Ceres es un lugar extraño, y la NASA ha averiguado, mediante su misión Dawn, que ese planeta enano podría ser mucho más habitable que lo que los científicos habían supuesto. Ahora, el organismo espacial planea explorar Ceres con mayor detalle, enviando a la nave Dawn más cerca que nunca de su misteriosa superficie.
La misión Dawn se puso en marcha hace una década y tenía planeado dar por terminado su trabajo hace dos años y medio. Sin embargo, la nave sigue funcionando y aún tiene combustible, por lo que los científicos están decididos a usarla para obtener toda la información que puedan, especialmente ahora que sabemos mucho más acerca de su objetivo que lo que sabíamos cuando fue la nave lanzada.
Ceres es el único objeto en el cinturón de asteroides, situado entre Marte y Júpiter, con el tamaño suficiente para ser clasificado como un planeta enano. El equipo detrás de Dawn esperaba encontrar una especie de cápsula del tiempo de la formación del sistema solar. Sin embargo, desde la llegada de la nave, los científicos han detectado algunas posibles pruebas de pérdida de agua en el planeta, así como de actividad geológica.
“Pensamos que esos puntos brillantes son señales de que Ceres pudo haber tenido alguna vez un océano global, por lo que estamos muy emocionados por ello”, señaló Lynnae Quick, geóloga planetaria del Instituto Smithsoniano, en una declaración de prensa en la conferencia anual de la Unión Geofísica Estadounidense, realizada la semana pasada.
“Pensamos que lo que ocurrió en el pasado [en algunos de esos sitios] podría ser similar a lo que podría estar ocurriendo actualmente, aunque en una escala más grande, en algunas de las lunas de hielo activo de las partes más lejanas del sistema solar”, añadió Quick. Se trata de lugares como Europa, la luna de Júpiter, o Encélado, una de las lunas de Saturno, que, de acuerdo con los científicos, son algunos de los candidatos más prometedores para albergar vida extraterrestre.
Por ello, el equipo de Dawn le ha asignado a su nave una última tarea: acercarse aún más a la superficie de Ceres, a una distancia de tan sólo 32 km, para dar un mejor vistazo. “Utilizaremos una órbita elíptica para acercarnos más a la superficie de lo que lo hemos hecho anteriormente”, dijo en la misma declaración de prensa Carol Raymond, una de las científicas de la NASA que dirigen la misión.
Añadió que, en este momento, es difícil decir con precisión cuánto durará esa tarea, ya que el equipo no está seguro de cuánto combustible le queda a Dawn o qué tan rápido se consumirá en las maniobras. Sin embargo, es probable que la nave comience a acercarse al planeta enano esta primavera y pase tres o cuatro meses en su nueva ruta antes de quedarse sin combustible.
Desde luego, aun si no se encuentra ni siquiera el menor indicio de vida en Ceres, los últimos meses de la misión Dawn seguirán teniendo como objetivo responder algunas preguntas increíblemente intrigantes, así como plantear algunas otras. En particular, los científicos desean utilizar el tiempo para estudiar la química de la superficie y comprender mejor el magnetismo y el volcanismo del planeta enano.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek