Horas después de la noticia, se anunció que Bannon regresaría a Breitbart y llevaría “el pulso a la agenda de Trump”. Bannon, según lo declarado en entrevista con Bloomberg,dejaría la Casa Blanca e “iría a la guerra por Trump en contra de sus oponentes”, en particular de aquellos que se encontraban en el Capitolio, en los medios de comunicación y el mundo de los negocios estadounidenses. Al conocer la noticia, Darby manifestó en otro tuit su gran entusiasmo por el retorno de su jefe y escribió lo siguiente: “Pronto contaré a Bannon todo lo que estamos haciendo en México y la frontera y le pediré su consejo”.
En entrevista exclusiva con la autora, el editor en jefe de Breitbart Texas y su reportero estrella, Ildefonso (Poncho) Ortiz, platicaron sobre lo que realizan en la frontera y la información que maneja Breitbart en Texas sobre México. De manera generosa y abierta, este par de amigos, quienes fundaron de la mano con Bannon el proyecto Crónicas de Cárteles (Cartel Chronicles), explican su trabajo en Breitbart, sus motivaciones al escribir las historias y sus sentimientos hacia México, los cárteles, la corrupción y las relaciones fronterizas en Texas.
El equipo de Bannon en Texas pone especial énfasis en los temas de seguridad fronteriza, migración “ilegal”, corrupción de las autoridades mexicanas, tráfico y trata de personas y narcotráfico. Los creadores de Crónicas de Cárteles se han enfocado especialmente en denunciar la corrupción extrema en el interior de las estructuras gubernamentales mexicanas y son activos participantes y comentadores en las redes sociales. Además, existe un lenguaje particular que caracteriza los encabezados y el contenido de sus historias, y que incluye frecuentemente los términos “tráfico”, “ilegal”, “criminal”, “masacre” y “muerte”, así como una serie de expresiones vinculadas con el “narco” o a lo que ellos llaman “cárteles”, tales como “narcoviolencia”, “narcoterror” y “narcoterrorismo”; “narcoparamilitares” y “señores del narco” (drug lords o simplemente “narcos”). La cobertura de Breitbart Texas y sus crónicas está principalmente enfocada en México, donde corre mucha sangre, se trafica mucha droga, se reportan muchas muertes, y existe absoluta impunidad. Esta es la perspectiva de un México narco, de un México sin control y de un México sumergido hasta el fondo en la ilegalidad; en resumen, esta es la visión del México de Steve Bannon y Breitbart Texas. También parece ser el México de Donald Trump, que requería urgentemente de la ayuda de Estados Unidos para acabar con los “bad hombres”.
GÉNESIS DE BREITBART TEXAS Y LAS CRÓNICAS DE CÁRTELES
El proyecto de Breitbart Texas comienza a principios de 2014 y es fundado por Brandon Darby, un personaje extremadamente controvertido y quien fuera en un momento activista de izquierda, informante del FBI y amigo personal del fallecido fundador de Breitbart News, Andrew Breitbart. Darby se cataloga a sí mismo como activista de derechos humanos cuyo trabajo ha sido inspirado por cuatro mentores, dos de ellos de ideologías diametralmente opuestas al otro par, pero que comparten una sola mística de rechazo a las élites en Estados Unidos: Robert King Wilkerson y Malik Rahim, destacados miembros del grupo nacionalista de ultraizquierda afroamericano de las Panteras Negras (Black Panther Party); y dos representantes del grupo de ultraderecha alternativa que encabezan —o encabezaron— el proyecto de Breitbart a escala nacional, Andrew Breitbart y Steve Bannon.
