martes, la Organización del Tratado del Atlántico
Norte (OTAN) celebrará hoy una reunión de emergencia para analizar la situación
que ha sido considerada como “grave” por Rusia y diversos líderes europeos.
La cita del Consejo del Atlántico Norte,
principal órgano de decisión de la alianza militar internacional, fue
solicitada por las autoridades turcas y se lleva a cabo en Bruselas,
ciudad que se encuentra en un nivel de alerta máxima por amenazas de atentados
y donde se encuentra la sede de la OTAN.
El secretario
general de la OTAN, Jens Stoltenberg, lanzó un llamado de “calma” e instó
al diálogo de ambas partes, en una breve conferencia de prensa.
“Somos
solidarios con Turquía y apoyamos la integridad territorial de nuestro aliado
turco dentro de la OTAN. Se trata de un incidente serio. Hay que evitar que la
situación se vaya fuera de control”, indicó.
“La
diplomacia y la desescalada son importantes para resolver esta situación”,
insistió alentando los contactos entre Ankara y Moscú.
Por su parte,
el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, pidió que se tomen
“medidas urgentes para calmar las tensiones” tras el incidente en el
que un avión militar ruso fue derribado por Turquía, indicó su portavoz,
Stephane Dujarric.
Ban
“espera que una investigación creíble y completa de este incidente permita
clarificar los acontecimientos y evitar que se repitan”, agregó.
El secretario
general reafirma también que “todos los que se involucraron en actividades
militares en Siria, y en particular en las incursiones aéreas”, deben
esforzarse en evitar incidentes de este tipo y “las pérdidas de
civiles”.
Actualmente son 28
representantes permanentes de la OTAN y buscarán aclarar el conflicto con base en el artículo 4 de la Alianza, que estipula que
los firmantes del Tratado de Washington “se consultarán” cada vez que
“la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de
una de las partes se vea amenazada”.
La tensión entre los dos países se
incrementó en los últimos días tras una serie de bombardeos rusos que según
Ankara, afectaron a localidades de la minoría turca de Siria.
Ankara y Moscú están enfrentados en el
conflicto sirio, que ha dejado más de 250 000 muertos desde 2011. Rusia, con
Irán, constituye el último apoyo al régimen de Asad. En cambio el presidente
turco islamo-conservador Recep Tayyip Erdogan exige que el presidente sirio
deje el poder.
Turquía había levantado la voz en octubre
por dos supuestas violaciones de su espacio aéreo por parte de la aviación
rusa, que efectúa una campaña militar contra el gobierno de Bashar al-Assad, en
Siria, y es que apenas el mes pasado Ankara dijo que sus F-16
habían interceptado un jet ruso que cruzó hacia su territorio y que dos jets
turcos habían sido hostigados por un MiG-29 no identificado; sin embargo, es la primera vez que un avión
de combate ruso es derribado.
El mes pasado, aviones turcos derribaron
un dron de supuesta fabricación rusa que también había violado el espacio aéreo
de ese país, lo cual fue considerado como una primera agresión de Turquía hacia el país gobernador por Putin.
El incidente de este martes se produce cuando Rusia y diversos
países europeos han unido fuerzas para enfrentarse al Estado Islámico, a raíz
de los sangrientos atentados terroristas en París. Además del trágico ataque a un
vuelo comercial ruso que sobrevolaba en Egipto en el que murieron más de 200
personas, entre ellos varios niños.
TENEMOS
DERECHO A DEFENDER NUESTRO TERRITORIO: TURQUÍA
Mientras el Estado mayor turco afirmó que
el cazabombardero ruso fue advertido “diez veces en el espacio de cinco
minutos”, Rusia cataloga este ataque como una “puñalada por la espalda” y
advirtió que “habrá consecuencias graves” por el hecho.
“Hacia las 09H20 (07H20 GMT), un
avión (…) violó el espacio aéreo turco, pese a numerosas advertencias. Dos de
nuestros aviones F-16 que patrullaban en la zona intervinieron”, precisó
el ejército turco.
Rusia admitió el derribo, pero aseguró
que el aparato, un cazabombardero de tipo Sukhoi Su-24, volaba dentro del
espacio aéreo sirio, no turco.
El Su-24 se estrelló en el extremo
noroeste del territorio sirio, al norte de Latakia, escenario desde hace varios
días de violentos combates entre el ejército fiel el presidente Bashar Al Asad,
apoyado por la aviación rusa, y los rebeldes.
El aparato “se hallaba
exclusivamente en el espacio aéreo sirio” y volaba a una altura de 6000
metros cuando fue derribado, según el ministerio ruso.
Por su parte, el primer ministro turco Ahmet Davutoglu
justificó la decisión de derribar un avión de combate ruso, que según Ankara
había violado el espacio aéreo turco, por el “deber” de defender las
fronteras de Turquía.
“Todo el mundo debe saber que es
nuestro derecho internacionalmente reconocido y nuestro deber nacional tomar
todas las medidas necesarias contra cualquiera que viole nuestro espacio aéreo
o nuestras fronteras”, declaró Davutoglu en un discurso pronunciado ante
la prensa.
Las fuerzas de la oposición
siria indicaban que uno de los pilotos había muerto atacado por los rebeldes
tras eyectarse del avión, el estado mayor ruso lo confirmó, mientras tanto el otro continuaba desaparecido.
COMIENZAN
LAS “CONSECUENCIAS”
Después de que Putin advirtió que habría
“graves consecuencias”, horas más tarde su ministro de Asuntos Exteriores,
Sergey V. Lavrov, canceló una visita programada el miércoles a Turquía.
Por su parte el ministro de Exteriores
alemán Frank-Walter Steinmeier instó el martes a Rusia y Turquía a actuar con
“cautela” y “sensatez.
Mientras que el ejército de Estados
Unidos respaldó las declaraciones de militares turcos, según las cuales
advirtieron varias veces al avión ruso antes de derribarlo cerca de la frontera
con Siria.
Según un vocero del Pentágono, aún no
está claro de qué lado de la frontera estaba volando el avión de combate ruso,
y podría tomar tiempo analizar la información antes de llegar a determinar el
punto exacto.
(Con información de BBC, AFP y NYT)