Siete representantes católicos leyeron un manifiesto en contra del fracking en Nuevo León y exigieron a los gobiernos local y nacional frenar la entrega de recursos naturales a los intereses empresariales.
Los párrocos José Manuel Guerrero Noyola, Luis Eduardo Villarreal Ríos, Cosme Carlos Ríos, Guillermo Flores García, Rodolfo García, y el diácono permanente, Francisco Marroquín, advirtieron que además del daño al medio ambiente y escasez de agua, habrá afectaciones ecológicas al vecino estado de Tamaulipas.
“El fracking representa la última y más violenta forma de explotación de recursos naturales”, advirtió Martínez Monsiváis, diácono permanente del municipio de Guadalupe.
Reunidos en la Plaza de la Purísima en Monterrey los presbíteros señalaron que la explotación y extracción no convencional de gas y petróleo mediante el método de extracción hidráulica, provocan sismos en la zona metropolitana de la entidad.
“Detengamos el desastre socioambiental. No al uso del fracking, ni en Nuevo León, ni en México, porque su uso desvía recursos que deberían dirigirse a las energías renovables”, exigieron los representantes religiosos.
Se prevé la explotación de 10 mil pozos en la Cuenca de Burgos ubicada entre Nuevo León y Tamaulipas, provocando desperdicio de agua que sería suficiente para dar abasto a millones de personas.