En junio de 2014, Bannon y Darby se reunieron en el restaurante Costa Messa, en McAllen, con el conocido periodista del Valle de Texas, Poncho Ortiz, quien llevaba ya cubriendo por varios años (desde 2008) el crimen organizado y narcotráfico para los periódicos The Brownsville Herald y The Monitor. Ortiz fue integrado entonces al equipo y entre los tres hombres crearon, ese mismo día, después de una “lluvia de ideas” (o como dice Ortiz, “un poco de brainstorm”), el proyecto denominado Crónicas de Cárteles, cuyo objetivo fundamental era enfocarse “en los verdaderos monstruos”: los cárteles mexicanos, los cuales, a decir de Bannon, controlaban, por ejemplo, la ciudad de McAllen, sus espacios de recreación, hospitales, escuelas, etcétera, y contaban con total libertad de operación gracias a “un pacto” en sus propias comunidades del sur de Texas [escuchar episodio 615 del programa de la radio pública estadounidense This American Life titulado “El comienzo del ahora” (615: The Beginning of Now)].
—¿Cuál es la misión de Breitbart Texas? ¿Cuál es el planteamiento principal y los objetivos que ustedes tres tuvieron en mente cuando crearon el proyecto denominado Crónicas de Cárteles?
DARBY: Yo fui amigo personal de Andrew Breitbart antes de que muriera y tenía un gran interés en cubrir Texas. Soy amigo también de Steve Bannon, a quien considero uno de mis mentores, y fue él quien me apoyó para fundar la sección de Texas para Breitbart a finales de 2013, principios de 2014. Nosotros aquí (con un equipo de siete personas que trabajan tiempo completo) somos los únicos que cubrimos la frontera para Breitbart News. Lo hacemos para ayudar a los mexicanos en esta región proporcionando información, pues ellos han estado adoctrinados por cien años y no cuentan con recursos. Sus comunidades están dominadas por grupos de narcoparamilitares que mantienen silenciados a los medios de comunicación.
ORTIZ: En efecto, nuestro objetivo era enfocarnos en los verdaderos monstruos: los cárteles mexicanos. Cuando uno habla de la frontera, por lo general los medios se enfocan en que el gobierno estadounidense es “el malo” porque abusa y desconoce soberanías; o en que los agentes de la patrulla fronteriza son “los malos” porque tratan mal a los migrantes. Pero yo creo que el enfoque debería ser otro. En realidad, los “verdaderos malos” son los cárteles; ellos son los que violan, matan y cometen todo tipo de atrocidades. Los cárteles son, a su vez, alimentados por otros monstruos: los políticos mexicanos, quienes facilitan la operación de los cárteles y promueven sus actividades.
STEPHEN BANNON, según lo declarado en su momento en
entrevista con Bloomberg, dejaría la Casa Blanca e “iría a la guerra por Trump
en contra de sus oponentes”. FOTO: BRENDAN SMIALOWSKY/AFP
“Nuestro objetivo inicial era enfocarnos en los tuiteros, periodistas locales y periodistas ciudadanos en situación de riesgo, quienes no pueden decir lo que pasa en las zonas controladas por los cárteles. Bannon me dijo entonces: ‘Contrátalos’, y pensamos entre los tres en la forma en cómo estas personas podrían contribuir y comunicar información real sin filtro. Partimos del supuesto de que la gente en México no tiene voz. En varias zonas del país, como en Coahuila y Tamaulipas, los cárteles controlan los medios de comunicación. En Tamaulipas el control es casi total. Para cuando empecé en Breitbart, yo tenía ya varios contactos en Tamaulipas, sobre todo en Reynosa y Matamoros. En el transcurso del tiempo, fui ampliando esa red; empiezo entonces a cubrir Coahuila para Breitbart y a reclutar personas a través de otras personas —muchas de ellas operaban en los medios de comunicación informales y en las redes sociales—. El grupo se va ampliando y así les vamos dando voz a ‘los que no tienen voz’ en el norte de México, sobre todo en aquellos espacios donde no hay periodismo fuerte del lado estadounidense o periodismo libre del lado mexicano.
