Investigadores creen haber descubierto quién fue Jack el Destripador, cuya identidad es uno de los mayores misterios en la historia criminal británica, tras haber probado la autenticidad de un controvertido diario victoriano hallado hace 25 años.
El texto pertenece a un comerciante de algodón de Liverpool llamado James Maybrick, quien en el volumen de 9,000 palabras confesó los brutales asesinatos de cinco mujeres en el East End de Londres, así como de una prostituta en Manchester.
“Doy el nombre por el que todos me conocen, para que la historia pueda saber lo que el amor hace con un caballero. Verdaderamente, Jack el Destripador”, escribió Maybrick en el cuaderno que se cree que data de 1888.
La autenticidad fue puesta en duda ya que hay quienes aseguran que se trata de una sofisticada falsificación, reporta The Telegraph. La primera versión de cómo salió a la luz refiere que el diario llegó a las manos de un antiguo comerciante de chatarra de Liverpool llamado Mike Barrett a través de un amigo de la familia, Tony Devereux, quien supuestamente había muerto poco después.
El escritor Robert Smith publicó las memorias sobre el caso en su momento y ahora ha presentado nuevas evidencias sobre la verdadera procedencia del texto en el libro 25 años del diario de Jack el Destripador: los hechos verdaderos.
Estos nuevos hallazgos surgieron a partir de que los investigadores especialistas en el caso, liderados por Bruce Robinson, descubrieron que las memorias fueron en realidad descubiertas en la antigua casa de Maybrick en Liverpool.
“Cuando el diario surgió, Mike Barrett se negó a dar una explicación satisfactoria de dónde había venido, pero después de una investigación minuciosa, principalmente por Bruce Robinson, ahora podemos mostrar una pista que nos lleva directamente a la casa de Maybrick”, comentó Smith a The Telegraph.
Maybrick murió en 1889, un año después de los asesinatos de Whitechapel. El comerciante vivió en una gran propiedad, conocida como Battlecrease House, en el suburbio de Merseyside de Aigburth.
En 1992 una empresa local de contratistas eléctricos realizó trabajos en esa propiedad. Entre los trabajadores estaban Arthur Rigby, James Coufopoulos y Eddie Lyons, quienes habrían hallado el diario y habrían pedido ayuda a Barrett un personaje conocido en los bares, quien se puso en contacto con el agente literario de Londres Doreen Montgomery con las inmortales palabras: “Tengo el diario del Destripador, ¿te interesaría verlo?”
“Barrett era un colorido personaje local que siempre se jactaba de ser un autor, así que cuando los electricistas de la casa encontraron este libro, creyeron que era el hombre que podría ayudarlos a venderlo a un editor”, explicó Smith a The Telegraph.
Las cosas se complicaron aún más en 1995, cuando el señor Barrett firmó una declaración jurada afirmando que había escrito todo. Posteriormente se retractó de la confesión. En tanto, Rigby, Coufopoulos y Lyons han negado haber participado en el descubrimiento del libro, aunque sus versiones de los acontecimientos son diferentes.
Pese a todo, Smith siempre ha creído que el documento es genuino.
“La nueva e indiscutible evidencia de que el 9 de marzo de 1992 el diario fue quitado de debajo de las tablas del piso de la habitación que había sido el dormitorio de James Maybrick en 1889 y ofrecido más tarde el mismo día a un agente literario londinense da consideraciones sobre su autenticidad. De ahí se deduce que James Maybrick es su autor más probable: ¿era Jack el Destripador? Ahora tiene que ser el sospechoso principal, pero los esclarecimientos sobre la identidad de Jack el Destripador pueden durar un siglo por lo menos”, comentó Smith.