Theresa May se convertirá en
primera ministra de Gran Bretaña el miércoles, después de que su única rival se
retirara de la carrera por el cargo, anunció hoy David Cameron.
“Tendremos
una nueva primera ministra en ese edificio detrás de mí el miércoles por la
noche”, dijo Cameron a los periodistas ante su residencia en Downing
Street, y añadió que mantiene su última sesión de preguntas como primer
ministro en el parlamento el miércoles, antes de reunirse con la reina Isabel
II para dimitir.
La
ministra del Interior Theresa May
hizo hábiles malabares entre las facciones pro y anti brexit del partido
conservador para aparecer como la candidata de consenso entre los ‘tories’.
Euroescéptica
de alma, sin embargo a comienzos de este año decidió mantenerse fiel al primer
ministro renunciante David Cameron y defender mantener al país en la UE.
Pero,
si bien se limitó a abogar por ello lo mínimo necesario, en cambio siguió
insistiendo sobre la necesidad de limitar la inmigración, tema favorito de los
probrexit, convirtiéndose así en alguien creíble para ambos campos.
May,
casada de 59 años de edad, una mujer alta y delgada, con aspecto patricio, ojos
muy expresivos, que luce el cabello corto y canoso, se ubica en el ala más a la
derecha del partido conservador. Sin embargo, durante la campaña para el
referéndum abordó algunos temas sociales intentando seducir a los votantes y
también romper con cierta imagen de frialdad.
A
pesar de haberse pronunciado a favor de la UE, su asesor político trabajó para
el campo brexit. Eso le aporta “vínculos políticos con ellos” y puede
atraer el apoyo de muchos conservadores euroescépticos, dijo recientemente a la
AFP Tim Oliver, de la London School of Economics.
Su
participación en la campaña fue anecdótica. “La UE está lejos de ser
perfecta”, pero “el interés nacional es seguir siendo miembro de la
UE,” dijo a finales de febrero, después de las reformas logradas en
Bruselas por Cameron.
A
continuación, se limitó a decir en abril, durante su único gran discurso de
campaña, que salir de la UE “no resolvería todos los problemas de
inmigración” del Reino Unido.
“Brexit
significa brexit, y lo convertiremos en un éxito”, dijo Theresa May en la televisión. En
respuesta a los que piden ignorar el resultado de la consulta, May afirmó que “no
habrá intentos de seguir en la UE ni intentos de unirse a ella por la puerta de
atrás”.
Esta
hija de un reverendo anglicano ha reunido un equipo a su alrededor y ha
trabajado entre bastidores para conseguir el apoyo de los parlamentarios
conservadores, según opinaba el diario conservador The Daily Telegraph.
Su
única rival a la sucesión de Cameron, la secretaria de Estado de Energía Andrea
Leadsom, tiró la toalla este lunes reconociendo que May cuenta con mayor
apoyo por parte de los parlamentarios ‘tories’, y se alineó detrás de ella.
“Se
encuentra idealmente posicionada para poner en marcha el brexit de la mejor
manera posible para los británicos, y ha prometido que lo hará”, declaró.
La
confirmación de su designación al frente de los ‘tories’ debe aún ser
consultada en el seno de su formación política, pero según responsables de la
misma es algo inminente.
“La nueva Margaret Thatcher”
Su
postura de consenso llevó al Sunday Times a presentarla, cuatro días antes del
referéndum, como “la única figura capaz de unir a las facciones rivales
del partido” conservador.
May,
que es a menudo descrita como “la nueva Margaret Thatcher”, comenzó
su carrera política en 1986 después de estudiar en la Universidad de Oxford y
trabajar brevemente por el Banco de Inglaterra.
En
esa fecha fue elegida concejal del distrito londinense de Merton. En 1997, se
convirtió en diputada conservadora por el distrito próspero de Maidenhead, en
Berkshire.
De
2002 a 2003 fue primera mujer en ocupar el cargo de secretaria general del
partido conservador.
De
1999 a 2010 ocupó diversos cargos en el gabinete de portavoces conservador,
cuando el partido estuvo en la oposición.
Con
la elección de Cameron como primer ministro en 2010, fue designada ministra de
Interior, cargo que sigue ocupando seis años después, y tras una nueva victoria
electoral conservadora.
El
Daily Telegraph la describía “como la mujer más importante de la política
nacional”, gracias a “una determinación feroz y a la negativa a
reprimir su gusto por los zapatos de estampado de piel de leopardo”, parte
de un aspecto siempre muy elegante.
Casada
desde 1980 con Philip John May,
un banquero, no tiene hijos, le encanta dar paseos y cocinar, y ha ganado
protagonismo en el gobierno por su línea implacable contra el crimen. Es
protestante practicante, pero se ha manifestado a favor del matrimonio
homosexual.