“Al hacer esta labor, estamos conscientes de que el gobierno de México, así como los medios tradicionales (mainstream) de comunicación mexicanos y extranjeros crean contenidos que no reflejan la verdadera realidad del país. Un ejemplo de esto es el caso de la ‘masacre de Allende’ en el estado de Coahuila. Los medios han llegado incluso a culpar a la DEA de lo ocurrido, y la realidad es que esta institución no tiene la culpa de que el gobierno mexicano sea tan corrupto. Los desaparecidos en esa masacre se cuentan por cientos. Los medios han subestimado el número de muertos, así como la magnitud de la tragedia, pues se han enfocado en los primeros días al hacer el conteo de decesos. Sin embargo, parece ser que más de 300 personas desaparecieron, no solo en cuestión de días, sino incluso de semanas/meses y en una región más amplia que incluye Piedras Negras y la zona de Cinco Manantiales. Este es solo un ejemplo de una gran tragedia humana provocada por los cárteles. El norte de México es una gran narcofosa común”.
EL CONTEXTO
—¿Podrían explicarme el contexto alrededor del cual surge el proyecto Crónicas de Cárteles y su visión sobre la situación de seguridad en la frontera?
ORTIZ: Sobre el contexto actual de seguridad en la frontera quisiera dar primeramente un ejemplo. Al llegar a Breitbart Texas comencé a cubrir Coahuila. Pasamos tres meses en el estado y nuestra historia publicada el 8 de febrero de 2016 causó revuelo. Reportamos cómo Los Zetas usaron hornos clandestinos para ocultar exterminio masivo en Coahuila; y relatamos cómo aproximadamente 150 de las víctimas de la masacre de Allende fueron incineradas en el penal de Piedras Negras. Al realizar el reportaje descubrimos que el origen de esto no resultó ser un hecho aislado, sino una masacre que se extendió por semanas y quizá por meses. También descubrimos que el gobierno no tiene a la fecha conocimiento del número exacto de muertes ni de desapariciones. Existe aún temor por parte de algunas familias de denunciar lo ocurrido o de reportar la desaparición de un ser querido.
“Al cubrir esta historia fue evidente cómo un cártel controlaba todo un penal con la complicidad de las autoridades mexicanas a todos niveles. También nos dimos cuenta de que la prensa mexicana no había cubierto este hecho apropiadamente y percibimos la actitud pasiva del gobierno estadounidense al insistir en tratar al gobierno mexicano como un socio, un amigo, un aliado, cuando en realidad estamos hablando de crimen organizado perpetrado dentro de las instancias públicas y de corrupción en los más altos niveles de gobierno. La masacre de Allende, Coahuila, no es un hecho aislado en México. Recordemos los eventos violentos de los últimos años en Reynosa, Matamoros y San Fernando en Tamaulipas, o lo ocurrido en Cadereyta, Nuevo León, en 2012, en Veracruz y en otras muchas zonas del país.
“Si empezamos a sumar las muertes derivadas de estos desafortunados eventos podríamos pensar en un ‘narcogenocidio’, del cual nadie quiere hablar. Todos se enfocaron en los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, pero no se quieren enfocar en lo que a todas luces parece ser una crisis humanitaria de grandes dimensiones, que involucra crímenes de lesa humanidad. Nadie quiere admitirlo, nadie quiere reportarlo, pero es una realidad. Percibimos entonces dos realidades alternas: la realidad que nos presenta el gobierno y los medios formales, y la verdadera realidad que nosotros en Breitbart Texas deseamos comunicar. Pensamos que tenemos en frente una crisis humanitaria, hacia la cual la misma ONU debería dirigir su atención. Y este es un tema que rompe barreras políticas y sobrepasa ideologías. No es una cuestión de izquierdas o derechas, sino más bien una crisis de Estado fallido, donde las víctimas son miles de seres humanos.
“En este escenario de violencia extrema y crisis humanitaria lo que más preocupa es la enorme corrupción estructural que se manifiesta como el gran ‘cáncer’ de México. Por ejemplo, pareciera ser que lo que más le hizo daño al expresidente Calderón no fue la narcoviolencia, sino el hecho de que la mayoría de los gobernadores, que eran priistas, lo dejaran solo. En realidad, los estados de mayor conflicto (Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León y Veracruz) en su momento eran priistas. Y dado el apoyo de dichos gobernadores a la expansión del crimen organizado en sus estados, pudiera decirse que ellos eran miembros del propio cártel o cárteles que operaba(n) en sus estados. Un caso muy concreto es aquel del gobernador tamaulipeco Tomás Yarrington —el cual ha sido cubierto ampliamente por Breitbart—, quien enfrenta cargos en Estados Unidos por tráfico de drogas y lavado de dinero. En este sentido, este exgobernador parece más bien ser un miembro activo del cártel y no simplemente alguien que se hizo ‘de la vista gorda’.
—¿Cómo evaluarían ustedes las políticas actuales para resolver la problemática fronteriza en ambos países?
DARBY: Las políticas actuales para resolver el problema de los cárteles mexicanos son inadecuadas. Es preciso estudiar mejor las causas de raíz del problema del narco para proponer soluciones realmente efectivas. Asimismo, es necesario identificar a los verdaderos criminales: los políticos corruptos, los que facilitan el lavado de dinero y los abogados de los empresarios ilegales. Esto no se ha hecho bien. Estados Unidos tiene la Iniciativa Mérida y la mayor parte de la gente encargada de supervisar el gasto en este programa en el Departamento de Estado son burócratas desinteresados que no hablan español ni entienden bien la situación debido a las frecuentes rotaciones a las que están sujetos como miembros del servicio exterior estadounidense en México. Estos burócratas reciben información importante sobre las redes criminales, pero por consideraciones diplomáticas prefieren no ir por los “peces gordos”. Piensan que lo más conveniente, políticamente, es pasar por alto algunos crímenes y corrupción de ciertos políticos a fin de facilitar la relación bilateral en otras áreas. Así, las figuras clave en las redes criminales operan con toda impunidad y libertad y podría decirse que, en cierta medida, están siendo protegidos por personal del Departamento de Estado.
“Bajo la Iniciativa Mérida parece ser también contraproducente operar de la mano de las fuerzas federales mexicanas, pues el mismo presidente mexicano podría (y pareciera) tener vínculos con los cárteles. Quizá sería mucho mejor interactuar selectivamente con gobiernos estatales. Muchas de las decisiones en materia de seguridad fronteriza en México son tomadas por las élites mexicanas que ‘comen tortas’ en la Ciudad de México y no conocen la realidad de aquellos que viven en la frontera y sufren realmente la furia de los cárteles”.
ANDREW BREITBART, editor y fundador del sitio web Breitbart
News, en imagen captada en noviembre de 2011. Murió en marzo de 2012, a la edad
de 43 años. FOTO: NICHOLAS KAMM/AFP
ORTIZ: Pienso que Estados Unidos debe cambiar la forma en la que apoya a México. A través de Plan Mérida nuestro país “regala” dinero a México para que luche contra los cárteles. Desafortunadamente, el dinero no llega a la gente que verdaderamente se encuentra luchando contra estos grupos. Los recursos que manda el Departamento de Estado a México no llegan a la gente que debería llegar; se pierde en la burocracia y en la corrupción de México. Lo mismo sucedió con el apoyo financiero proveniente de Estados Unidos para transitar hacia el sistema de juicios orales. Los recursos fueron enviados a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) para apoyar a los jueces, pero se reportan en la práctica una serie de irregularidades y desvíos derivados también de la gran corrupción que prevalece en México.
“La creciente colaboración en materia de seguridad entre Estados Unidos y México se ha ejercido en el marco de la denominada ‘guerra contra las drogas’. Sin embargo, en mi opinión, esta nunca ha sido una guerra; en realidad ha sido simplemente una pantalla y una guerra solo de nombre. ¿A qué me refiero con esto? Si en realidad fuera una guerra, Estado Unidos tomaría un rol un poco más activo, más fuerte. Los bancos que le lavan el dinero internacionalmente a los políticos mexicanos y a los cárteles recibirían sanciones más fuertes, las cuales no se han visto aún; no tenemos banqueros prominentes en prisión. Asimismo, habría políticos mexicanos enjuiciados en cortes internacionales por el exterminio de personas, pero esto tampoco ha ocurrido, ni está en proceso de ocurrir pronto según parece.
“Otro grave problema es el generado por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Si se considera desde el punto de vista del narcotráfico, el TLCAN resulta ser un verdadero problema dados los miles y miles de camiones que cruzan la frontera todos los días y que no están sujetos al escrutinio de las autoridades aduaneras. Las autoridades de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) solo pueden inspeccionar una mínima fracción de los camiones que pasan por los principales puntos de cruce fronterizo. Quien se ha dado cuenta de esto son los cárteles. La marihuana pasa por la cerca o por el río, pero la droga fuerte, es decir, lo que verdaderamente deja dinero (como la cocaína, la heroína y las metanfetaminas) pasa por los puentes internacionales. Entonces, podemos decir que el TLCAN ha ayudado a los cárteles a mover su contrabando. ¿Cuáles son las ciudades que han visto más violencia en los últimos años? Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Reynosa; es decir, ciudades que han tenido los cruces más activos en cuestión industrial y son las plazas más peleadas por los cárteles.
“En lo que se refiere al tema migratorio en Estados Unidos, políticos de ambos lados del espectro ideológico han ignorado la enorme problemática que se ha presentado en el país por varios años y no han implementado aún medidas efectivas para hacerle frente. El sistema migratorio de Estados Unidos es un sistema por demás disfuncional y nadie ha querido arreglarlo para que la ‘gente de bien’ pueda venir para acá y, al mismo tiempo, prohibir que los cárteles, los criminales y aquellos migrantes con malas intenciones lleguen a la Unión Americana. Ese es el problema que nadie ha querido ver, que nadie ha querido resolver efectivamente. Tanto la cuestión migratoria como la problemática que relaciona al TLCAN con el narcotráfico se siguen viendo como cuestiones diplomáticas, y no se han planteado a la fecha opciones viables con el objeto de no ofender a nadie. Así nunca se resolverán estos grandes problemas que requieren proteger a unos y que se enjuicie a otros”.
—¿Qué debe pasar para resolver efectivamente esta gran problemática en los temas de narcotráfico y seguridad fronteriza? ¿A qué le llamaríamos una verdadera guerra contra las drogas?
ORTIZ: Una verdadera guerra contra las drogas requeriría necesariamente clasificar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas. No resulta descabellado comparar un cártel con un grupo terrorista. Por ejemplo, al igual que el Estado Islámico o las FARC, los cárteles mexicanos tienen poder político, utilizan el terror para mantener su poder y utilizan el mercado negro para financiar sus actividades. Según estos criterios, hace sentido clasificar formalmente a los cárteles mexicanos como grupos terroristas. Así, las mismas leyes que sancionarían a un grupo como el Estado Islámico, sancionarían a un político que trabaja para Los Zetas o el Cártel del Golfo; las mismas leyes que prohíben que un banco le lave el dinero al Estado Islámico, prohibirían que ese banco le lave el dinero a Los Zetas, al Chapo o a Humberto Moreira. Si se declara a los cárteles como grupos terroristas se abriría un esquema totalmente diferente que facilitaría la identificación de políticos corruptos como miembros activos de los cárteles. Lo anterior implicaría ver al gobierno de México, bajo ciertas circunstancias y en lo que le corresponde en caso de brindar protección a estos grupos, como una organización criminal.
