Científicos mexicanos llevaron
a cabo un estudio de campo para demostrar medicamente que los cambios de
identidad genérica no son un desorden psiquiátrico, como lo ha considerado la Organización
Mundial de la Salud durante años.
“Esta reclasificación no
solo va a promover la discusión de nuevas políticas de salud para que la
comunidad trans tenga mejores accesos a los servicios de salud y atención, sino
que también (…) puede ayudar a reducir el estigma y el rechazo del que son
víctimas”, aseguró Ana Fresán, coautora del estudio.
Publicada en la revista
británica The Lancet Psychiatry, fue presentada en México el pasado jueves por
autoridades sanitarias y de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta, es
la primera de un proyecto que incluye a países como Brasil, Francia, India,
Líbano y Sudáfrica, en los que ya lleva a cabo también.
Para su realización se
llevaron a cabo 260 entrevistas retrospectivas, a adultos (mayores de 18 años)
transgénero, que reciben atención médica en la clínica especializada Condesa,
especializada en enfermedades de transmisión sexual.
En conclusión, el estudio
demuestra que los padecimientos psiquiátricos entre la población transgénero
son generadas por la violencia y la discriminación de que son víctimas y no,
como se sugirió antes, por su transexualidad.
“Si no es una enfermedad
ahora entonces resulta que nunca lo fue, que quede claro, no es que antes fuera
una enfermedad y ahora ya no”, señaló Eduardo Madrigal, presidente de la
Asociación Mexicana de Psiquiatría.
Alexandra Haas, presidente del
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, dijo que “pensar la
identidad como una enfermedad nos obliga a buscar una cura, y en lugar de eso
los esfuerzos institucionales deben enfocarse en reconocer la diversidad,
promover la inclusión y garantizar los derechos”.
La investigación será
presentada en 2018 en la discusión de la décimo primera versión de la
Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) de la OMS y servirá como
referencia médica para los países miembros.
En la última década, los colectivos
mexicanos LGBTTI y autoridades han logrado avances importantes en materia de inclusión.
La Ciudad de México fue la primera en América Latina en legalizar el matrimonio
entre personas del mismo sexo, en 2009.