“En tierras de Nayarit / fue donde cayó el avión, / iba pa’ Guadalajara, / procedente de Obregón; / trasladaban al Güero Palma, / un respetable señor.
“Por causa del accidente / los guachos dieron con él, / le achacan todas las broncas / habidas y por haber, / no se pasen de la raya / porque no está muerto el rey.
“Hay muchos involucrados / por la detención del Güero, / el hombre más poderoso / que nunca conoció el miedo, / el país casi era suyo, / lo recorrió por el cielo.
“Pistola escuadra en el cinto / con cachas de pedrería, / caballos purasangre, / piteada y de oro la silla, / también un Corvette del año / seguido por policía”. (Letra de “El Güero Palma”. Los Tucanes de Tijuana.)
Su historia se ha transformado en leyenda. Los reportes periodísticos de aquel lejano 23 de junio de 1995 revelan que fue detenido luego de que el Lear Jet en el que volaba de Ciudad Obregón, Sonora, para asistir a una boda en Toluca, Estado de México, se estrelló entre los límites de Nayarit y Jalisco.
En un principio se identificó como oficial de la Policía Judicial Federal; sin embargo, una pistola Colt 38 Súper permitió ubicarlo como Jesús Héctor Palma Salazar, mejor conocido como el “Güero” Palma, uno de los lugartenientes más sanguinarios de Joaquín Guzmán, el “Chapo”.
Esa arma tenía en su empuñadura el dibujo de una palmera y 208 diamantes y esmeraldas que —según se dice en el mundo del hampa— representaban el número de víctimas mortales de ese líder del Cártel de Sinaloa.
Luego de su detención fue condenado a siete años de cárcel por posesión de cocaína, que purgó en el penal de Puente Grande, Jalisco; además, fue procesado por los delitos de narcotráfico y crimen organizado.
El 9 de abril de 2007, la Procuraduría General de la República (PGR) lo extraditó a Estados Unidos por delitos contra la salud y por ser “uno de los líderes de organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico que han generado a nuestro país una ola de violencia y descomposición social, además de lesionar la salud de miles de mexicanos al hacerlos presos de la farmacodependencia”.
Desde entonces, el “Güero” Palma, hoy de 56 años, se encontraba en la prisión de alta seguridad de Atwater, en el condado de Merced, en el norte de California, que depende del Buró Federal de Prisiones y es considerada como una de las más severas, por lo que incluso la llaman “El Alcatraz de las Rocallosas”.
El preso número 56442-179 cumplía una condena de 16 años, que fue reducida a nueve por “buena conducta” y por haber proporcionado información sobre sus socios, enemigos y el tráfico de drogas en y desde México. El pasado sábado 11 de junio quedó en libertad y esto permitió que su leyenda cobrara nuevas dimensiones.
LOS ORÍGENES Y LA SED DE VENGANZA
Jesús Héctor Palma Salazar nació en 1960 en una ranchería de Mocorito, Sinaloa.
De orígenes modestos, inició su carrera criminal como sicario bajo las órdenes del expolicía Miguel Ángel Félix Gallardo, el “Padrino”, líder del Cártel de Guadalajara.
Esa organización criminal fue una de las primeras en establecer vínculos entre el narcotráfico mexicano y los cárteles colombianos. Estrategia en la que el “Güero” Palma jugó un papel importante y que le permitió ascender hasta formar con el “Chapo” Guzmán una sólida alianza que permitió la creación del Cártel de Sinaloa, cuando Félix Gallardo fue capturado en 1989 por el asesinato y tortura del agente antinarcóticos estadounidense, Enrique Salazar Camarena.
La detención del “Padrino” desató una ola de violencia extrema. El “Güero” Palma y el “Chapo” se enfrentaron a los hermanos Arellano Félix, del Cártel de Tijuana, lo que provocó matanzas, ataques con bombas y decapitaciones a lo largo del país.
