El gobierno de Donald Trump apelará ante la Corte Suprema de Estados Unidos la decisión de un juez federal de reactivar el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), el cual protege a miles de dreamers de la deportación.
“Estamos dando el extraño paso de solicitar una revisión directa sobre los méritos de esta medida cautelar por parte de la Corte Suprema para que este problema se pueda resolver de manera rápida y justa para todas las partes involucradas”, dijo el fiscal general Jeff Sessions en un comunicado de prensa.
William Alsup, el juez federal que bloqueó temporalmente la decisión del presidente estadounidense de poner fin al programa implementado por Barack Obama, ordenó mantener el DACA en los mismos términos que estaba antes de que fuera cancelado el pasado mes de septiembre por el gobierno de Trump.
El Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS, por sus siglas en inglés) informó mediante un comunicado que aceptará nuevamente la renovación de los permisos de DACA.
El fin de semana, Trump pareció dar por muerto un acuerdo sobre inmigración al volver a hablar sobre el tema en un par de tuits en la mañana del domingo, tres días después de generar una ola de indignación tras haber sido señalado de referirse a inmigrantes africanos, haitianos y salvadoreños como llegados de “países de mierda”.
La condena global a los comentarios puso al presidente a la defensiva en medio de los intentos bipartidistas de negociar un acuerdo sobre el presupuesto que evite un eventual cierre del gobierno pero que a la vez retire la amenaza de deportación que pende sobre los llamados “dreamers”, beneficiarios del DACA.
“El DACA está probablemente muerto porque los demócratas realmente no lo quieren”, escribió Trump.
Establecido en 2012 por el antecesor de Trump, Barack Obama, este programa protege de la deportación a cientos de miles de migrantes que fueron llevados ilegalmente a Estados Unidos cuando aún eran niños.
Un acuerdo bipartidista para resolver el problema de los dreamers, a cambio de modificaciones exigidas por los republicanos a la forma en que se otorgan las visas, colapsó la semana pasada con los comentarios de Trump, ampliamente denunciados como racistas.