Ha luchado por las mujeres durante más de cuatro décadas, y esto apenas comienza, dice la abogada Gloria Allred, de 76 años. “Las mujeres dependen de mí para ser fuertes, para no tener miedo y para proteger sus derechos”, dice la estrella del nuevo documental de Netflix, Seeing Allred (Viendo a Allred).
Su ferocidad y su firme compromiso con las mujeres comenzaron después de sufrir un brutal ataque cuando era joven y estaba de vacaciones en México (la persona con quien salía, un médico, le apuntó con una pistola). La violación subsecuente produjo un embarazo que decidió interrumpir en Estados Unidos, antes del caso Roe V. Wade, y el fallido procedimiento le produjo una hemorragia y una grave fiebre. La enfermera del hospital le dijo: “Esto te enseñará una lección”.
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Las experiencias personales ayudaron a Allred a comprender a los cientos de mujeres a las que ha representado en su larga carrera, entre ellas, acusadoras de Bill Cosby y Donald Trump. En el documental describe el mundo moderno como una zona de guerra para las mujeres, “con consecuencias reales, emocionales, físicas, financieras, sociales, de todo tipo y en todo momento”. Y, como declara a Newsweek, la lucha apenas comienza.
—No es de sorprender que el movimiento mundial #MeToo haya provocado violentas reacciones. ¿Cuál es su respuesta?
—Las reacciones violentas son una señal de que hemos hecho algo importante, de que este es un momento importante. #MeToo representa el cambio porque las mujeres han decidido que ya no van a sufrir en silencio ni a permitir que el miedo gobierne sus vidas. Las mujeres se sienten empoderadas en una forma en que nunca lo habían hecho y esto, para muchas de ellas, es una forma de justicia. No es una forma convencional, pero es una forma de justicia.
—Durante todo este tiempo sus críticos han sido increíblemente hostiles. La han llamado de muchas formas. ¿Esto ha tenido consecuencias personales?
—Ninguna consecuencia personal. Ninguna. Y también me dan mucha retroalimentación positiva. Pero este es el precio. Parafraseando a las sufragistas, cualquier mujer que tema a las críticas de los hombres nunca logrará ninguna diferencia significativa para los derechos de las mujeres.
“Y, si me ponen epítetos, significa que he ganado la discusión. Si tuvieran un buen argumento en mi contra, lo expondrían. ¿Calificarme con una palabrota que se refiere a los genitales femeninos? ¿Eso es todo lo que tienen? Bien podrían haber sacado la bandera blanca de rendición”.
—¿Cuál es la próxima batalla?
—Necesitamos añadir la Enmienda de Igualdad de Derechos a la Constitución de Estados Unidos para garantizar que las mujeres tengan derechos iguales según la ley. ¡Han pasado 95 años desde que Alice Paul la propuso por primera vez, en 1923!
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek