Por: Natalia López
Puebla, Pue. Hasta la fecha no he sabido de agresiones físicas por parte de las autoridades ahí dentro, incluso cuando llegan a tener problemas entre ellas se ubican en aislamiento. Hay mujeres de toda clase y algunas son muy agresivas por alguna afección mental. No he sabido personalmente que las autoridades les peguen, destacó la coordinadora de la asociación Documentación y Estudios de Mujeres (Demac) en Puebla, María Alejandra Montero, sobre la situación de las internas en el Centro de Readaptación Social (Cereso) de San Miguel.
En entrevista, tras la presentación del libro “Rompiendo Cadenas: literatura carcelaria femenina” en la Universidad Iberoamericana Puebla, reconoció que en la entidad han recibido mucho apoyo por parte de las autoridades para poder trabajar con las internas que en otros estados, siendo la sede en que iniciaron trabajos y que continúa, mientras que en otras entidades se les han cerrado los espacios.
Sobre la situación de las reclusas al interior del penal, manifestó que sí hay hacinamiento porque la población va variando y el espacio físico no es suficiente para todas.
Resaltó también la falta de medicamentos, pues no tienen todos los que ellas necesitan y les tienen que ser suministrados por sus familiares, lo que también sucede con sus insumos de higiene personal, pues no son proporcionados por el Cereso.
Resaltó que la diferencia entre las visitas familiares a hombres y mujeres, pues mientras para los primeros “se forman grandes colas” con sus familias, en el caso de las mujeres el porcentaje es mucho menor, lo que se debe al abandono en el que caen una vez que ingresan a la cárcel. Por lo tanto, quienes no tienen familiares deben buscar una actividad para obtener recursos y poder adquirir lo que necesitan.
Destacó que Demac en Puebla ha trabajado de la mano de la Fundación Espinosa Rugarcía para el apoyo de las internas y puedan tener mayores actividades en qué ocuparse.
“Tuvimos una alumna que había estudiado la carrera de leyes y trabajaba en un despacho de abogados, comete un delito y va al Cereso. Cuando empieza el taller con nosotros, se anima y finalmente terminó la tesis y nosotros la ayudamos para que por primera vez una de las alumnas pudiera recibirse profesionalmente”, relató sobre el taller de escritura que imparte la asociación.