En
la ciudad de Agra, muy cerca del Taj Mahal se encuentra el contaminado río
Yamuna, repleto de mosquitos que dejan manchas verdes y negras en el mármol con
que está construido el monumento edificado en el siglo XVII.
Bhuvan
Vikram, del Centro Arqueológico de India, apuntó que las paredes se tallan a
diario para quitar las manchas, pero dicho proceso de limpieza podría dañar los
mosaicos florales y la superficie de mármol.
El
arqueólogo también señaló que se están desfigurando los mosaicos brillantes de
una parte de la construcción, por lo que buscan la manera de acabar con el
mosquito Goeldichironomus.
El
problema, dice el ambientalista Yogesh Sharma, es que como el río está tan
contaminado ya no viven en él los peces que se encargaban de controlar la
población de moscos.
Además,
de acuerdo con Girish Maheshwari, jefe del departamento de entomología del St.
Johns’s College de la ciudad de Agra, el alimento principal de dichos moscos es
el fósforo de la ceniza de las cremaciones que se vierte un terreno cercano.
Por
ello, las autoridades han pedido investigar a qué se debe el aumento en el
número de estos mosquitos y de qué manera se pueden combatir, según reveló Navneet
Sehgal, portavoz del estado de Uttar Pradesh, ya que el Taj Mahal, construido
por el emperador Shah Jahan entre 1632 y 1654 para su esposa preferida, Mumtaz
Mahal, cada año atrae a millones de visitantes.