajada sin ser detenido.
El martes, el secretario de Estado para Asuntos exteriores británico, Alan Duncan, declaró en la Cámara de los Comunes que “es muy lamentable que Julian Assange se quede en la embajada de Ecuador” y añadió que “es hora de que ese miserable gusanito salga de la embajada y que se entregue a la justicia”.
Sin embargo, Assange insiste en que él quiere declarar ante el comité del Parlamento británico que investiga el caso de Cambridge Analytica, aunque existen “presiones políticas” sobre el caso, dijo el hacker en una entrevista con La Repubblica publicada este miércoles.
El creador de WikiLeaks, de 46 años, se refugió en 2012 en la embajada ecuatoriana en Londres para evitar ser extraditado a Suecia, que lo reclamaba para que enfrentara supuestos delitos sexuales que él niega.
(Con información de AFP)