Los desechos tóxicos producidos por uno de los peores desastres nucleares del mundo serán arrojados al mar, según el jefe de la compañía japonesa encargada de limpiar el desorden radiactivo, a pesar de las protestas de los pescadores locales.
Takashi Kawamura, presidente de la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO), dijo a medios extranjeros que casi 777,000 toneladas de agua contaminada con tritio, un subproducto del proceso nuclear que es notoriamente difícil de filtrar fuera del agua, serán arrojadas al Océano Pacífico como parte de un esfuerzo de recuperación de miles de millones de dólares después del desastre nuclear de Fukushima de 2011. Ese año, un terremoto y un tsunami azotaron a Japón, matando a más de 15,000 personas y llevando a una serie de fusiones en la planta nuclear de Fukushima causando que arrojara la radiación que ha plagado a la región desde entonces. Si bien se han hecho muchos progresos para limpiar el área, la compañía acaba de resolver el debate sobre qué hacer con el agua que se utilizó para enfriar los reactores dañados de la planta, lo cual casuó que se viciara con tritio.
“La decisión ya ha sido tomada”, dijo Kawamura, según The Japan Times. “Podríamos haber decidido mucho antes, y esa es la responsabilidad de TEPCO”, agregó según Reuters.
El tritio es relativamente inofensivo para los seres humanos en pequeñas dosis, y el presidente de la Agencia Reguladora Nuclear Japonesa, Shunichi Tanaka, dijo a The Guardian el año pasado que el tritio en los tanques de Fukushima era “tan débil en su radioactividad que no penetraría una envoltura de plástico”. El vertido de agua contaminada con tritio en el mar no es en absoluto una práctica poco común en las centrales nucleares, pero se ha encontrado con la oposición de los pescadores locales, quienes dicen que su industria ya ha sufrido lo suficiente como consecuencia de la crisis ambiental.
Mientras TEPCO y Tokio dicen que la baja concentración de tritio causaría poco daño al ecosistema y podría evitar que ocurra un accidente más grave en el sitio, donde alrededor de 580 tanques están almacenados, los pescadores argumentan que la publicidad negativa sería devastadora para su modo de vida . Decenas de países y la Unión Europea ahora prohíben ciertas importaciones de pescado de Japón después del desastre, y hasta 33 continúan haciéndolo a partir de marzo. La decisión de TEPCO también ha sido recibida con indignación por activistas antinucleares como Aileen Mioko-Smith de Kyoto Green Action Japan, un grupo creado en 1991 que “está trabajando para crear un Japón libre de energía nuclear”, según su página web oficial.
“Este accidente ocurrió hace más de seis años, y las autoridades deberían haber sido capaces de idear una manera de eliminar el tritio en lugar de simplemente anunciar que lo van a tirar al océano”, dijo Mioko-Smith al Telegraph.
“Dicen que será seguro porque el océano es grande, por lo que se diluirá, pero eso establece un precedente que puede ser copiado, esencialmente permitiendo que cualquiera arroje desechos nucleares a nuestros mares”, continuó.
El exceso del presupuesto destinado por TEPCO, que a menudo demoró el esfuerzo para recuperar su antigua planta, ha sido objeto de controversia por varias razones. Debido al combustible nuclear residual, partes de la planta son tan radiactivas que incluso han destruido los robots específicamente diseñados para sobrevivir en este medio ambiente mortal. El mes pasado, la compañía japonesa Toshiba anunció que enviaría un nuevo robot llamado “pequeño sunfish” para vigilar la zona inundada de la planta de la cual no ha vuelto ningún dispositivo, informó BBC News. Varios funcionarios de TEPCO también han sido juzgados por negligencia por el desastre nuclear.
En cuanto al resto de la prefectura de Fukushima, la vida ha comenzado a reanudarse, aunque lentamente. De los aproximadamente 150.000 que huyeron, sólo alrededor del 13 por ciento han vuelto. El gobierno japonés ha presionado cada vez más al resto para que regrese prometiendo mayores inversiones en la infraestructura de Fukushima y retirando los subsidios proporcionados a los refugiados y a sus familias.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek