BEBÉS DE DISEÑADOR Y TOCINO CRISPR
Algunas de las investigaciones genéticas más extravagantes del año demostraron que la biología no es destino, necesariamente. En agosto, un equipo de científicos de Oregón utilizó una tecnología para edición de genes (CRISPR-Cas9) para alterar la composición genética de embriones humanos y eliminar de su genoma una rara enfermedad cardiaca. Este estudio señero desató un debate público sobre las implicaciones bioéticas de la edición de línea germinal, así como la falta de lineamientos o regulaciones para impedir la planificación familiar que incluye a los bebés de diseñador.
También este año, los científicos utilizaron CRISPR en algunos experimentos muy publicitados para alterar el ADN de los cerdos. En uno de ellos, un equipo de investigadores editó un virus común presente en los genomas fetales porcinos y, después, reprodujo lechones que un día podrían usarse como fuente de xenotrasplantes para resolver el problema de la escasez de órganos humanos. En otro estudio, muy debatido, unos científicos modificaron cerdos genéticamente para que tuvieran menos grasa corporal. Esto sería una noticia excelente para el desayuno; y para tu silueta.
CIGARRILLOS SIN EFECTO COLATERAL
Hace décadas que terminaron los días dorados de las tabacaleras, pero muchas personas siguen fumando gracias a la nicotina, que a menudo convierte una actividad social insalubre en una adicción grave.
En julio, la Administración para Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) anunció un proyecto para evitar que los fumadores ocasionales —sobre todo, jóvenes— se vuelvan adictos. La FDA ha lanzado un programa multianual que endurece las leyes contra el tabaco y los fabricantes de cigarrillos. En esencia, limita la cantidad de nicotina que las compañías ponen en sus productos. Los críticos argumentan que la medida se traducirá en que los consumidores actuales terminarán fumando más a menudo o cambiando a otras modalidades de administración de nicotina, como los cigarrillos electrónicos, que tampoco son inocuos. “Si no cambiamos el curso, 5.6 millones de jóvenes morirán prematuramente por el consumo de tabaco”, declaró la dependencia en un boletín de prensa circulado este verano.
La FDA manifestó que espera que su programa aliente a las compañías a desarrollar nuevos productos no adictivos y no carcinógenos para activar sus mercados, pero sin matar a sus clientes. El anuncio provocó que las acciones de Altria Group —fabricante de los cigarrillos Marlboro y Parliament— se desplomaran 10 por ciento.
ILUSTRACIÓN: ALEX FINE
DESASTRE DE SALUD PÚBLICA
A inicios del otoño, los huracanes Harvey, Irma y María llegaron con abundantes lluvias y vientos violentos, dejando a su paso un enorme desastre de salud pública. Muchas comunidades, sobre todo en la isla de Puerto Rico, se vieron obligadas a lidiar con problemas como falta de saneamiento, electricidad y agua limpia durante días, semanas y hasta meses. En Houston, los noticieros locales informaron que algunas personas murieron a resultas de una enfermedad “carnívora”, conocida como fascitis necrotizante, resultado del contacto con aguas de inundación plagadas de bacterias durante las operaciones de rescate y limpieza.
Courtland Robinson, miembro importante de la facultad en el Centro de Salud Humanitaria de la Escuela de Salud Pública Bloomberg, en la Universidad Johns Hopkins, utiliza una ecuación aritmética simple para describir los resultados de la catastrófica temporada de huracanes de este año: desastre = peligro x vulnerabilidad. “Lo que crea el desastre no es solo el impacto del peligro, sino la vulnerabilidad de las personas”, informa.
Aún no sabemos cuán graves fueron los daños para la salud de algunas comunidades tras la temporada de huracanes de 2017. Por ejemplo, las instalaciones industriales de Texas soltaron al aire cerca de 2.8 millones de kilogramos de contaminación a resultas de Harvey, y se desconocen los efectos de salud a largo plazo de esta saturación tóxica.
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EL SECRETITO DE LA INDUSTRIA AZUCARERA
Un equipo de investigadores de la Universidad de California, San Francisco, obtuvo décadas de documentos de la industria azucarera y ha revelado un esfuerzo sistemático para encubrir un nexo innegable entre el consumo de azúcar y la enfermedad coronaria, la principal causa de muerte en Estados Unidos.