Los Arellano Félix infiltraron uno de sus sicarios como agente encubierto en el Cártel de Sinaloa. Era el venezolano Rafael Clavel Moreno, el “Buen Mozo”. Según las versiones policiales de la época, sedujo a la hermana del “Güero”, y luego, ya instalado en el círculo íntimo del grupo criminal, inició una relación con su esposa, Guadalupe Leija.
Ambos huyeron del país hacia San Francisco, California. Ahí, tras robarle dos millones de dólares, la mató y en una caja metálica refrigerada, envió su cabeza al “Güero”.
Dos semanas después, en Venezuela, sus dos hijos, Nataly y Héctor, de cuatro y cinco años, fueron arrojados por el puente de La Concordia, en San Cristóbal, Tachira, desde una altura de 150 metros.
Los tres fueron sepultados en un gigantesco mausoleo del cementerio de los Jardines de Humaya, en Culiacán, Sinaloa, donde una pintura los representa con alas de ángel.
Clavel Moreno fue encarcelado en Venezuela. Dentro de la prisión fue asesinado. La misma suerte tuvieron sus tres hijos, y otros tres cómplices venezolanos que aparecieron desmembrados.
Luego cayeron el abogado del Cártel de Tijuana y cuatro familiares de los Arrellano. La venganza se extendió por lo menos cinco años, en los que se desconoce con exactitud el número de víctimas de ambos bandos.
El “Güero” Palma se convirtió así en uno de los capos más sanguinarios de México. Aunque no llegó a ser condenado por estos crímenes, se le atribuye la muerte de la activista Norma Corona, defensora de los derechos humanos en Culiacán, el 21 de mayo de 1990; así como el ataque armado contra la discoteca Christine de Puerto Vallarta, con diez víctimas mortales, en noviembre de 1992.
No obstante, es más recordado por su presunta participación en el asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo durante un tiroteo el 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto de Guadalajara, asunto que se convirtió en un misterio histórico y que fue atribuido, en un principio, por la PGR, a un “fuego cruzado”, acción con la que se pretendía matar al “Chapo”.
Dos semanas después, el 9 de junio, Guzmán Loera fue detenido en un refugio que tenía en Guatemala. Tras su aprehensión, el liderazgo del Cártel de Sinaloa se repartió entre el “Güero” Palma e Ismael Zambada.
El primero se quedó con el control del tráfico de drogas entre Sonora y Arizona, lo que le permitió acrecentar su fortuna y vivir la mejor etapa de su carrera criminal hasta que su suerte se vino abajo cuando la avioneta en la que viajaba a una boda en Toluca tuvo que desviar su ruta y estrellarse por falta de combustible.
En el percance murieron el piloto y el copiloto, pero el capo logró refugiarse en una casa de seguridad, hasta que elementos militares que le seguían la pista dieron con su paradero. Al ser capturado yacía postrado, herido, en una cama y en bata.
¿LA PUGNA POR EL CÁRTEL?
Una vez que obtuvo su libertad, el “Güero” Palma fue deportado a nuestro país. Durante la semana previa, la PGR analizó, en coordinación con los estados del país, si existe algún expediente o investigación en su contra para procesarlo.
Su titular, Arely Gómez, dijo que algunos casos ya prescribieron, por lo que no podría ser acusado del mismo delito. La funcionaria precisó que se hizo un intercambio de información con las 32 procuradurías y fiscalías para determinar si existe alguna indagación que aún esté abierta, lo cual permitiría su reaprehensión.
Sobre esta liberación, Mike Vigil, exdirector de Operaciones Internacionales de la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos, aseguró: “El único trabajo que él conoce es el narcotráfico, y lo conoce muy bien. Entonces, en mi opinión, va a regresar a realizar lo que estaba haciendo antes de ser capturado, que es traficar drogas”.
Indicó que, en su condición de “viejo capo”, es muy respetado por la gente del Cártel de Sinaloa, por lo que supone será recibido con los brazos abiertos por la organización que hoy controlan Ismael Zambada, el “Mayo”, y el “Chapo” Guzmán, aunque esté encarcelado.
En cuanto a la capacidad delictiva de Palma Salazar, el agente en retiro apuntó que se trata de “un tipo muy astuto y peligroso”, que no dudó nunca en usar su poder económico para corromper o matar a quien estorbara a los intereses del Cártel de Sinaloa.
