Nuestro
apetito por las historias de héroes nunca se sacia. Mientras la nueva versión
de Ben-Hur batalla en la taquilla, 20th Century Fox hace una película de
aventuras sobre Stan Lee, el hombre detrás de los cómics de superhéroes de
Marvel. Mientras tanto, recientemente hemos conmemorado a los héroes humanos en
los aniversarios de los ataques del 11 de septiembre y la Batalla del Somme.
Pero
¿por qué la gente se identifica con los héroes? ¿Qué motiva el heroísmo? He
coescrito dos ensayos recientes sugiriendo que nuestra afinidad con los héroes
y el heroísmo podría estar vinculada con las preocupaciones por nuestra
mortalidad. Por ejemplo, piense en Batman combatiendo los bajos fondos
criminales de Ciudad Gótica tras la muerte de sus padres. Es una de muchas
historias bien conocidas que insinúan cómo las preocupaciones por la muerte
pueden fomentar el heroísmo.
Nuestro
trabajo usa una idea de la psicología social llamada teoría del manejo del
terror. Esta sugiere que los pensamientos subconscientes de nuestra mortalidad
pueden llevarnos a aferrarnos a creencias o valores que den significado a
nuestras vidas y un sentido de permanencia.
Las
creencias podrían ser sobre la inmortalidad, en la forma de una religión y una
vida después de la muerte. O podrían ser una representación que está por encima
de nuestra existencia individual, como el estado nación o una cultura
prevaleciente. Se piensa que cuan bien vivamos estas creencias determinará
nuestra autoestima. Y cuando algo nos recuerda nuestra mortalidad, nos
identificamos más fuertemente con estas creencias y tratamos más fuerte de estar
a la altura de ellas.
La investigación
Nos
interesaba cómo los héroes encajaban en esta imagen. Habíamos notado que los
héroes a menudo son parangones de valores culturales. Dado que la teoría del
manejo del terror dice que adoptamos tales valores como una manta de seguridad
existencial, tendría sentido que los héroes fueran una manera de mantener a
raya los pensamientos de muerte. El recordar la muerte también debería hacer
que valoremos más a los héroes y motivarnos a comportarnos como héroes.
Llevamos
a cabo estudios para poner a prueba estas hipótesis. Para poner a prueba la
propuesta de que valoramos más a los héroes después de que se nos ha recordado
nuestra mortalidad, dividimos a 160 participantes de ambos sexos en dos grupos.
A un grupo se le pidió que escribiera sobre su muerte. En comparación, el otro
tuvo que escribir cómo se sentía ante la incertidumbre.
Entonces
dividimos a todos en dos grupos nuevos y les pedimos que completaran series de
oraciones. Las oraciones de un grupo necesitaban un pronombre personal en
particular y enfocado en uno mismo, por ejemplo: “Por favor no (me) hagas esto,
no es justo”. Las opciones del otro grupo eran pronombres sobre otras personas:
por ejemplo, “Después de esparcir fertilizante abundantemente sobre el macizo
de flores, (él, ella, ellos) regó/regaron las flores”.
Este
ejercicio hace que la gente se enfoque en sí misma o en otros. Dado que la
investigación previa sugiere que los héroes de la gente forman parte de su
identidad, asumimos que hay más probabilidades de que se identifiquen con esos
héroes mientras se enfocan en sí mismos.
Finalmente,
todos nuestros participantes tuvieron que pensar en un héroe y su relación con
ellos. A todos se les pidió que escogieran uno de siete diagramas de Venn. Cada
uno tenía dos círculos con las palabras “yo” y “héroe”, pero con diferentes
grados de superposición. Hallamos que los participantes quienes habían escrito
sobre su muerte y luego se los enfocó en sí mismos se identificaron
sustancialmente más con su héroe.
Luego
hicimos un estudio de seguimiento para ver si el pensar en un héroe podía
mitigar el que la gente pensara en su mortalidad. Dividimos a 136 participantes
de ambos sexos en dos grupos de los cuales uno escribió sobre su muerte y otro
escribió sobre algo diferente: dolor, en este caso. Luego creamos tres grupos
nuevos. Uno tuvo que escribir sobre un héroe personal, otro sobre el héroe de
alguien más, y el último grupo sobre un conocido.
A
todos los participantes luego se les dio una serie de raíces de palabras que
podían completarse con palabras relacionadas con la muerte u otras palabras,
por ejemplo: “coff–” podía ser “coffin” (ataúd) o “coffee” (café), una manera
común de poner a prueba el grado en que una persona piensa sobre su mortalidad.
De
los participantes quienes habían escrito sobre su muerte, aquellos que luego
tuvieron que escribir sobre su héroe personal tenían sustancialmente menos
probabilidades e usar palabras de mortalidad que aquellos quienes escribieron
sobre el héroe de alguien más o un conocido.
Para
la última prueba, recurrimos a nuestra propuesta de que los pensamientos de
muerte pueden hacer que la gente se comporte más heroicamente. Probamos el
heroísmo al considerar una de sus características clásicas: el sacrificio. Dado
que los héroes a menudo hacen sacrificios para soportar el dolor, usamos lo que
se llama una tarea de estímulo al frío, en la que los participantes sumergen
sus manos en agua dolorosamente fría. Esta vez todos los 160 participantes eran
hombres (las mujeres tienen respuestas diferentes al dolor, por lo que esto
habría influido en los hallazgos).
De
nuevo dividimos a los participantes en dos grupos; uno escribió sobre su muerte
y el otro sobre reprobar un examen. Luego a los dos grupos se les dieron
explicaciones (falsas) para hacer la tarea de estímulo al frío. A un grupo se
le dijo que el estudio valoraba la relación entre el dolor y el heroísmo porque
cuanto más soporta alguien el dolor, más posibilidades tiene de ser heroico.
Para el otro grupo, “personalidad positiva” sustituyó a “heroísmo”.
Para
el estímulo frío, todos reportaron cada 15 segundos en una escala de 10 puntos
la intensidad y molestia del dolor. De nuevo las predicciones se confirmaron:
los participantes a quienes se les recordó la muerte y se les dijo que la
resistencia al dolor estaba vinculada al heroísmo reportaron sustancialmente
menos dolor.
Lo que significa
Todos
nuestros hallazgos respaldaron lo que habíamos predicho. Ello sugiere por
primera vez que estar consciente de su mortalidad puede ayudarle a
identificarse con héroes y/o comportarse heroicamente, y que sus héroes le
ayudan a defenderse de la preocupación existencial de la muerte.
Entonces,
tal vez haya una pizca de verdad psicológica en que Batman se ponga el traje
después de la muerte de sus padres. Nuestros participantes tal vez no hayan
combatido al crimen o se columpien desde los techos; obtener la aprobación
ética por ello no sería fácil. Pero hallamos consistentemente que los vínculos
entre el heroísmo y la muerte eran convincentes. Con razón los héroes tienen un
papel tan prominente en nuestra cultura.
Este artículo se publicó originalmente en The Conversation.
Simon McCabe es un profesor no
numerario en Administración Laboral y Organización en la Universidad de
Stirling.
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Publicado en colaboración con Newsweek / Published in colaboration with Newsweek