Jorge Barylka, CEO de la firma Sportmex, es un joven empresario que está revolucionando la industria de la moda en México. Hace 13 años, la compañía que fundó comenzó operaciones como proveedora de Lacoste en el país. Hoy es distribuidora de marcas de lujo y prestigio internacional comox Harmont & Blaine, Scotch & Soda, John Varvatos, Le Coq Sportif y EA7.
Sportmex tiene como objetivo reflejar el espíritu del vestido cómodo e informal a través de la gran variedad de marcas prémium que opera en México. Se caracteriza por la diversidad de marcas internacionales que conforman su portafolio de productos y por ofrecer una amplia gama de opciones para aquellos consumidores atraídos por la moda.
En encuentro con Newsweek en Español, Barylka, un administrador de empresas con maestría en negocios internacionales, cuenta que Sportmex es una compañía cien por ciento mexicana que distribuye marcas internacionales con ADN propio y con una historia para contar. “Y esas marcas las traducimos en lo que el mercado mexicano busca y le gusta. Gran parte de las marcas tienen colecciones muy diversas para atender el mercado asiático, europeo, americano, pero el mercado mexicano es muy particular, dentro del mismo México no es el mismo gusto el del cliente de Culiacán que el de Monterrey, la Ciudad de México o Cancún, además de que tenemos climas diversos, físicos corporales y gustos muy diferentes. Fuimos haciendo un estudio muy a detalle de qué es lo que funciona y en dónde, fuimos aprendiendo eso para ofrecerle a las marcas internacionales un socio local que conoce la cultura del país y los gustos en el segmento de la moda”.
Sportmex divide sus operaciones en tres diferentes categorías: la textil, la de calzado y la de accesorios. En 2005, cuando empezó sus operaciones, arrancó principalmente con ventas al menudeo y tiendas monomarca, posteriormente incluyó almacenes como Liverpool y El Palacio de Hierro, y después, cuando conformó un conocimiento más sólido del mercado, se animó por el modelo de las franquicias. “Hoy operamos tiendas propias, departamentales, franquicias, clientes multimarca. Y el 15 de enero arranca operaciones nuestra plataforma de e-commerce”.
En estos 13 años de trabajo, apunta Barylka, “ha habido años muy buenos y años buenos”. Ha habido, también, una enorme evolución en el mundo de la moda en México: “Muchísimas marcas que han ingresado en nuestro país no estaban en el mercado cuando nosotros empezamos, no eran competencia, pero hoy ahí están y se plantea un escenario retador. México sigue siendo un país en el que la industria de la moda y el lujo tiene crecimientos a doble dígito año con año, entonces, estamos contentos por estos primeros años y con muchas ganas de poder continuar este legado”.
La firma mexicana cuenta con 85 empleados en oficinas, más de 250 en tiendas de manera directa y unos 350 de manera indirecta. En los últimos años, sus ingresos han crecido a doble dígito de manera continua. Entrevistado en su oficina, situada en un moderno edificio de Santa Fe, Barylka considera que, contrario a lo que pudiera pensarse, los mayores retos de la empresa que comanda tienen que ver con la inseguridad: “El tema de la seguridad cada vez es un reto mayor. Ha sido complicado, desde el robo en tienda hasta el transporte. Es algo que, en cuanto te comparas con operaciones similares fuera del país, el rubro de lo que nos cuesta a nosotros la seguridad dispara los indicadores. Esperemos que el nuevo gobierno haga un trabajo más eficiente para que nosotros como empresarios podamos hacer nuestro trabajo enfocados en lo que sabemos hacer y no preocupados porque nuestro ingreso, que es el producto con el que funcionamos, se diluya en algún problema de inseguridad”.
El día de esta entrevista, el empresario viste pantalón cien por ciento lana marca Eden Park, camisa de algodón de Gyvenchi y un blazer, zapatos y pañuelo de Harmont & Blaine. “Yo tengo mi propia definición de vestirse a la moda. Moda es algo que te hace sentirte cómodo, si no estás cómodo, desde mi particular percepción, no es moda. Tú puedes saber qué está en tendencia, y de ahí ver con qué de eso te sentirás cómodo. Por ejemplo, si te pones unos pantalones skinny, que son parte de la tendencia, quizá vas a estar incómodo todo el día o cuando te veas en el espejo no te vas a sentir a gusto porque sientes el gordito en el muslo y en la pantorrilla, entonces no es una elección inteligente. La moda nunca está peleada con el que te veas bien”.
—Jorge, cómo percibes hoy la industria de la moda, en qué estadio se halla?
—Creo que la industria de la moda se encuentra en un momento muy bendecido. La parte creativa de México todavía está un poco rezagada respecto a lo que pasa en el resto del mundo, las oportunidades de los diseñadores y los directores creativos siguen siendo complicadas cuando las conviertes en negocio, sobre todo si lo comparas con países como Colombia y Brasil, donde tienen un desarrollo creativo y oportunidades de ser exitosos más fácil y rápidamente que en México. Pero, por otra parte, se ha avanzado muchísimo, hay plataformas como México Diseña, que le ha permitido avanzar; por ejemplo, Juanchi Torre con Compra Moda Nacional ha hecho un grandísimo trabajo. Hay diferentes oportunidades para este talento creativo que México tiene de manera innata, y esperemos que siga desarrollando muchísimo lo que le hace falta para poder ponerse a escala internacional.
—Literalmente es imposible desligar el tema de la industria de la moda del ecológico. ¿Cuál es tu reflexión al respecto?
—El reto más importante de todos es el medioambiental. Está muy de moda en el mundo entero, y México no es la excepción cuando se habla de todo el cuidado, de manera detallada, del proceso de elaboración de una prenda, desde la materia prima, qué tanto se contamina al hacer la tela, los teñidos, que es una fuente de contaminación muy alta, los materiales que se usan, hay muchas marcas de moda internacionales y nacionales que hacen mucho hincapié en no usar cueros de animales por un tema de ecología y por el cuidado del animal, etcétera. Creo que hoy el consumo de la moda va dirigido a una preocupación real, no por temas de marketing, sino porque realmente estamos preocupados por el medioambiente que nos rodea.
—Como empresario cuál es tu punto de vista, ¿cuesta mucho dinero vestir a la moda?
—Un concepto particular que me gustaría compartir y que en esta industria es algo que se ha estado prostituyendo muchísimo es que [la moda] es un producto de lujo, un producto prémium, y cuando buscamos este tipo de marcas, que normalmente son muy aspiracionales, lo que lo liga al precio es ser un artículo de lujo. Pero, principalmente hoy, lo que llama, desde mi particular punto de vista, lo que determina decir es un producto de lujo es que ese producto tiene que contar una historia y trasmitir una emoción. Creo que eso es algo sumamente complicado, son pocas las marcas en el mundo que logran hacerlo de una manera profesional y bien.