Durante 2015, el conflicto en la Sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se acrecentó tras la baja del sistema educativo de los exdirigentes Moisés Jiménez y Alejandro Soto Gutiérrez, quienes –junto a Mirna García López, señalada como responsable de un robo agravado por 123 millones de pesos, pero liberada bajo las reservas de ley–, encabezan un grupo opositor al actual secretario general, Francisco Sinuhé Ramírez Oviedo, que busca recuperar el Comité Seccional en el próximo congreso extraordinario.
“Estos personajes, todos ellos, todo ese muy compacto, pero al final de cuentas bloque opositor de la institucionalidad del SNTE, están dando sus últimas muestras de lucha, de pugna por recuperar lo perdido”, afirmó Ramírez Oviedo.
Lo perdido, según él, es “un imperio” conformado con los recursos del gremio.
Los tres exsecretarios, por su parte, lo acusaron de “traición” y de “entregar” al gobierno estatal al magisterio. “Ya la historia lo juzgará”, dijo recientemente Jiménez Sánchez.
“Señalan que soy un traidor por haber defraudado la confianza de quien me puso aquí. Quien me puso aquí fue mi trabajo, primero que nada. Me puso aquí un congreso seccional, mis compañeros”, respondió Sinuhé Ramírez, que también negó que su elección como dirigente sindical se llevara a cabo por imposición. Por lo mismo, agregó, él no elegirá sucesor.
“Ellos deberían de revisar su actuar y los traidores vendrían siendo ellos por haberle fallado al magisterio”, señaló.
El secretario general negó que todos los familiares directos de los tres últimos exdirigentes sindicales, que ocupaban comisiones o las plazas mejor remuneradas dentro de la estructura educativa, como Mario Vera García, quien estaba adscrito como profesor investigador de enseñanza superior nivel B, fueran dados de baja, en represalia, tras la ruptura que tuvo con Soto Gutiérrez, Jiménez Sánchez y García López.
“Quien está desempeñando su tarea, quien cumple con su responsabilidad, sigue laborando. Quieres perdieron su empleo, según el informe que tengo de la Secretaría de Educación Pública, son quienes no estaban trabajando y se les comprobó que antes de este proceso, de esta investigación, tampoco lo estaban haciendo”, afirmó.
“Que coincidentemente algunos son familiares, pues sí”, añadió.
Moisés Jiménez fue dado de baja del sistema educativo el 17 de abril por “irregularidades y faltas laborales” acreditadas por la SEPH. Sin embargo, su esposa María del Carmen Aguilar Orozco labora en la jefatura de sector primaria general No. 13 como apoyo técnico pedagógico, y sus sobrinas Kenia Carolina y Sara Primavera Jiménez Ramírez, en las primarias 11 de Julio, adscrita a la biblioteca, y Frida Kahlo, donde imparte la asignatura de inglés, respectivamente, según un documento de la Secretaría de Educación al que Criterio tuvo acceso en agosto pasado.
El líder del SNTE hizo alusión a una “complicidad perversa para proteger a quienes no estaban laborando” para justificar que quienes fueron dados de baja no hayan sido sancionados por la SEPH en otros periodos.
Complicidad “tanto en ellos, como líderes, como en algunos directivos” de la dependencia educativa, quienes, dijo, “por temor a represalias” cubrían esas irregularidades.
Tras un año en el que se conformaron dos grupos en el sindicato, uno afín a Moisés y otro que respalda al actual secretario, Francisco Sinuhé asevera que “bajo ninguna circunstancia” permitirán que los exdirigentes vuelvan al magisterio y recuperen la dirigencia.
“Estos personajes ya no representan nada para el sindicato, absolutamente nada”, remató.