La construcción de prototipos de lo que podría ser el muro propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump inició este martes en la frontera entre Tijuana (México) y San Diego (California).
Uno a uno y no sin antes pasar por un estricto filtro de seguridad, ingresaron camiones con equipo de construcción a un área designada a unas dos millas al este de la garita internacional de Otay Mesa y a escasos metros de la actual barda con México.
Seis compañías, seleccionadas previamente en un proceso de licitación, tendrán treinta días para construir sus propuestas de muro, tanto de concreto como de otros materiales.
Cada prototipo medirá entre 18 y 30 pies de altura, y deberá ser diseñado para “disuadir el cruce de indocumentados en el área de su construcción”, precisó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.
“Durante la construcción de prototipos nos estamos asociando con la industria para identificar la mejor manera de construir y remplazar la infraestructura en nuestra frontera antes de hacer más inversiones”, dijo Roy Villanueva, jefe de Patrulla Fronteriza en San Diego, quien precisó que una estrategia efectiva de seguridad debe incluir además tecnología y personal.
Una vez que concluya la construcción, un organismo privado será el encargado de poner a prueba cada uno de los diseños. “Esto influenciará el diseño definitivo del nuevo muro fronterizo”, detalló el jefe de sector.
Por lo pronto, autoridades de San Diego han designado una zona para la “libre expresión”, para manifestantes que consideren plantarse en el sitio.
El Departamento de Seguridad Interna (DHS) habría externado su preocupación de que se registraran protestas masivas en la zona, de acuerdo a un memorándum divulgado por el Wall Street Journal.
Por ello y adelantándose a cualquier situación, fue que se fijó un área para manifestantes, sólo que esta se ubica a más de una milla de distancia de la construcción.
Sin embargo, activistas como Christian Ramírez, director de la Coalición de Comunidades Fronterizas insisten en que no hay intención de manifestaciones masivas.
“No tengo conocimiento de que se estén convocado a movilizaciones y creemos que esta es sencillamente una distracción más de las que acostumbra hacer el presidente para quitar atención a los temas importantes”, denunció.
Y es que la construcción de prototipos no significa que el muro fronterizo sea un hecho, recordó el activista.
Actualmente, únicamente hay financiamiento entre los 2 y 4 millones de dólares para la edificación de los ocho modelos, pero el proyecto final dependerá de la aprobación del Congreso.
Se estima que la construcción de más de mil millas de muro entre México y Estados Unidos podría costar más de 21 mil millones de dólares, según un documento interno de DHS.
Junto al financiamiento, el muro también enfrenta proceso en la corte y la semana pasada, el estado de California interpuso una demanda legal al considerar que se están violando regulaciones ambientales en la insistencia del gobierno federal por construir el muro lo antes posible.
En los próximos días, el área industrial de Otay Mesa continuará bajo resguardo. Autoridades han colocado decenas de letreros para prohibir el estacionamiento a vehículos a cuadras a la redonda del acceso a la zona de construcción.
Dado que la entrada al sitio pasa por debajo del cruce de camiones que llegan a Estados Unidos desde Tijuana, la Cámara de Comercio estará vigilante a que manifestaciones no interfieran con el flujo fronterizo, aunque por ahora, no hay indicios de que esto podría suceder.