Rusia
mató más civiles que el ejército sirio y el grupo islamista Estado Islámico
(EI) en Siria en enero, según el observador independiente Red Siria por los
Derechos Humanos (SNHR).
Un
informe de la organización, que usa servidores públicos civiles sirios en las
provincias del país para verificar las noticias de muertes, afirma que durante
el mes pasado los ataques aéreos rusos mataron a 679 civiles, de los cuales 94
eran niños y 73 eran mujeres.
Esto
es más alto que el cálculo de cuántas personas el gobierno sirio supuestamente
ha matado en el mismo período de tiempo.
EI
fue el grupo islamista más mortífero en enero, responsable de las muertes de 98
civiles. Eso es más que el frente Al-Nusra afiliado con Al-Qaeda, que fue
responsable de 42 muertes. El número total de civiles muertos en Siria fue de
1 382.
Según
la SNHR, la cantidad de muertos por Rusia se comprende en gran medida de
ataques a ciudades disputadas como Deir ez-Zor, Alepo, Idlib y Al Raqa,
mientras que el objetivo más grande de los avances militares sirios ha sido los
suburbios de Damasco.
La
SNHR afirma que las fuerzas leales a Assad y los militares rusos han “violado
los principios de las leyes internacionales de derechos humanos que protegen
los derechos a la vida”.
“Toda
la evidencia y los testimonios de testigos presenciales demuestran que más de
90 por ciento de los ataques en general e individuales fueron contra personas y
puntos civiles”, afirma el informe.
El
Ministerio de Defensa ruso no estuvo inmediatamente disponible para responder
al informe, pero Moscú con anterioridad ha negado en repetidas ocasiones que
las operaciones rusas provoquen algún daño colateral a los civiles.
El
mes pasado, el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov, quien celebra
sesiones informativas de prensa con regularidad sobre los ataques aéreos, dijo
que la fuerza aérea rusa “ni siquiera planea ataques aéreos contra tales
objetivos en caso de una amenaza de muertes civiles”.
En
diciembre, el coronel general de la fuerza aérea Viktor Bondarev desestimó las
acusaciones de Human Rights Watch de que sus pilotos tal vez hayan soltado
bombas de racimo sobre civiles, presumiendo que sus pilotos “no han errado
siquiera una vez mientras han estado [en Siria]”.