El caso, revelado por Newsweek en Español en la edición número 34, se mantiene vigente en un tribunal internacional. La Secretaría de Economía, la instancia que acusa los señalamientos judiciales de la Lion Mexico Consolidated (LMC), una empresa constituida en Quebec, pero asentada en Texas, se ha reservado comentarios sobre el caso, lo mismo que el consorcio.
Se trata de uno de tres litigios que encara el gobierno de la república en plena renegociación del tratado comercial. La suma de todas las demandas sobrepasa los 800 millones de dólares.
Sin embargo, el procedimiento no guarda claridad, de acuerdo con Héctor Cárdenas Curiel, el empresario mexicano originalmente demandado por LMC, con quien formó sociedad hace poco más de una década con el propósito de construir tres complejos inmobiliarios en Jalisco y Nayarit.
En 2007, LMC hizo una inversión de 32.8 millones de dólares estadounidenses mediante tres pagarés a tres empresas mexicanas del jalisciense Cárdenas Curiel (Inmobiliaria Bains, S. A. de C. V., C&C Capital, S. A. de C. V., y C&C Ingeniería y Proyectos, S. A. de C. V.) para el desarrollo de dos complejos de inmuebles en Guadalajara y uno de Bahía de Banderas, de los cuales LMC era el beneficiario de los pagarés y las hipotecas.
Su deudor habría incurrido en obligaciones de reembolso, y ante la falta de pago, en abril de 2012, LMC entabló un procedimiento especial de ejecución de hipoteca ante los tribunales mexicanos. Para diciembre de 2015, los extranjeros optaron por el arbitraje internacional. Allí, su demandado ya no fue el socio particular, sino el Estado mexicano, argumentando supuestas violaciones al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Específicamente se acusa a México de violar los artículos 1110 y 1105 del TLCAN —en el sentido de que “México ha expropiado la inversión de Lion mediante la cancelación ilícita de los pagarés y las hipotecas emitidos en favor de la demandante, y México no ha otorgado trato justo y equitativo ni protección y seguridad plenas respecto de la inversión de Lion al no garantizar un sistema jurídico adecuado a efectos de proteger los derechos de Lion”.
De manera que la conflictiva relación entre un corporativo y uno de sus socios es ahora un conflicto de Estado, que puede costarle al país más de 223 millones de dólares, si es que los árbitros deciden dar la razón a los quejosos, en el CASO CIADI N.ARB(AF)15/2, que se litiga en Washington.
Hasta ahora, la Secretaría de Economía no ha dado respuesta a una petición de entrevista para hablar de este caso, en el cual, en la capital estadounidense, personal de la dependencia que encabeza Ildefonso Guajardo, junto con abogados externos contratados ex profeso, representan a México como país demandado.
Por parte de la demandante, a la petición de entrevista para hablar del litigio, a través de un correo electrónico se respondió que “en este momento no hay comentarios de este caso”.
En contraparte, Cárdenas Curiel, cuyos negocios derivaron en este litigio internacional, accedió a hablar con esta publicación y asegura que “Lion ya cobró hasta con ganancias”.
HISTORIA DE UN CASO EXCEPCIONAL
Como documentó Newsweek en Español en su edición del 25 de agosto, el fondo de inversión inmobiliaria Lion se asoció con Cárdenas para negocios en el sector inmobiliario, con una inversión de 32.8 millones de dólares, mediante tres pagarés a tres empresas mexicanas de Cárdenas Curiel (Inmobiliaria Bains, S. A. de C. V., C&C Capital, S. A. de C. V., y C&C Ingeniería y Proyectos, S. A. de C. V.) para el desarrollo de dos complejos de inmuebles en Guadalajara y uno en Bahía de Banderas.
En todos, LMC era el beneficiario de los pagarés y las hipotecas.
Lion sostiene en el texto de la demanda que su deudor habría incumplido sus obligaciones de reembolso, y ante la falta de pago, en abril de 2012 entabló un procedimiento especial de ejecución de hipoteca ante los tribunales mexicanos.
