Por primera vez, un grupo de investigadores ha modificado vacas genéticamente para hacerlas resistentes a la bacteria que causa la tuberculosis bovina. Esta enfermedad está bien controlada en la mayor parte de los países, pero a menudo puede ser fatal en el ganado de las naciones en desarrollo, y es capaz de diseminarse a las personas y otros animales.
Investigadores de Northwest A&F University, China utilizaron una técnica llamada CRISPR para insertar un gen asociado con la resistencia a la tuberculosis en 20 vacas, 11 de las cuales sobrevivieron a los 3 meses de edad. Esos animales fueron más resistentes a la tuberculosis que las vacas no modificadas, y tampoco manifestaron los efectos secundarios no intencionados de la modificación genética. El estudio que describe estos hallazgos fue publicado el 31 de enero en la revistaGenome Biology.
CRISPR es una herramienta muy investigada que se desarrolló hace un par de años, la cual permite insertar genes en lugares específicos del genoma de un organismo, de una manera más rápida y económica respecto de otras técnicas. Se ha usado para modificar muchos organismos, incluidos embriones humanos en laboratorios, y también en ratones, para corregir el gen que causa la distrofia muscular de Duchenne.
En este caso, los científicos utilizaron una versión nueva de la técnica, la cual inserta el gen en un corte único dentro de un filamento de ADN, en el sitio deseado del genoma de la vaca. La diferencia es que, con anterioridad, CRISPR requería de una “tijera” molecular que cortaba los dos filamentos del ADN. La ventaja de la nueva técnica es que es potencialmente más segura, dice Suk See De Ravin, una investigadora del Laboratorio de Defensas del Huésped, parte de los Institutos Nacionales de Alergia y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, quien no participó en la investigación.
“Me parece un estudio genial que demuestra la factibilidad de introducir un gen deseable y de interés mediante un procedimiento potencialmente más seguro”, señala De Ravin. Pero “obviamente se necesitan más estudios para demostrar la seguridad del resultado”.
Añade que la capacidad para reproducir animales “con resistencia mejorada a las infecciones ofrece el potencial de reducir, drásticamente, el abuso de los antibióticos en el ganado”, lo cual es un problema significativo.
Harry Malech, director del Laboratorio de Defensas del Huésped y de los Institutos Nacionales de Alergia y Enfermedades Infecciosas, dice que contar con esos animales resistentes podría ayudar a reducir la trasmisión de la tuberculosis en la leche, un problema de salud importante en los países en desarrollo (el uso generalizado de la pasteurización en Estados Unidos y en la mayor parte del mundo occidental “casi ha eliminado el riesgo de tuberculosis en la leche, aunque el creciente entusiasmo por la leche ‘bronca’ y los quesos crudos… ha reintroducido el riesgo”, apunta).
Chuck Sattler, vicepresidente de programas genéticos en Select Sires, compañía dedicada a la crianza de ganado, dice que el gene insertado ya existe de manera natural en algunas vacas. Los investigadores utilizaron CRISPR para provocar cambios que ocurrirían con la cruza convencional, pero mucho más rápido y de una manera más específica, agrega.
Para que ese ganado transgénico entre en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos tendría que autorizarlo. Y Sattler dice que los costos son prohibitivos en este momento.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek