El Día Internacional Contra las Pruebas Nucleares observado por la ONU no tuvo un gran comienzo que digamos. Corea del Norte siguió ignorando los múltiples llamados para ponerle fin a su programa de desarrollo de misiles nucleares y en su lugar disparó un misil balístico sobre Japón el martes.
La prueba del misil ocurrió cuando altos diplomáticos de la ONU se reunían en Ginebra, Suiza, para discutir el desarmamiento. En su lugar, son confrontados con una amenaza creciente de las ambiciones nucleares de Corea del Norte.
En la reunión, el embajador de Corea del Norte ante la ONU, Han Tae Song, tomó una actitud desafiante frente a las críticas tras el lanzamiento del martes, la 14ª vez este año que Corea del Norte ha montado pruebas de misiles.
Él afirmó que EE.UU. y sus ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur están llevando la situación “hacia niveles extremos de explosión”, obligando a la República Popular Democrática de Corea (RPDC, el nombre oficial de Corea del Norte) a seguir desarrollando armas nucleares como una forma de disuasión.
“La RPDC seguirá fortaleciendo su capacidad de defensa con fuerza nuclear, la cual favorecerá mientras EE UU mantenga el congelamiento nuclear, y no detenga los ejercicios militares, en el umbral de la RPDC. La presión de EE UU y su actitud provocadora solo dan la justificación para la medida de la RPDC de fortalecer sus capacidades de autodefensa”, dijo el embajador, citado por Reuters.
Según el servicio secreto sudcoreano, el lanzamiento estaba destinado a sumarle credibilidad a dichas capacidades. “Corea del Norte sugirió que su amenaza a Guam podría convertirse en realidad”, dijo el Servicio Nacional de Inteligencia (SNI) en una sesión informativa parlamentaria el martes, según la agencia de noticias Yonhap. “[Corea del Norte] tenía la intención de maximizar el impacto de su demostración de fuerza al enviar el misil sobre el espacio aéreo de Japón”.
Koh Yu-hwan, un especialista en Corea del Norte en la Universidad Dongguk en Seúl, dijo que el lanzamiento del misil fue planeado como un acto de provocación que, sin embargo, no cruzaría abiertamente territorio estadounidense. “Pienso que Corea del Norte probablemente hizo un acto provocador ya que no puede disparar misiles hacia Guam, lo cual significa un ataque a EE.UU.”, dijo él a Yonhap.
El lanzamiento del misil pone a EE.UU. en una posición difícil ya que representa una provocación obvia pero, como tuiteó el experto en no proliferación nuclear Jeffrey Lewis, no podría llevar a EE.UU. a “iniciar una guerra nuclear por unos cuantos peces muertos”.
Previamente este mes, Corea del Norte amenazó con atacar el territorio estadounidense de Guam, el cual se encuentra alrededor de 2,100 millas de Pyongyang, con cuatro misiles balísticos de rango intermedio Hwasong-12, el mismo tipo de cohete que posiblemente fue lanzado de un sitio cercano a Pyongyang más temprano este martes.
El Hwasong-12, el cual fue probado con éxito por primera vez en mayo y se cree que es capaz de alcanzar Guam, fue lanzado desde el Aeropuerto Internacional Sunan cerca de Pyongyang, voló sobre la isla japonesa de Hokkaido a aproximadamente 2,700 km (1,680 millas) y alcanzó una altitud cercana a 550 km (340 millas), antes de separarse en tres piezas y terminar en el Pacífico.
La Seguridad Nacional de Guam dijo que detectó el lanzamiento pero estableció que no era una amenaza ya que la trayectoria del misil se dirigía al este en vez de al sur hacia la isla.
Aun así, el lanzamiento suscitó una reacción furiosa en Tokio, con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, llamando al acto una “amenaza sin precedentes, grave y seria” a la estabilidad regional.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, dijo en una declaración publicada por la Casa Blanca que las acciones de Corea del Norte mostraban desprecio por la comunidad internacional. “Las acciones amenazantes y desestabilizadoras solo aumentan el aislamiento del régimen de Corea del Norte en la región y entre todas las naciones del mundo”, decía la declaración, añadiendo: “Todas las opciones están en la mesa”, sin ahondar más allá.
Antes de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU el martes, la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikki Haley, pidió acciones “serias”. Ella dijo a los reporteros que Corea del Norte había “violado cada una de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU que hemos tomado y por lo tanto, pienso que algo serio tiene que suceder”.
Funcionarios del Pentágono y el Departamento de Estado han dicho en repetidas ocasiones que, aun cuando las opciones militares siguen en la mesa, las acciones diplomáticas eran la manera preferida de lidiar con la amenaza norcoreana.
Podrían considerarse nuevas acciones. Previamente este mes, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó unánimemente sanciones nuevas que afectan los ingresos de Corea del Norte por exportación de carbón, hierro, mineral de hierro, plomo y mariscos. Añadir el petróleo y los textiles a la lista de productos sancionados paralizarían todavía más la economía norcoreana, según fuentes diplomáticas citadas por Reuters.
EE.UU. también podría ordenar que sus bombarderos estacionados en Guama vuelen sobre la península coreana, como lo hicieron después de la segunda prueba de lanzamiento de un misil balístico intercontinental a finales de julio.
Tras haber agitado todavía más las tensiones, Corea del Norte ahora espera una reacción para evaluar el precio de continuar sus pruebas.