Las tormentas tropicales poseen el poder para causar una destrucción masiva y enormes pérdidas de vidas humanas, como demostró la mortífera temporada de huracanes del Atlántico del año pasado, la cual ocasionó centenares de muertes y daños estimados en 280 mil millones de dólares. Y a la vez que el mundo se calienta, los científicos afirman que estos fenómenos devastadores se volverán más frecuentes y más extremos.
Pero ¿qué pasaría si hubiera una manera de evitar que los huracanes llegaran a tierra firme?
Si bien la idea puede parecer un poco descabellada, los científicos noruegos de SINTEF, la organización investigadora independiente más grande de Escandinavia, aseguran haber hallado una solución factible, la cual implica, nada menos, que soplar burbujas de aire frío en el mar.
Los huracanes se generan en los trópicos, cuando masas de aire frío y caliente chocan entre sí. No obstante, lo más importante para la formación de una tormenta es que la temperatura de la superficie del mar debe ser superior a los 26.5 grados centígrados o 79.7 grados Fahrenheit.
“El cambio climático está causando que aumente la temperatura superficial del mar”, informó Grim Eidnes, importante científico investigador de SINTEF Ocean, en una declaración. “El umbral de temperatura crítico en que la evaporación es suficiente para promover el desarrollo de un huracán es de 26.5 grados centígrados. En los casos de los huracanes Harvey, Irma y María, ocurridos en el Golfo de México en el periodo de agosto a septiembre de 2017, la temperatura superficial marina alcanzó los 32 grados centígrados [89.6 grados Fahrenheit]”.
Por ello, si hubiera una manera de enfriar la temperatura superficial por debajo del nivel crítico de 26.5 grados centígrados, entonces -en teoría-, la humanidad podría detener a los huracanes.
Ya se han propuesto diversas soluciones radicales para abordar este problema. Una sugerencia consistía en remolcar témpanos del Ártico hasta el Golfo de México. Otra propuso recurrir a la siembra de nubes con sal, para volverlas más blancas y más reflectantes, lo cual bloquearía el calor del sol y reduciría la temperatura superficial del mar. Los científicos incluso han intentado utilizar aeronaves para soltar hielo seco cerca de los huracanes en un intento de incrementar la precipitación y, de esa manera, liberar algo de su energía destructora.
No obstante, Eidnes señala que ninguna de dichas estrategias o propuestas ha tenido mucho éxito.
Pero ahora, los investigadores de SINTEF están desarrollando un método relativamente simple, conocido como “cortina de burbujas”, el cual podría resultar más exitoso.
El método de la cortina de burbujas consiste en colocar tuberías perforadas bajo el agua, para luego bombear burbujas de aire comprimido por los orificios. La idea es que, al subir, las burbujas arrastren consigo agua fría para refrescar la superficie.
El equipo de SINTEF dice que, lo ideal, sería colocar las tuberías a una profundidad de 100 a 150 metros bajo la superficie, a fin de garantizar que el agua que arrastren a la superficie sea lo suficientemente fría.
“Al arrastrar esa agua a la superficie con las cortinas de burbujas, la temperatura superficial caería por debajo de 26.5 grados centígrados, lo cual interrumpiría el suministro de energía del huracán”, explicó Eidnes. “Este método evitará, de manera muy sencilla, que los huracanes alcancen intensidades que amenacen la vida”.
Los investigadores agregan que es posible implementar el sistema de tuberías en gran escala. Una región que consideran particularmente adecuada para probar la tecnología es el Estrecho de Yucatán (o Canal de Yucatán), el cual conecta la cuenca de Yucatán en el mar Caribe con el Golfo de México.
Podrían instalar las tuberías a lo largo de la costa continental o bien, integrarlas con las más de 4,000 plataformas petroleras que operan en la región. Además, los investigadores añadieron que las tuberías no serían un obstáculo para la navegación.
El método de las cortinas de burbujas es prometedor, pues ya ha sido probado, aunque con fines diferentes. Por ejemplo, desde hace muchos años, Noruega ha utilizado esta tecnología para mantener sus fiordos libres de hielo.
“Durante el invierno noruego, la superficie del mar es más fría que en las profundidades, de modo que usamos las cortinas de burbujas para elevar el agua más templada a la superficie y así evitamos que los fiordos se congelen”, señaló Eidnes.
La idea de enfriar la superficie oceánica para prevenir huracanes fue propuesta inicialmente por Olav Hollingsæter, fundador de la compañía OceanTherm, la cual está dedicada a este objetivo. Después de presenciar la devastación que ocasionó Katrina, Hollingsæter se puso en contacto con los investigadores de SINTEF -quienes habían estado probando las cortinas de burbujas con el propósito de limitar la extensión de los derrames de petróleo- para proponerles su idea, y así nació el proyecto más reciente.
“El potencial de costo-beneficio del proyecto de SINTEF es muy grande”, afirmó Hollingsæter en una declaración. “Los huracanes más violentos causan graves daños materiales en las comunidades y, en algunos casos, se pierden muchas vidas. Este proyecto es, a la vez, significativo e importante. Espero, y creo, que tendremos éxito”.