El levantamiento de pesas es parte de la vida de la familia Muñoz Martínez. Este deporte ha llevado a varios de sus integrantes a representar con orgullo a México en competencias internacionales, a alcanzar la gloria al colgarse una medalla en el cuello y ha abierto una puerta de escape a las adversidades que la vida les ha presentado.
David Muñoz Sánchez recibió el Premio Estatal del Deporte al Mejor Entrenador 2017, el tercero en sus 25 años de carrera tras ser seleccionado por el Comité Olímpico Mexicano.
Los méritos que se le reconocieron los comparte con su hijo y más avanzado alumno, Jonathan Muñoz Martínez. El año pasado, el joven logró tres medallas de bronce en los Juegos Panamericanos de Miami, séptimo lugar en la Universiada Mundial de Taipéi, dos medallas de oro y una de plata en los Juegos Centroamericanos de Managua, cinco medallas de bronce en la Olimpiada Juvenil y un oro y una plata en la Universiada Nacional.
Alcanzar el éxito no ha sido fácil. David ha tenido que hacer frente a duras adversidades en su vida y de su carrera. De todas ellas, la más complicada fue luchar contra el cáncer.
La pelea contra contra el cáncer
Anualmente, el cáncer le cuesta la vida a más de 80 mil personas en México, según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Ese monstruo llegó a la vida de David y su familia hace 17 años, cuando le detectaron un tumor maligno en la cabeza a su hijo mayor, Brayan David, entonces de 7 años. Todo cambió para la familia. El golpe fue más duro para Jonathan, para quien su hermano era su “gemelo”, apenas un año más grande que él.
“Yo no tenía seguro en aquel momento, estaba por honorarios. Ya era entrenador y una tía que trabajaba en el Seguro Social nos hacía el favor, por medio de otro nombre, de hacer los análisis que requería el niño. En total fueron seis cirugías y tratamiento de quimioterapia, fue algo muy duro para nosotros”, recuerda el entrenador con tristeza.
Durante siete meses, se agotaron todos los esfuerzos médicos, se aplicaron todos los tratamientos existentes pero al final el cuerpo de Brayan no soportó más y falleció.
En ese momento, la señora Evangelina Martínez se encontraba embarazada. Fue difícil superar el duelo, pero la alegría se hacía presente meses después con el nacimiento de Juniel.
Tocar fondo
Sin embargo, este sentimiento sólo duraría un año y medio ya que nuevamente el cáncer se hacía presente en sus vidas, al detectarse cáncer testicular a Juniel. En ese instante el panorama volvió a ser oscuro, con temores, con demonios que regresaban a la familia. David no soportó más…
“Yo caí en el alcoholismo, fueron como 10 meses, fue muy duro ese golpe, no se lo deseo ni a mi peor enemigo”, añadió.
Lo único que pudo rescatarlo fue su espiritualidad y la halterofilia, esa pasión que inició desde que tenía 15 años, cuando surgió como un pasatiempo en su barrio.
“Tuve que tomar ayuda profesional, tuve que ir a “AA” y también la haterofilia fue lo que me motivó a seguir adelante”, reconoce David.
El mismo enemigo
“La ventaja de enfrentarte al mismo enemigo es conocer cómo lo puedes vencer”, y eso fue prácticamente lo que sucedió con Juniel, quien pudo superar el cáncer que le fue diagnosticado, después de un año y medio de tratamientos y dificultades económicas para la familia.
“Tuvimos otro hijo con cáncer y dijimos ¿qué está pasando?, fue algo muy difícil psicológicamente para todos, pero afortunadamente a los tres años ya estaba libre del cáncer y solamente iba a los chequeos hasta hace dos años cuando fue dado de alta”.
Levantarse
Inspirado por su padre, Jonathan se convirtió en un deportista de alto rendimiento, obteniendo importantes resultados con más de 50 medallas en competencias nacionales e internacionales.
Pero aún no termina todo, ya que a sus 22 años de edad, el sueño de Jonathan Muñoz es participar en unos Juegos Olímpicos y obtener una medalla, oportunidad que se frustró en el año 2016 cuando no pudo asistir a Río de Janeiro por una lesión en la muñeca, la cual fue tan grave que dejó a Jonathan fuera de toda competición durante ese año, provocando en él la idea de que el retiro estaría cerca.
“Yo no pensaba recuperarme y jamás pensé volverme a subir a otro podio mundial, pensaba que ya me tenía que dedicar a otra cosa y que ya había dado lo que había tenido que dar”, comentó Jonathan.
Para David, no habría mayor satisfacción que la de ver a su alumno e hijo compitiendo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y cumpliendo su sueño, el mismo que a él se le negó debido a lesiones que fueron mermando su carrera durante la juventud.
“Una lesión que tuve en la espalda en 1984 me impidió ir a unos Juegos Olímpicos y después vinieron marcas más fuertes para la siguiente Olimpiada donde ya no logré mi objetivo, que es el de todo atleta, llegar a unos Juegos Olímpicos”.
Pero la dinastía no ha quedado ahí pues Juniel, recuperado totalmente, se ha integrado a la práctica de la halterofilia y en la pasada Olimpiada Juvenil logró colgarse tres medallas de bronce.
Futuro de la halterofilia en Aguascalientes y en México
Aunque el levantamiento de pesas le ha dado muchas satisfacciones a México en las competiciones internacionales, como en los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 cuando Soraya Jiménez se convirtió en la primer mexicana en ganar una medalla de oro en este tipo de competiciones, aún sigue siendo una actividad infravalorada en el deporte mexicano, sobre todo en el aspecto económico donde sigue existiendo mucha diferencia de sueldos en relación con otras disciplinas, según reconoce David Muñoz.
“Yo gano 7 mil 600 pesos al mes, pero la mayoría de los entrenadores de otros deportes anda ganando alrededor de 12 mil pesos y yo siento que soy de los entrenadores más malpagados que tiene el Instituto del Deporte, a pesar de haber ganado el Premio Estatal del Deporte por tercera vez”, comenta entre risas.
Esta situación contrasta con lo deportivo, donde se tuvo la mejor actuación para una delegación mexicana en el Mundial Mayor de la Especialidad realizado en Anaheim, California, en el mes de noviembre, en donde se obtuvieron dos medalles: una de bronce y plata en la rama varonil, por primera vez en la historia y una medalla de bronce en la rama femenil, por tercera vez en el registro histórico.
Por lo anterior existe la esperanza de que el talento mexicano y aguascalentense, encabezado por el profesor David Muñoz, pueda repetir la hazaña en los Juegos Centroamericanos y del Caribe a realizarse en Barranquilla, Colombia.