El proceso se fue agravando, incluido el encarcelamiento durante cinco meses, y posterior liberación, de Cárdenas Curiel.
Tres años después de que iniciaran su confrontación en tribunales del país, Lion decidió trasladar su querella al ámbito internacional y, al amparo del TLCAN, litigar contra México para reclamarle un pago que numéricamente equivaldría a más siete veces su inversión original.
Pero Cárdenas Curiel asegura que Lion no tiene nada que reclamar.
“Ellos ya cobraron, están pagados, y ahora quieren cobrar esos más de 200 millones de dólares”, dice durante la entrevista que tuvo lugar en la Ciudad de México.
“Un fallo judicial nos obligó a nosotros [sus empresas] a pagarles un monto que incluso se capitalizó con intereses, es decir, se pagó de más, y fue con acciones en dos empresas que tienen importantes activos: un edificio de oficinas muy importante que se llama Corporativo Country Club en Guadalajara, y otras propiedades por desarrollar en Bahía de Banderas, que son terrenos muy valiosos”, explica.
Aun y cuando Lion demandó a México en instancias internacionales, “siguen las demandas en mi contra”, dice. Y esa es una razón “por la que el litigo contra México no debía prosperar”.
De acuerdo con el empresario, para recurrir a instancias internacionales Lion debió abandonar todos los litigios que tienen en México para tratar de recuperar el supuesto daño patrimonial.
Una de las demandas en México entre las empresas
Inmobiliaria Bains, C&C Capital y C&C Ingeniería y Proyectos y Lion
Mexico Consolidated.
“Pero eso ellos lo hicieron tramposamente porque se desisten de la instancia, mas no de la acción. ¿Qué quiere decir? Que tienen vivo iniciar su acción cuando ellos quieran, en cualquier momento. Y, por otro lado, ellos no se desisten de ir por la vía penal donde han estado promoviendo amparos y aseguramiento de los inmuebles, y dando fianzas y garantías para tener amparos, lo que significa que no están cumpliendo las reglas para tener acceso al arbitraje. Evidentemente es una tomada de pelo para los árbitros y para el gobierno mexicano que, obviamente, lo están haciendo incurrir en gastos de defensa”.
Cárdenas Curiel señala, además, otro punto: “Ellos como prestamistas no tienen derecho a demandar un arbitraje, y el Artículo 11 del TLCAN es para inversionistas, y ellos no cumplen ese perfil de inversionistas”.
Sobre su sociedad con el fondo de inversión inmobiliaria Lion, explica: “Nosotros somos una empresa que lleva más de 20 años en el sector inmobiliario, en el desarrollo de fraccionamientos residenciales en Guadalajara. Estas personas (representantes de Lion) nos buscaron. En 2006 me buscó quien llevaba el portafolio manager de Lion México, porque yo tengo muy buenas propiedades a través de diversas empresas en las que participo, y ellos querían invertir capital en proyectos inmobiliarios que nosotros tenemos.
“En septiembre de 2008 —agrega— cuando se dio la crisis en Estados Unidos a raíz de la quiebra de Lehman Brothers, ellos dejaron de cumplir los compromisos de aportar inversión, capital. Pidieron esperar un tiempo para que la economía volviera a su lugar y retomar los proyectos y después ya no cumplieron con los compromisos que ellos debían capitalizar; dejaron de cumplir y allí se dio la problemática”.
Detalla que, a raíz de las complicaciones económicas, el fondo fue vendido a inversores estadounidenses, y ellos ya no llegaron a invertir ni a desarrollar, sino a buscar cómo hacerse de dinero.
“Como por el año 2010, me dijeron que ellos ya no querían tener inversiones que tuvieran el componente turístico en México, y que lo que buscaban era liquidar y salirse”, refiere su versión de lo sucedido.
Ello fue el detonante para que una y otra parte se demandaran en tribunales mexicanos.
