La candidata demócrata Hillary Clinton votó este martes en las elecciones de Estados Unidos poco después de las 8 de la mañana, en una escuela cercana a su casa en Chappaqua, en el estado de Nueva York.
“Tantas personas confían en el resultado de esta elección, lo que significa para nuestro país, y daré lo mejor de mí si tengo la oportunidad de ganar hoy”, dijo al salir del centro electoral acompañada por su esposo, el ex presidente Bill Clinton.
Tras votar, Clinton saludó a algunos de los cerca de 150 entusiastas simpatizantes que la esperaron más de una hora en las afueras del centro electoral.
“Estoy tan feliz, simplemente estoy increíblemente feliz”, respondió sonriendo cuando un periodista le preguntó si estaba nerviosa dado que es la primera mujer candidata a la presidencia por el partido Demócrata.
Por su parte, Donald Trump votó pasadas las 11 am. en una escuela de Manhattan, donde fue recibido entre aplausos pero también abucheos.
Trump llegó en su limusina acompañado de su esposa Melania y su hija Ivanka. “Bueno, veremos qué pasa, veremos qué pasa. Parece que va muy bien. Ahora mismo se ve muy bien. Será interesante”, dijo brevemente a periodistas después de votar.
“Es una decisión difícil” la elección, dijo el magnate de 70 años, quien iba vestido con un traje oscuro y una corbata azul claro.
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Lunes de cierre de campañas
Hillary Clinton y Donald Trump jugaron ayer sus últimas cartas, a apenas horas de las elecciones presidenciales del martes, con esfuerzos frenéticos de última hora y demostraciones de fuerza política ante enormes multitudes.
En Filadelfia, Clinton mostró su fuerza política al rodearse en el escenario con el mandatario Barack Obama, su esposa Michelle, su marido Bill Clinton y varios astros de rock.
En uno de sus últimos actos en esta campaña, Clinton logró reunir algo más de 30 mil personas, la mayor multitud reunida por ella en toda su campaña.
En la jornada, Clinton tuvo el apoyo de rockeros como Bruce Springsteen y Jon Bon Jovi.
El plato fuerte, sin embargo, quedó a cargo de Obama, en el que será uno de los últimos discursos de su presidencia, quien emocionó a la multitud con un apasionado llamado a defender los avances de sus ocho años de gobierno conduciendo a Clinton a la Casa Blanca.
“Les apuesto que Estados Unidos va a rechazar la política del resentimiento y elegir una política que dice que unidos somos más fuertes. Les apuesto que mañana ustedes van a rechazar el miedo y elegir la esperanza”, dijo Obama, quien habló desde detrás de un vidrio a prueba de balas.
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División o unidad
Al rememorar su propia campaña presidencial de 2008, Obama dijo que “ustedes me dieron una oportunidad. Un tipo flaquito con un nombre medio extraño… Y en estos ocho años he visto cuanto ustedes han trabajado duro por los valores que enseñamos a nuestros niños”, dijo.
Obama dijo saber que “ha sido una campaña larga. Ha habido mucho ruido y muchas distracciones. Por momento parecía más a un reality show o una parodia. Pero mañana (…) la opción que enfrentarán no podría estar más clara, y tampoco podría ser más seria”.
Por su parte, Clinton dijo que los estadounidenses que vayan a las urnas el martes tendrá por delante una opción entre la “división y la unidad”.
“Como el presidente les ha dicho, la opción es clara en esta elección. La opción entre la división y la unidad, entre una economía que funciona para todos o solo para aquéllos que están en la cima”, expresó la ex secretaria de Estado.
Obama utilizó un atril con el escudo oficial de la presidencia estadounidense para pronunciar su discurso. Sin embargo, cuando tocó el turno de Clinton de hacer uso de la palabra, el atril fue mantenido en el lugar, en una quiebra del protocolo aparentemente planeada cuidadosamente.
Trump: la gente contra la corrupción
Simultáneamente,Trump protagonizó un acto de campaña en Manchester, New Hampshire, un estado donde Obama venció en las elecciones de 2012 aunque esta vez el millonario candidato espera poder convertirlo en territorio republicano.
“¿Ustedes quieren ver a Estados Unidos siendo conducido por una clase política corrupta, o quieren ver a Estados Unidos siendo conducido, una vez más, por su gente?”, preguntó Trump a su audiencia haciendo uso del arma más eficiente que tuvo en toda la campaña: su incendiaria retórica.
Trump cerró con la promesa de reunir al país en el interior de unas fronteras seguras, bajo el eslogan “Estados Unidos ante todo”.
El polémico candidato conservador dijo que su llegada a la Casa Blanca representaría el fin de “años de traición”. “Yo estoy con ustedes, y lucharé por ustedes, y juntos venceremos”, gritó.
Trump dijo que el movimiento que él encabeza será responsable por “un cambio único, histórico”, y pidió el voto “de todos los estadounidenses, de los demócratas, republicanos, independientes y de aquéllos que votan por primera vez”.
El martes, añadió, será el día en que “la clase trabajadora estadounidense contraatacará”.
Trump recorrió el sábado unos 7,240 km a bordo de su Boeing 757, y otros 4,800 el domingo, cuando se burló de los periodistas cansados que viajaban con él.
Para el magnate inmobiliario de 70 años la jornada fue un torbellino: un mitin en Carolina del Norte, y luego otras paradas en Pensilvania, New Hampshire, antes de terminar su campaña en Michigan.
Leve ventaja en los sondeos
El lunes, el promedio de los sondeos atribuyó a Clinton una delantera de aproximadamente 2.7 puntos porcentuales, aunque la dinámica de los últimos 10 días de campaña fue favorable a Trump.
Un modelo matemático de proyección elaborado por la red de televisión NBC señala que Clinton ya tendría asegurados por lo menos 274 votos en el colegio electoral, cuatro más de los necesarios para sellar su victoria.
En tanto, el sitio web especializado FiveThirtyEight atribuye a Clinton 67.9 por ciento de probabilidades de ganar la elección, contra 32.1 por ciento para Trump.
En Washington, la jefa de la misión observadora de la Organización de Estados Americanos, Laura Chinchilla, declaró que no existe “un esfuerzo sistemático” para trampear la elección presidencial del martes en Estados Unidos, como acusó el candidato republicano.
Ya millones de estadounidenses emitieron su voto, y las estimaciones indican que la movilización de los electores latinos podría ser aún más decisiva en esta elección de lo que fue en 2012, cuando inclinó la balanza en favor de Obama.
Nunca tantos latinos (27.3 millones, cuatro millones más que en 2012; 12 por ciento del electorado nacional) han estado habilitados para votar en Estados Unidos, según el Pew Research Center (PRC).