La Secretaría de Hacienda y Crédito Público autorizó la operación de la Bolsa Institucional de Valores (BIVA), la segunda plaza bursátil del país, que quiere captar parte del mercado de capitales de la segunda economía de América Latina, según el título de concesión publicado este martes en el Diario Oficial.
La BIVA nace después de casi dos años de gestiones convirtiéndose en el nuevo competidor de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), que permaneció más de cuatro décadas como el único mercado bursátil del país.
La Bolsa Institucional iniciará actividades en enero y busca captar empresas debutantes en el mercado bursátil y una parte de las compañías cuyas acciones cotizan actualmente en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), dijo el lunes su presidente, Santiago Urquiza.
La nueva plaza tendrá sede en Ciudad de México y contará con el respaldo tecnológico de Nasdaq a través de su sistema de intercambio conocido como Nasdaq X-stream Trading, usado por más de 70 mercados a nivel mundial.
La entrada en operaciones de la Bolsa Institucional de Valores “propiciará competencia y podría generar múltiples beneficios para los usuarios de las Bolsas de Valores”, se lee en el título de concesión. Entre algunos beneficios directos se encuentran:
Estructura de costos: reducción en costos de listado, mantenimiento, y de transacción cobrados a emisores e intermediarios financieros por los servicios que ofrecen las Bolsas de Valores.
Procesos operativos y oferta de productos: promoción de mejoras a la eficiencia en los procesos operativos, derivado de la innovación, la competencia y el uso de tecnologías de vanguardia; e incentivos para la participación de nuevos actores financieros con estrategias novedosas y enfocadas a distintos nichos de mercado.
Márgenes de compra y venta: reducción de los márgenes de compra y venta de valores, como producto de la innovación tecnológica y la reducción de costos cobrados por las Bolsas de Valores para llevar a cabo las transacciones, así como por el incremento en la información disponible para la formación de precios.
En tanto que los beneficios indirectos potenciales son la promoción del crecimiento del mercado de valores, las mejoras a los procesos de formación de precios, el incremento de la liquidez de los mercados e incentivar la inversión nacional y extranjera en proyectos productivos.