“Ojalá me equivoque, pero no creo que México reciba a un rehabilitado Héctor Palma, además él domina muy bien el negocio del narcotráfico, conoce como muy pocos la región del noroeste mexicano, en especial la parte norte de Sonora”, por lo que refrendó que volverá al negocio de las drogas.
Además, el gobierno mexicano se cuida de que no ocurra con Palma Salazar lo mismo que sucedió con Rafael Caro Quintero, quien la madrugada del 9 de agosto de 2013 fue liberado luego de permanecer más de 28 años preso, luego de que el tribunal colegiado revocó una condena previa de 40 años por el secuestro y asesinato del agente estadounidense Enrique Camarena.
La razón: fallas en el debido proceso luego de que Camarena Salazar no estaba acreditado diplomáticamente como agente de la DEA, aunque operaba desde el consulado de Estados Unidos en Guadalajara.
Su muerte, por lo tanto, no debió ser juzgada por la justicia federal, sino por un juez del fuero local, en particular de Jalisco, donde ocurrió el crimen el 7 de febrero de 1985.
Desde entonces, Caro Quintero se encuentra prófugo de la justicia, ya que meses después un tribunal ordenó su reaprehensión inmediata. En caso de ser arrestado de nueva cuenta, Caro Quintero deberá pasar 11 años y siete meses en prisión para cumplir la condena a la que originalmente fue sometido.
LOS EXTRADITADOS Y LOS EXTRADITABLES
Son cinco los narcotraficantes mexicanos que han sido extraditados a Estados Unidos. Benjamín Arellano Félix fue el último de ellos. Fue entregado a las autoridades norteamericanas el 29 de abril de 2011 por delincuencia organizada y delitos contra la salud.
Arellano Félix purgaba la condena por 22 años que le fue dictada en 2007 por delitos contra la salud y asociación delictuosa. En 2010, un tribunal del Estado de México concedió el traslado.
Desde 1986 controló, junto con sus hermanos, el flujo de cocaína, marihuana y otras sustancias que entraban a Estados Unidos desde Tijuana y Mexicali.
En 2007, Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo, fue enviado a la Unión Americana por lavar más de 48 millones de dólares producto de la exportación a ese país de cargamentos de cocaína y marihuana entre 1999 y octubre de 2001, así como por haber amenazado de muerte a comisarios, agentes de la DEA y del FBI que investigaban el funcionamiento de su organización criminal.
En febrero de 2010, Vicente Zambada Niebla, el “Vicentillo”, hijo de Ismael el “Mayo” Zambada, otro de los líderes del Cártel de Sinaloa, fue entregado a Estados Unidos, donde era requerido por las corte federales de distrito de Columbia y de Illionis, por los delitos de asociación delictuosa y contra la salud.
Juan José Quintero Payán, “Don Juanjo”, identificado por las autoridades como el segundo hombre más importante del Cártel de Juárez después del desaparecido Amado Carrillo Fuentes, fue detenido el 29 de octubre de 1999 en Zapopan, Jalisco, por elementos de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra la Salud (FEADS).
La Corte Federal de Distrito de Texas lo buscaba para ser procesado por los delitos contra la salud y asociación delictuosa por la importación ilícita de grandes cantidades de marihuana y cocaína a ese y otros estados. Las autoridades lo entregaron a la justicia estadounidense el 23 de abril de 2010.
Palma Salazar completa la lista que pronto podría incluir a un sexto: el “Chapo” Guzmán, cuyo proceso de extradición está en marcha.
Mientras tanto, hay que confiar en que la PGR encuentre elementos para procesar nuevamente al Güero” Palma una vez que sea deportado a México, y evitar que quede en libertad, impune o, peor aún, prófugo de la justicia.
Ya que, como lo advirtió Mike Vigil, representa un peligro para el país, y con la detención de Joaquín Guzmán Loera es probable que pretenda reasumir el liderazgo del cártel al que dio vida y forma.