En medio de escenas de un drama político sin precedentes, los guatemaltecos votaron a favor de un cambio importante en la primera ronda de la elección presidencial el 6 de septiembre. Por el momento, le otorgaron el primer lugar a un actor cómico. Sin embargo, aún no resulta claro si esto propiciará una renovación política o una nueva ronda de las mismas acusaciones de corrupción que derrocaron al presidente y al vicepresidente anteriores.
Una extraordinaria movilización ciudadana acompañó a la votación, junto con investigaciones judiciales por acusaciones de corrupción. Apenas tres días antes de la votación, esto provocó la renuncia y posterior detención del presidente del país. Los guatemaltecos acudieron a las urnas en cantidades récord, dando a Jimmy Morales, un comediante con poca experiencia en la política, el mayor porcentaje de la votación. Fue seguido por la ex Primera Dama Sandra Torres. Su éxito logró expulsar al favorito anterior, el empresario Manuel Baldizn, de la segunda vuelta electoral a realizarse el 25 de octubre.
En las calles, en las conversaciones en los cafés y en las llamadas a los programas televisivos, los ciudadanos siguen exigiendo una mayor transparencia en los gastos gubernamentales y de campaña. Saben que las investigaciones judiciales han debilitado, pero no eliminado, el nexo entre la política y los negocios ilícitos. Sin embargo, para que los extraordinarios sucesos de 2015 fueran preámbulo de un proceso más profundo de reforma política, los reformistas deberán convertir su movilización callejera en una participación cívica organizada.
Los fiscales han llevado a cabo una amplia campaña anticorrupción con la ayuda de laComisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un organismo híbrido creado en 2006 con ayuda de Naciones Unidas para investigar y desmantelar a los grupos ilícitos que operan dentro de las instituciones del Estado.Como lo detalló el Crisis Group en abril, el escándalo surgió cuando salió a la luz una red conocida comoLa Línea que supuestamente omitió el pago de derechos de aduana a cambio de sobornos.
El caso involucraba a la ex vicepresidente Roxana Baldetti, que renunció en mayo, antes de requerir al mismo Presidente Otto Prez Molina, después de que, el 1 de septiembre, el Congreso votó unánimemente a favor deretirarle su inmunidad presidencial. En un hecho sin precedentes en la historia guatemalteca, la vicepresidente y el presidente están ahora bajo custodia y enfrentan cargos de corrupción. El nuevo presidente, Alejandro Maldonado, un jurista veterano nombrado para suceder a Baldetti, asumió el cargo a través de los procedimientos legales establecidos, como lo solicitó el Crisis Group, y presidió las elecciones.
El comediante televisivo Jimmy Morales enfrentará a la ex primera dama guatemalteca Sandra Torres en una segunda vuelta de la votación presidencial el 25 de octubre.
Morales, ganador de la primera ronda, se benefició del hecho de que su nombre ya era conocido y de su condición como agente externo a la clase política criticada por los manifestantes. Siendo un evangélico protestante, su tendencia es conservadoray se promovió con el sencillo lema de “ni ladrones ni corruptos” . A los críticos les preocupa su inexperiencia,que él mismo reconoce, y el apoyo recibido por parte degrupos de militares veteranos comprometidos con evitar la realización de más juicios sobre los abusos de derechos humanos perpetrados durante el conflicto armado interno del país, que duró 36 años.
Sandra Torres es conocida por haber implementado programas sociales que fueron populares en las áreas rurales durante el gobierno de su ex esposo Álvaro Colom (2008-2012). Sus opositores la muestran como una radical, aunque ella ha tratado de desplazarse más hacia el centro nombrando como compañero de campaña a un empresario con estrechos lazos con los principales consorcios del país. Tiene la ventaja de contar con la estructura sólida de un partido nacional, aunque las autoridades electorales y elCICIG la han acusado de prácticas injustas durante la campaña y sus críticos señalan otras graves acusaciones.
Un manifestante escala las columnas de la Catedral Metropolitana de Guatemala. Crisis Group/Arturo Matute.
