Una de las cosas de las que se jacta Donald Trump es de tener muchos
seguidores en las redes sociales. Sin embargo, buena parte de ellos no son de
carne y hueso. Y tampoco lo son buena parte de los de Hillary Clinton. Se trata
de un ejército de bots (programas
informáticos diseñados para generar contenido) que actúan como si fueran
humanos. O, al menos, lo intentan.
Su trabajo cobra especial sentido durante campañas políticas, al lograr
que determinados temas se conviertan en tendencia en Twitter. Los botsque “apoyan” en las
redes sociales a ambos candidatos presidenciales sirven para reforzar su
mensaje a través de conversaciones falsas. El objetivo final: crear opiniones y
ganar votantes.
Philip Howard, profesor de estudios de internet en la Universidad de
Oxford, Reino Unido, lleva tiempo investigando el asunto; junto con 16
científicos informáticos trabajan en un proyecto llamado Political Bots (bots políticos), en el que investigan
“el impacto de la propaganda computacional con guiones automatizados en la vida
pública”.
“Les seguimos la pista a los bots
sociales y utilizamos perspectivas de sociología, interacción entre humanos
y computadoras, y ciencias políticas para interpretar y analizar los datos que
recogemos”, explican los académicos.
Analizaron el papel que jugaron estos bots durante el primer debate presidencial
entre Clinton y Trump, el 26 de septiembre, y los tres días que siguieron. Los
bots “pueden desempeñar tareas como suministrar noticias e información, o actividades
maliciosas, como enviar spam, acosar o promover discursos de odio. La mayoría
fueron publicados por la noche y compartieron etiquetas e información similar.
En general, los bots muestran un comportamiento que no es humano y no suelen
incluir comentarios que no respondan a ese tema o pregunta en particular”.
“La mayoría de las veces pasan por humanos”, señala Howard. En su tarea analizaron
más de 9 millones de tuits del 26 de septiembre; luego redujeron el número
teniendo en cuenta solamente la información que se generó en las cuentas que
publicaban tuits asociados con algunos de los dos candidatos.
En primer lugar, descubrieron que las etiquetas a favor de Trump fueron
más del doble que las de Clinton; cerca de un tercio del tráfico en Twitter a
favor de Trump estuvo generado por bots y cuentas altamente automatizadas,
comparado con un quinto en el caso de Clinton. En total, las cifras indican: 1.8
millones de Tweets pro Trump, frente a 613 mil pro Clinton.
“Lo más probable es que por cada bot que publica información en Twitter a
favor de Clinton encuentres cuatro a favor de Trump”, comenta Howard. Lo que no
se sabe es quién creó los bots;
“no miramos la fuente, tan sólo los datos”.
Los investigadores además descubrieron que los bots publican información en Twitter al
menos 50 veces al día, una norma que establecieron tras analizar la últimas
elecciones en Venezuela y la campaña del Brexit en Reino Unido. “Según nuestros
datos, la mayoría de los usuarios de Twitter no publican hasta 50 tuits al día,
así que ese punto de referencia tiene sentido”.
“Los bots se han convertido en una forma de manipular a los ciudadanos,
yendo más allá del simple engrose de las listas de seguidores y generando
grandes cantidades de comentarios”, concluyen los científicos.