Estados Unidos tiene cada día más demanda de importación de aguacates desde México, lo que eleva su precio en el país y compromete a una mayor tala de árboles en el país para satisfacer las necesidades del mercado, lo que a su vez provoca mayor peligro para la mariposa monarca.
El estado de Michoacán es el mayor productor de aguacates del país. Para seguirlos produciendo, los agricultores incurren en la tala ilegal de pinos, para despejar el bosque, lograr mayor captación de luz solar y sembrar árboles de aguacate bajo las mejores condiciones.
“La deforestación lleva implícita la destrucción del hábitat de la mariposa monarca en el que abunda también la planta conocida como esclepsia curassavica, mejor conocida como flor de sangre o platanillo, en la que anidan los capullos de la mariposa y que es esencial para su reproducción”, indica un reporte de la agencia AP.
“Aunque aparentemente no tiran el bosque, abajo allí ya están los aguacates creciendo, y tarde o temprano terminan por cortar los pinos o tumbarlos por completo”, explicó a la AP, Mario Tapia Vargas, científico del Instituto Nacional de Investigación Forestal, Agricultura y Pesca de México.
“Empiezan raleando el bosque, lo van raleando, van podando los pinos para que no den mucha sombra al aguacate, y finalmente terminan por ahorcarlos… cortarles la corteza para que se sequen”, agregó.
Lo que es peor, Tapia Vargas indicó que los cultivos de aguacate usan casi el doble del agua necesaria para un bosque denso, por lo cual llega menos agua a los legendarios riachuelos y arroyos de Michoacán, de los cuales dependen la flora y la fauna locales. Una serie de eventos que dañan continuamente a la naturaleza.
FOTO: Tomada de la página de Greenpeace / Gustavo Graf
Greenpeace es una de las organizaciones que están en contra de la tala discriminada de árboles para efectos del consumo humano.
“De acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), la superficie destinada a la producción de aguacate en este estado pasó de 31 mil hectáreas en 1980 a más de 106 mil hectáreas en 2009, en las que se proyecta obtener un millón 200 mil toneladas de este cultivo. Según la misma fuente, la superficie actualmente destinada a la producción del fruto en el estado es 342 por ciento mayor a la que había en 1980”,afirmó Greenpeace en un comunicado.
“Además de los impactos ambientales que el desplazamiento de las superficies boscosas puede tener sobre la captura y disponibilidad de agua en la región, el elevado uso de agroquímicos y la demanda de grandes volúmenes de madera para el empaque y transporte del aguacate son otros factores que pueden tener efectos negativos sobre las condiciones ambientales de la zona y sobre el bienestar de su población”, continuó Greenpeace.
Para Tapia Vargas es difícil convencer a los agricultores de que abandonen una práctica que les trae tantos beneficios económicos, por el alto precio que tiene el aguacate.
“Los precios de este cultivo se elevaron de unos 86 centavos por unidad en enero a 1.10 dólares en julio, en parte debido a un escaso suministro desde México. Y el peso perdió 16 por ciento de su valor frente al dólar en el año transcurrido, por lo cual las exportaciones se hicieron más baratas”, publicó AP.
“Lo que ha impulsado la expansión ha sido el implacable apetito de los estadunidenses por los aguacates. Entre 2001 y 2010 se triplicó la producción de este producto en Michoacán, pero las exportaciones se multiplicaron por 10, según un estudio publicado en 2012 por el referido instituto”, añade.