Ai tal vez sea el artista contemporáneo más conocido del mundo, pero ha estado “sin hogar” desde entonces, y ello ayudó a suscitar sus más recientes obras activistas: el documental Human Flow, sobre la crisis mundial de refugiados, y un grupo de estructuras públicas monumentales llamado Buenas cercas hacen buenos vecinos, en la ciudad de Nueva York. Cercas aborda el ascenso del nacionalismo y el cierre de fronteras —y corazones— a refugiados e inmigrantes; Human Flow ilustra la creencia fundamental de Ai de que los humanos necesitan protegerse unos a otros: “Cualquiera que sea lastimado doquiera en este mundo, todos somos lastimados. Todos somos vulnerables”.
A principios de octubre, el artista visitó Nueva York para promover Human Flow. Fue poco después de que escandalizados activistas por los derechos de los animales presionaron al Museo Guggenheim a retirar tres obras (incluida una instalación con lagartos e insectos vivos) de su exhibición “Arte y China después de 1989: teatro del mundo”.
Ai habló con Newsweek sobre ello, y cómo la historia podría tratar a un muro en la frontera de Estados Unidos y México.
—¿Qué perdimos cuando el Guggenheim retiró esas obras?
—Todos sabemos que culturas diferentes y ubicaciones diferentes tienen formas muy diferentes de juicio moral. China no es Estados Unidos, China no es India, y tenemos que entender eso. El intercambio cultural se trata de ver esas diferencias. Por supuesto, no decimos que sea correcto o incorrecto, porque el juicio moral hace al arte muy estrecho. Los nazis tenían un juicio moral muy fuerte respecto al arte. Ellos decían que muchos tipos de arte eran degenerados —el arte abstracto y el surrealista— y que el arte sano trataba de los trabajadores, imágenes socialistas. Pero como resultado, la sociedad alemana se volvió extrema. Cualquier sociedad que trate de hallar la condición pura se vuelve extrema. El arte dice cosas que reflejan nuestra sociedad, que nos hacen pensar y discutir. No podemos simplemente romper el espejo, porque entonces no nos veremos a nosotros mismos o a otros.
—Human Flowy Buenas cercas hacen buenos vecinos abordan las barreras que evitan la tolerancia. El presidente Trump pretende construir un muro para mantener fuera a los inmigrantes mexicanos. Si pudieras hablar con él, ¿qué le dirías?
—Construir estos muros es un acto ridículo. El emperador de China construyó la más grande, la más larga Gran Muralla. Ahora la gente solo se ríe de ello porque son ruinas para turistas. No defiende nada, y es un [recordatorio] permanente del insulto a la dignidad humana.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek