Cataluña “es un asunto nacional de España”, resumió este viernes el presidente del gobierno español Mariano Rajoy, al término de una cumbre en Bruselas, donde recurrió al silencio para evitar la europeización de la crisis política abierta con el reto independentista catalán.
“Este asunto no figuraba en el orden del día y yo estoy de acuerdo (…) porque este es un asunto nacional, es un asunto de España”, respondió Rajoy en rueda de prensa a la pregunta de por qué no aprovechó la cumbre para aplacar la incertidumbre generada entre sus socios europeos.
Desde el inicio del reto secesionista en Cataluña, Madrid ha querido evitar un alcance fuera de sus fronteras de esta crisis política, pese a los reiterados llamados de los líderes independentistas catalanes a una mediación internacional sobre este, a su juicio, “problema europeo”.
Las instituciones y líderes europeos han mostrado desde el inicio su apoyo a la posición de Madrid, argumentando que es un “asunto interno” de España, si bien, como reconoció el jueves el presidente del Consejo Europeo, el polaco Donald Tusk, la situación en España es “preocupante”.
Sin embargo, a su llegada a la cumbre, España recibió el firme apoyo de los países europeos, empezando por Francia y Alemania, y el compromiso del presidente del Consejo Europeo de que “no hay lugar para una intervención de la UE” en esta crisis política en un país miembro del bloque.
Mutismo durante la cena
El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró a su llegada que la cumbre estaría marcada por un “mensaje de unidad” alrededor de España, mientras que Merkel, una líder próxima a Rajoy, abogó por hallar “soluciones en base a la Constitución” española, como defiende Madrid.
La voz discordante entre los líderes fue la del primer ministro belga, Chales Michel, quien en un lenguaje mucho más fuerte llamó el jueves a “una desescalada” en España y al “diálogo” para hallar una “solución política”.
Pese a todas las señales positivas al inicio de la cumbre, el mandatario español no aprovechó esta ola de simpatías, y alguna crítica, para mostrar públicamente el apoyo de la UE, horas antes de anunciar medidas concretas para intervenir la autonomía de Cataluña.
“El orden del día lo hace el presidente del Consejo Europeo”, se justificó Rajoy, aunque una fuente europea había explicado días antes de la cumbre que Tusk incluiría el tema en la agenda, si así lo solicitaba el jefe de gobierno español.
La cuestión de Cataluña tampoco fue abordada durante una reunión bilateral con Macron consagrada a los trabajadores desplazados, según una fuente diplomática, ni durante una cena el jueves a puerta cerrada de los líderes, pese al cable echado por Merkel.
Fuentes coincidentes indicaron esa negativa. “Durante la cena [del jueves], Merkel preguntó a Rajoy si quería hablar sobre Cataluña”, pero Rajoy dijo que “no”, explicó una fuente diplomática, que pidió el anonimato.
Silencio a la salida y a la llegada, silencio durante la cena, silencio en su encuentro bilateral y respuestas evasivas durante la rueda de prensa. Tal y como había avanzado una fuente diplomática, Rajoy no tenía la intención de abordar la crisis al más alto nivel y así fue.