“Lamentablemente, no va a suceder nada efectivo hasta que no tengamos a un gobernador mexicano en una corte federal por delitos vinculados a delincuencia organizada, narcotráfico y lavado de dinero. Si no hay consecuencias, la situación se va a mantener como hasta ahora. Hasta la fecha es claro cómo ni los políticos corruptos de más alto rango en México ni los verdaderos líderes de los cárteles, o empresarios criminales, han visto ninguna consecuencia efectiva de lo que han hecho todos estos años. Es preciso mostrar a los narcotraficantes, así como a los empresarios criminales y políticos corruptos, que todo acto criminal tiene consecuencias. Hoy hay órdenes de aprehensión en Estados Unidos contra gobernadores y alcaldes mexicanos. Sin embargo, Estados Unidos no ha utilizado su presión diplomática para que esas personas sean extraditadas. Cuando estas cabezas empiecen a rodar, el gobierno de México va a dejar de proteger criminales.
“A las agencias de seguridad estadounidenses también les corresponde incrementar sus facultades, no solo en las aduanas y puentes, sino además brindar mayores apoyos a sus agencias de investigación e inteligencia (DEA, FBI, HSI e, incluso, CIA). Al mismo tiempo, deberán brindarse más recursos a las cortes dado que algunas no cuentan con suficientes jueces. Sobre el muro fronterizo puede decirse que este es un obstáculo más que dificultaría las actividades de los cárteles. Sin embargo, como estrategia, la construcción del muro es incompleta si no se refuerza con un mayor número de agentes, investigadores, fiscales y jueces.
MARZO DE 2017: En plena era de Trump, docenas de
trabajadores y activistas inmigrantes latinoamericanos en Nueva York se
manifiestan a favor del respeto a los derechos laborales. FOTO: SPENCER
PLATT/AFP
DARBY: Es necesario dar a los cárteles una lección ejemplar a través de acciones concretas que desincentiven su presencia y sus acciones. Yo lo que haría sería tomar un par de facciones de los cárteles del noreste de México (del Cártel del Golfo y Los Zetas, por ejemplo) y los declararía organizaciones terroristas, pues han cruzado la línea. Así presionaríamos a aquellos que cooperan con ellos y principalmente a aquellos que tienen relaciones con estos grupos a los más altos niveles de gobierno. Así, los políticos y empresarios se empezarán a distanciar de ellos porque, si no, los podríamos incluir en una lista de vigilancia de terroristas (terror watch list). Hacer esto hace sentido, pues estamos hablando de organizaciones paramilitares que tienen control físico sobre importantes regiones de una nación. Estos grupos cuentan con vehículos blindados y armas de alto calibre que son incluso mejores que las del ejército.
—¿Qué hay del tema de la migración y el crimen organizado o lo que ustedes llaman cárteles?
ORTIZ: Desafortunadamente, conforme los cárteles históricamente se fueron expandiendo funcional y territorialmente, ellos tomaron el control de la cuestión migratoria. Nadie cruza ese río, esa cerca, esa frontera, sin que un político mexicano esté haciendo dinero y sin que los cárteles le den su permiso. Hace 20 o 30 años la situación era diferente y un migrante podía alcanzar lo que se denominaba el “sueño americano”. Estos cárteles son ya una gran limitante para alcanzar ese sueño, pues ahora los migrantes enfrentan todo tipo de abusos, violaciones, secuestros, y son forzados a cargar droga para poder cruzar a Estados Unidos.
DARBY: A los miembros de nacionalidad mexicana que pertenecen a los cárteles no los puedo llamar migrantes; a ellos los llamo “aliens”, o mejor dicho, “aliens ilegales” (illegal aliens). Hoy hay una gran vinculación entre los cárteles y la migración ilegal. Ahora los cárteles ya no son simplemente cárteles de la droga, sino que se dedican a otras cosas. Sabemos que el Cártel de Sinaloa obtiene la mayor parte de su dinero a través de la venta de narcóticos, pero en el caso de Zetas y el Cártel del Golfo, aproximadamente un tercio de sus ingresos se obtienen a través del tráfico de migrantes. Entonces, tenemos una relación muy directa entre estos dos fenómenos y esto es un grave problema que nadie ha querido enfrentar adecuadamente; ni la izquierda, ni la derecha en este país. Ninguno de los partidos quiere resolverlo por razones políticas y por convenir a intereses económicos.
