Mariano Rajoy fracasó este miércoles por segunda vez en su intento por obtener un voto de confianza del Parlamento español para formar un nuevo gobierno, dando pauta a las terceras elecciones legislativas en un año.
Rajoy recibió 170 votos en la Cámara de 350 diputados, pero necesitaba una mayoría absoluta de 176 para ser investido para un segundo mandato. Y aunque tendrá otra oportunidad el viernes, previsiblemente volverá a ser derrotado si ningún partido de oposición cambia para entonces de postura y se abstiene.
En todo caso, la votación fallida de este miércoles inició un periodo de dos meses para que los partidos formen un ejecutivo, a cuyo término se disuelven automáticamente las cámaras y se convocan nuevas legislativas.
Por los plazos establecidos, las elecciones caerían el 25 de diciembre, día de Navidad.
La falta de un acuerdo en el Parlamento prolonga la parálisis institucional de más de ocho meses, durante los cuales España ha sido dirigida por un gobierno en funciones muy limitado en sus capacidades.
La derrota de Rajoy era esperada, con la negativa a mantenerlo en el poder de los socialistas del PSOE, la segunda fuerza en el Parlamento que con 85 escaños era determinante en la votación.
“Su comportamiento reciente y lejano” y “sus mentiras de ayer y hoy” avalan “nuestra absoluta desconfianza hacia usted”, justificó el jefe socialista Pedro Sánchez ante Rajoy durante el debate del miércoles.
Rajoy replicó a Sánchez que “pasará a la historia porque va a provocar que por tercera vez en un año vayamos a elecciones”, algo inédito en España.
Para evitarlas, el dirigente del partido antiausteridad Podemos, Pablo Iglesias, instó a Sánchez a intentar formar un gobierno encabezado por la izquierda, algo ya descartado por los socialistas.
“¡Imposible! Cero. No se va a intentar”, había adelantado un consejero de Pedro Sánchez. “La desconfianza hacia Podemos es absoluta”, según él.
Una iniciativa legal del PSOE, apoyada por Podemos y Ciudadanos, para recortar la campaña electoral y permitir que las nuevas legislativas se adelanten al 18 de diciembre, es una señal de que los partidos empiezan a resignarse a volver a las urnas, señaló esa fuente.
“En vista de las obcecadas posiciones de los partidos, unas terceras elecciones son probables”, estimó Antonio Barroso, analista político español del gabinete estratégico Teneo Intelligence con sede en Londres a la agencia AFP.
Rajoy podría en teoría sumar más votos tras las elecciones regionales del País Vasco el 25 de septiembre. Si el Partido Nacionalista Vasco (PNV) necesita el apoyo del PP para seguir allí en el poder, Rajoy podría pedir a cambio el respaldo de sus cinco diputados en el Parlamento.
El jefe del grupo parlamentario del PNV, Aitor Esteban, echó por tierra esa posibilidad: Rajoy “no ha hecho el mínimo esfuerzo para atraer nuestro voto” y “nosotros tampoco queremos votarle”.
Mientras, en las calles los españoles miran entre el hartazgo y la exasperación la incapacidad de diálogo de sus representantes políticos y la posibilidad cada vez más real de tener que ir nuevamente a las urnas, tras haberlo hecho en diciembre de 2015 y en junio pasado.