Sin importarles el riesgo que representa para su integridad física y patrimonial, paracaidistas de las colonias
Lealtad I y II fincan sus viviendas en el caudal del arroyo que actualmente no lleva agua, pero que en
temporada de lluvias podría ser un peligro para quienes edificaron ahí sus hogares.
Desde pequeños jacales, pies de casa, hasta grandes construcciones se encuentran a los alrededores de los
arroyos e incluso sobre los mismos, que se pueden ver entre las calles Zubirán y 39ª, Justiniani y 21ª y media
y Sexta y Jóvenes Vanguardias.
Aunque la mayoría de los habitantes afirman que llevan años viviendo en esos lugares, por lo que han perdido
el miedo a alguna catástrofe, algunos de los más experimentados señalan que los arroyos que cruzan la
colonia sí han traído fuertes corrientes.
Aseguraron también que las personas llegan y construyen sin consultar a nadie, empiezan con pequeñas casas
hechas de madera y que al paso del tiempo van consolidando como viviendas de block o ladrillo.
Otra de las problemáticas que conlleva esta práctica es la gran cantidad de basura que se acumula en los
arroyos, así como el hecho de que se utilizan como vertederos de basura y animales muertos, que afectan
incluso a los mismos moradores de estas viviendas.