Quienquiera que sea el vencedor en la segunda elección del 25 de octubre, enfrentará a un Congreso dividido. Aunque Baldizn no logró llegar a la segunda ronda, su partido Líder tiene el mayor número de miembros en la legislatura nacional, con 37 legisladores. El partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) obtuvo 28 escaños en la asamblea, los cuales podrían permitirle establecer alianzas con grupos afines, como el partido TODOS del expresidente Alfonso Portillo y otras agrupaciones menores.
Esto podría ayudar a UNE a impulsar un programa de reformas que, de acuerdo con Torres, es su objetivo. Para refutar a los críticos que se muestran escépticos del compromiso de cambio de UNE,Torres ha solicitado al Congreso que apruebe las reformas antes de la nueva legislatura, aunque esto podría ser una táctica de campaña para obtener el apoyo de las clases medias urbanas, donde obtuvo el apoyo más débil. La segunda vuelta podría ser muy cerrada. Se espera que morales obtenga gran parte del voto urbano, mientras queTorres podría obtener los votos de los antiguos partidarios de Baldizn en municipalidades predominantemente rurales. El ganador asumirá el cargo el 14 de enero de 2016.
Mientras tanto, el presidenteMaldonado ha prometido responder a las demandas de los manifestantes a favor de una reforma política, instando al Congreso actual a aprobar enmiendas a las leyes electorales antes de la segunda vuelta. Su gobierno provisional tambiénenfrenta una difícil situación fiscal, que exigirá que el gobierno distribuya cuidadosamente los fondos entre las instituciones públicas más importantes, especialmente, los hospitales, las prisiones y la policía.
Comentarios dejados en un enorme lienzo en la plaza central de la Ciudad de Guatemala durante una protesta masiva realizada el 27 de agosto, pocos días antes de que el expresidente Otto Prez Molina renunciara tras un escándalo de corrupción. Crisis Group/ Arturo Matute
El presidente presentó una lista de tres candidatos para la vicepresidencia, de los cuales el Congreso eligió a Alfonso Fuentes Soria, ex rector de la Universidad Nacional y director de la Comisión Presidencial de Derechos Humanos durante el gobierno de Alfonso Portillo. No resulta claro si Maldonado, Soria y su gabinete recientemente nombrado poseen las habilidades y el peso político para impulsar las reformas.
Grupos de ciudadanos, asociaciones de negocios y activistas se han unido durante la crisis yhan alcanzado un consenso básico sobre un programa mínimo de reformas que establezca regulaciones más estrictas para los partidos políticos y la financiación de las campañas políticas, un contralor con poderes para supervisar las transacciones públicas, una mayor transparencia en las adquisiciones del gobierno, la mejora de un servicio civil basado en méritos,el refuerzo de la independencia de jueces y magistrados y el fortalecimiento de las capacidades del Ministerio Público para investigar la corrupción.
Por desgracia, es poco probable que la mayoría de los legisladores apoyen las reformas ahora que ya no cuentan con el incentivo para responder a las demandas de los ciudadanos, el cual estaba implícito en sus campañas de reelección. Sin embargo, podría no ser muy inteligente pasar por alto la nueva voluntad popular. La sociedad guatemalteca ha madurado mucho más rápido que su sistema político, movilizando a las personas e intensificando las demandas de un cambio político.
Aún queda mucho por hacer para cumplir las promesas hechas en 1996, cuando se logró un acuerdo de paz que no sólo ofrecía terminar con la guerra civil, sino propiciar una mejor democracia en Guatemala, basada en la transparencia, la rendición de cuentas y un mejor imperio de la ley. Las protestas pacíficas y la participación social, combinadas con un mayor escrutinio judicial, han demostrado ser los mejores medios disponibles para obligar a los políticos a representar de mejor manera el interés público.
Si ni siquiera estos mecanismos pueden impulsar las reformas democráticas, la sociedad se arriesga a optar por demandas y medios más radicales, prolongando la crisis y, quizás, provocando una caída en la violencia. Los extraordinarios avances logrados durante 2015 son una oportunidad que Guatemala no debe perder.