Es el avión más grande: mide 84 metros de largo y 88 de envergadura, y
pesa 175 toneladas sin combustible. Es único en su tipo, se llama Antonov
An-225 y vuela poco porque no tiene muchos “pasajeros”.
Conocida como Mriya (“sueño” en ucraniano), en 1994 esta
aeronave dejó de volar, ya que su función era transportar el transbordador
espacial soviético Buran, pero con la caída de la Unión Soviética se quedó sin
trabajo.
Para 2011, este avión de seis motores que puede cargar hasta 250
toneladas, retomó el vuelo para llevar ayuda a lugares afectados por desastres
naturales, como el tsunami que azotó Japón en 2011.
El Antonov An-225 también fue usado para transportar los generadores
de energía que reemplazaron a los arrasados en 2009 por el tsunami de Samoa
Americana.
Laure Price, director de estrategia de aviación de la consultora Mott
MacDonald Aviation, explicó que el mercado para esta aeronave es escaso, ya que
el 99.5 por ciento del mercado de carga puede ser transportado por un boeing
747.
Sin embargo, la semana pasada el avión más grande del mundo aterrizó
en Perth Australia con un generador de energía de 117 toneladas, procedente de República
Checa.