Su artículo, publicado en noviembre en PLOS Biology, pone de relieve que, hace casi medio siglo, la Fundación para la Investigación del Azúcar retiró los fondos a un estudio que estuvo patrocinando una vez que los resultados empezaron a demostrar que el azúcar refinado eleva los niveles sanguíneos de lípidos. La fundación industrial puso fin al estudio animal llamado “Proyecto 259: carbohidratos dietéticos y lípidos sanguíneos en ratas libres de gérmenes”, y jamás publicó los resultados. “Ese tipo de manipulación en investigaciones es similar a lo que hace la industria del tabaco”, dijo Stanton Glantz, coautor de la investigación, en una declaración de prensa. Para realizar su estudio, Glantz y colegas utilizaron fondos de una subvención proporcionada por varias organizaciones que apoyan —¡sorpresa!— a los dentistas.
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SE DESPLOMA LA CUENTA ESPERMÁTICA
El futuro podría parecerse a The Handmaid’s Tale, según confirmó una epidemióloga reproductiva este verano, cuando publicó un estudio en el que sugiere que la fertilidad masculina está menguando en el mundo occidental. Su estudio, fundamentado en el análisis de casi 43,000 hombres de numerosos países industrializados, determinó que la cuenta espermática ha caído en más de la mitad en las últimas cuatro décadas. La investigación no identificó la causa del colapso, aunque investigaciones previas vinculan la mengua en la fertilidad masculina con factores ambientales y exposición a sustancias químicas, como plaguicidas. También hay investigaciones que apuntan a que la exposición al tabaco, una mala dieta y el estrés —la trinidad del hombre moderno— causan estragos en la fertilidad.
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LA GUERRA A LOS OPIOIDES
“Castigaré el concepto de los analgésicos no adictivos muy, muy duramente”, dijo el presidente Donald Trump en octubre, al dirigirse al país para declarar que la epidemia de opioides estadounidense era una emergencia de salud pública bajo la ley federal. El mandatario prometió implementar los cambios de política que proponía su comisión a fin de incrementar los fondos para investigación farmacológica; mejorar el acceso a tratamientos contra adicciones; responsabilizar a las farmacéuticas por sus ventas antiéticas y sus prácticas de mercadotecnia para opioides; y detener el flujo de drogas ilegales en el interior del país. No obstante, muchos críticos opinan que la promesa del presidente no fue más que otro de sus momentos de fanfarronería pública. La epidemia de opioides mata a unos cien estadounidenses al día, y Trump no cumplió la promesa de proporcionar más fondos.
“Este es uno de esos temas en que las palabras no dicen más que las acciones. Abunda la baladronada, pero no hay suficiente dinero”, acusa el Dr. Jeffrey Drazen, editor en jefe de la revista The New England Journal of Medicine. “Ha clamado por la dedicación moral, pero no por una dedicación financiera. Si vamos a tener una guerra, necesitamos tanto la voluntad como los recursos”.
Entre tanto, varios ejecutivos de alto nivel en Insys Therapeutics, incluido el propietario de la empresa, fueron arrestados y acusados de idear un complicado complot para incrementar las ventas de Subsys, su analgésico hecho con fentanilo. La compañía también es objeto de una investigación congresista que encabeza la senadora demócrata Claire McCaskill.
Es una noticia excelente, porque ha sido un año infernal.
ILUSTRACIÓN: ALEX FINE
SUEÑO CON LA TERAPIA GENÉTICA
Durante el verano, la Administración para Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos adoptó lo que ha llamado una “acción histórica”, otorgando la primera autorización para una terapia genética dirigida a tratar la leucemia linfoblástica aguda en niños y adultos jóvenes. Producido por la compañía farmacéutica Novartis, Kymriah es un tratamiento anticanceroso innovador mejor conocido como terapia CAR-T. Con este tratamiento, las células T del paciente (los glóbulos blancos del sistema inmunológico) se modifican genéticamente para que reconozcan células cancerosas, y luego se reintroducen en el paciente para que hagan su trabajo. Los ensayos clínicos con el medicamento produjeron una tasa de remisión de 83 por ciento.
Pocos meses después, la FDA dio su autorización a Kite (subsidiaria de Gilead Sciences) para una terapia CAR-T similar llamada Yescarta, la cual trata ciertas formas de linfoma no Hodgkin en adultos. Y en otoño, un panel de asesores de la FDA instó a la dependencia para que aprobara otra terapia genética dirigida a un tipo de ceguera hereditaria, la cual puede tratarse corrigiendo una mutación genética específica.
ILUSTRACIÓN: ALEX FINE
George Church, profesor de genética en Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts, dice que esta nueva frontera de la medicina biológica seguirá haciendo noticia en 2018. “Creo que habrá muchos más ensayos clínicos con terapia genética, y que podríamos ver algunos adelantos para revertir el envejecimiento”.
Una posibilidad seductora que se presta para la resolución de Año Nuevo perfecta: hacernos más jóvenes.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek