La Misión de Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA, por su acrónimo en francés) informó este martes que su comandante en jefe, Parfait Onanga-Anyanga, se reunió el lunes con cascos azules en ese país, a fin de abordar el tema de los abusos.
Onanga-Anyanga expresó que no habrá complacencia con los responsables ni con los cómplices de esas acciones, que dejan un trauma profundo en la vida de gente vulnerable y que, además, manchan el honor de los cascos azules, de sus países de origen y de la ONU. “En las operaciones de paz de Naciones Unidas no hay cabida para quienes traicionan la confianza de la gente a la tienen que ayudar”, afirmó.
La MINUSCA señaló que, junto con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), estudia medidas para combatir entre sus efectivos los abusos y la explotación sexual.
Añadió que se prevé la protección de los denunciantes de este tipo de transgresiones, y el establecimiento de una brigada policial para identificar a los responsables de los abusos.
Por su parte, el portavoz de las Naciones Unidas, Stephan Dujarric, anunció en su conferencia de prensa diaria que un equipo de investigadores está en camino para realizar las pesquisas, y agregó que los países de los supuestos agresores han sido notificados. Agregó que personal del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) visitó a las cuatro presuntas víctimas, a quienes otorgó ropa, zapatos y estuches de higiene personal, y que les brindará atención médica y orientación psicológica.
Apenas el 17 de diciembre pasado, un informe elaborado por un panel de investigadores independiente determinó que la respuesta de la ONU a los casos de abuso sexual contra niños en la República Centroafricana reveló “graves fallas institucionales”.
Comisionado por la propia ONU, el informe fue realizado luego de que soldados franceses, chadianos y de Guinea Ecuatorial fueron implicados en 2014 en abusos sexuales contra menores de edad mientras protegían a la población civil en la nación africana.
Según informes previos de la ONU, a cambio del abuso, los soldados daban dinero o comida a niños de hasta nueve años de edad, en una zona devastada por un conflicto que desde 2013 ha causado la muerte de miles de personas y desplazado a medio de millón de centroafricanos.
Los cascos azules implicados en tales abusos fueron desplegados al seguir una resolución del Consejo de Seguridad, aunque aún no estaban bajo el comando directo de las Naciones Unidas, a diferencia de los soldados señalados este martes.
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Con información de Notimex