“En Estados Unidos necesitamos migrantes en el sector agrícola y, en general, el país es completamente dependiente de la mano de obra mexicana. Esta visión de Breitbart Texas es un poco distinta de la visión de Breitbart News en general. Nosotros somos antiinmigrantes. Lo que yo propondría para resolver este problema y frenar a los cárteles en su negocio de tráfico de migrantes es sellar la frontera absolutamente; es decir, cerrarle completamente el paso a la migración ilegal, lo cual eventualmente va a forzar una solución rápida y efectiva para crear un programa de visas de trabajo temporales tal como el Programa Bracero. Esta solución sería más humana, puesto que crearía mecanismos formales de entrada y limitaría el sistema de opresión que mantiene a los migrantes ilegales en Estados Unidos como ciudadanos de segunda clase con menos derechos. Al mismo tiempo, se combatiría más efectivamente a los grupos criminales, y sobre todo a aquellos que reciben un tercio de sus ingresos traficando migrantes”.
CONVENCIÓN DEL PARTIDO REPUBLICANO en Texas en 2014 y
graduación de las nuevas tropas del Departamento de Seguridad Pública de
Texas. Noticias como estas son ampliamente difundidas por Breitbart Texas. FOTOS:
FACEBOOK/BREITBARTTEXAS
—¿Cómo ves las cosas hoy?
DARBY: En los últimos años, la reacción por parte del gobierno estadounidense en contra de los cárteles mexicanos ha sido muy débil. Yo voté por Donald Trump, pues creí en sus promesas y pensé que sus acciones resolverían verdaderamente los problemas de la gente que vive en el norte de México. Esto no ha pasado. Estoy muy decepcionado y triste, pues he visto sufrir realmente a las familias de las víctimas de los cárteles en la frontera. He sentido el enojo y la desesperación de los padres que han perdido a sus hijas en manos de criminales que las han secuestrado, violado y asesinado. Me lastima todo esto. Bannon me prometió que antes de que terminaran estos cuatro años la administración de Trump lanzaría una ofensiva sin tregua en contra de los cárteles. Sin embargo, la prioridad ahora parece ser la Mara Salvatrucha (MS-13). Esto me parece desafortunado.
“Me siento mal, decepcionado, estoy en solidaridad con los oprimidos. La izquierda en Estados Unidos no ayuda en nada. No veo su solidaridad. Solo nosotros en Breitbart Texas reportamos lo que pasa en Reynosa, en Coahuila. Los medios mexicanos se venden o están silenciados. Y la cobertura en estas regiones por parte de la prensa extranjera (mainstream) como CNN, el NYT o el The Washington Post es casi nula. A nosotros sí nos importa la gran corrupción que impera en México y que involucra incluso al presidente de México y algunos miembros de su gabinete. Cubrimos con detalle el caso de Tomás Yarrington y el de Humberto Moreira. Si Moreira fuera mi gobernador yo tendría serios problemas con eso. El caso de Moreira no hubiera progresado así en el estado de Texas.
“Yo hubiera deseado que Donald Trump se involucrara, pero entiendo las complejidades y limitaciones derivadas del tema de las soberanías nacionales. Sin embargo, aún tengo la esperanza. Con nuestra cobertura estamos dando voz a muchas personas. Habrá una presión para el cambio ejercida por muchas voces”.
—∞—
Guadalupe Correa-Cabrera es profesora de la Universidad de George Mason en Virginia, Estados Unidos.