—¿Cómo enfrentó esos juicios que incluso lo pusieron unos meses en prisión? —se le pregunta al empresario, que fue acusado de fraude y quien, por cierto, durante su periodo en reclusión tuvo como vecino de celda a Amado Yáñez, dueño de Oceanografía.
—Es un impacto muy fuerte, se vio muy afectada la operación de nuestras empresas y fue muy difícil retomar.
Cárdenas Curiel entregó a este semanario un escrito en el cual argumenta por qué las pretensiones económicas de sus socios contra el Estado mexicano deben considerarse como “improcedentes”.
En el documento se argumenta que “la demandante se ha hecho pasar dolosamente como inversionista, para tratar de acceder a los beneficios del Capítulo XI del TLCAN, no obstante que ha referido como origen de su disputa créditos, es decir, de acuerdo a su propio dicho, le correspondería ‘Servicios Financieros’ Capítulo XIV del TLCAN, de ahí que por disposición expresa de ley, el capítulo al que pertenece el Artículo 1116 no le aplica, mismo que está reservado a los inversionistas exclusivamente”.
La demandante Lion México Consolidated, LP, “ha omitido mencionar que en los procesos seguidos contra las empresas del Sr. Cárdenas Curiel no se desistió de la acción, y sistemáticamente ha promovido, incluso después de la presentación de la solicitud de arbitraje, diversas medidas legales entre las que se encuentran aseguramientos de inmuebles, juicios y el otorgamiento de fianzas, todo lo anterior con el fin de obtener la reparación de un supuesto daño, lo que resulta en una evidente violación a las reglas procesales que impone para la procedencia de un arbitraje el TLCAN”.
Durante la entrevista, Héctor Cárdenas Curiel explicó que ha compartido con la Secretaría de Economía la información que, considera, aporta elementos para la defensa del Estado mexicano. “Ellos seguramente tendrán sus propios argumentos, pero a nosotros nos resulta obvio y, de una primera lectura, que no procede el arbitraje”.
Para que un caso llegue a instancias internacionales es requisito agotar las instancias jurídicas en México. En el caso de Cárdenas y Lion, el empresario asegura que aún litigan sus diferencias en México.
—¿Cuántos juicios mantienen vivos usted y sus socios actualmente en México?
—No lo sé con exactitud, pero sí le diría que son más de 20, todos relacionados con los mismos hechos. Todavía tienen un montón de expedientes abiertos y ahora le están queriendo reclamar al Estado mexicano, lo cual es un engaño.
—¿Qué dice usted de los argumentos que dan sus socios en el arbitraje?
—Que debe ser un juicio que la Secretaría de Economía debía ganar muy fácilmente. Pero si a un extranjero vía el Tratado de Libre Comercio le permiten tener una instancia más que la que tienen los nacionales para tratar de recuperar un reclamo que ellos hacen, y si un reclamo tan mal planteado y tan improcedente —porque no tiene derecho que lo sustente— lograra tener éxito, abriría la puerta para que todo extranjero o empresa extranjera aquí en México tratara en los tribunales que el Estado mexicano les pague lo que han perdido, con el supuesto argumento de que no tuvieron acceso a una justicia. Ellos ya cobraron su inversión, y más. Creo que el gobierno de México sí tiene que ser muy cuidadoso en no permitir que los engañen.
Lion México es una filial de Clarion Partners, una firma de inversión inmobiliaria con 35 años en el mercado (fundada en 1982). Según su descripción en el mercado, la firma busca invertir en Estados Unidos, Reino Unido, Oriente Medio, la Eurozona y México.
La solicitud de entrevista hecha por este medio para hablar del caso CIADI N.ARB(AF)15/2, Lion Mexico Consolidated (LMC) contra Estados Unidos Mexicanos fue atendida por Renee Castro, miembro del corporativo, quien en un correo electrónico se limitó a señalar: “En este momento, Clarion Partners no tiene comentarios con respecto a este caso”.
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