MONTERREY, NUEVO LEÓN.— En noviembre de 2012, Rodrigo Medina, en su calidad de gobernador de Nuevo León, presentó públicamente el Programa de Ordenamiento y Fortalecimiento Integral de las Finanzas del Estado. Mediante recorte de personal, una reducción de salarios entre miembros del primer círculo de funcionarios, la eliminación de gastos de representación, bonos para gasolina y teléfono y una reestructuración de la deuda, dejarían de gastarse 3644 millones de pesos el año siguiente.
Los resultados de ese plan fueron expuestos ante el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, en febrero de este año. De acuerdo con el gobierno de Medina, el funcionario quedó complacido con los números que le llevaron.
De todo ello la sociedad se enteró a través de comunicados de prensa. Así que cuando, siete meses después, parte de esos mismos ciudadanos presenciaron en vivo que en realidad el gobierno de Medina cerraría el año fiscal con un déficit en sus finanzas públicas de por lo menos 6000 millones de pesos, se sintieron defraudados.
“No sé en qué momento perdimos esto”, dijo sobre ello Manuel González, el asesor político de Jaime Rodríguez, durante una entrevista radiofónica a principios de septiembre. “No sé en dónde se desvió esto para llegar a los extremos que hemos llegado”.
González, el primero de los elementos convocado por Rodríguez al iniciar su movimiento en pos del gobierno del estado, encabezó la mesa política durante la fase de transición, cuyas rondas sentaron un precedente al transmitirse de manera directa por internet.
Las cifras halladas durante ese proceso salen de toda cordura administrativa. El gobierno que se va gastó, al menos de manera formal, 4000 millones en comunicación social, y dejó sin transferir de análogo a digital el canal oficial de gobierno, que requería de 100 millones. Números mayores relucieron durante la entrega de la cuenta administrativa, en la que se supo que el gobierno dispuso de 15 000 millones para reparar los daños causados por los huracanes Alex e Ingrid.
“Hay licitaciones mal hechas, asignaciones mal hechas, malos ejercicios. Cualquier cantidad de problemas que nosotros vamos a sacar a la luz pública”, resumió González durante aquella aparición en el programa de radio digital Calzada Política.
González se refirió a “delitos y malos manejos administrativos” cometidos por el gabinete de Medina, y en una entrevista con Newsweek en Español, Jaime Rodríguez dijo a su vez que lograron identificar varios de los nudos en donde puede radicar una ilegalidad, y que por ello decidieron contratar los servicios de una auditoría privada. La idea es fincar responsabilidades legales y administrativas si logran demostrarlo.
Como sea, ya existe un juicio ciudadano. No sólo es que perciban al gobierno de Rodrigo Medina como el más corrupto de la historia regional, sino que lo repudiaron rotundamente el 7 de junio, cuando concedieron a Rodríguez un nivel de votos que, ni juntos PRI y PAN, pudieron alcanzarlo.
“El mensaje fue muy claro: la elección se convirtió en un referéndum al gobierno, y en gran medida en un voto de castigo a esa corrupción”, dice el consultor político Mentor Tijerina. “Ahora la expectativa ciudadana es muy alta. El mensaje del voto es que se investigue la corrupción. La gente no le va a perdonar a Jaime que no investigue y castigue a los funcionarios que desviaron recursos públicos”.
Rodrigo Medina ha guardado silencio. Rechazó cinco solicitudes de entrevista durante septiembre. Fue el estilo a través de su mandato.
Antes de gobernar Nuevo León, Medina fue una figura menor dentro del cuadro de la política local. Se desempeñó como secretario particular del exgobernador Natividad González Parás, quien luego lo promovió para que fuera diputado federal, subsecretario y secretario de Gobierno.
“Nunca figuró como un hombre de talento”, dice Tijerina. “Y como tal, uno de los errores estratégicos que cometió fue haberse empeñado con Ivonne Álvarez como candidata. Perdió piso. Pensó que 2015 era 2009 y que así como Natividad lo impuso como candidato, él podía hacer lo mismo. Sobreestimó su capacidad política y buscó la continuidad”.
La continuidad tenía el propósito de garantizar impunidad, considera el consultor.
Los 15 000 millones que, hoy se sabe, fueron manejados tras los huracanes, será por ejemplo uno de los puntos de análisis más acuciosos que ordenará el gobierno entrante. “Hay carreteras destruidas por todo el estado”, señaló Jaime Rodríguez como referencia.
Lo mismo existe falta de mantenimiento en el sistema de transporte Metro, en donde estalló uno de los mayores escándalos de corrupción de la administración saliente al descubrirse que uno de sus directores, allegado a Medina, colocó taquillas paralelas a las de la empresa para desviar los ingresos a cuentas personales.
Mentor Tijerina recuerda otro caso dentro del círculo de colaboradores impuestos por el gobernador saliente.
“Desaparecieron 300 000 placas del Instituto de Control Vehicular. Y no fue el hecho de las placas lo que desató la indignación, sino que afloró un modus operandi dentro de la dependencia, que era comprar 30 por ciento de placas fantasmas, lo cual en realidad era un moche. Cada que se cambiaban las placas se pedían placas de más, y hubo un momento en que las placas simplemente no estuvieron. Inventan entonces que desaparecieron las 300 000”.
En ninguno de los casos hubo consecuencia penal, sólo se les destituyó.
Rodríguez no quiere anticipar escenarios con demandas judiciales. Sólo dice que en las condiciones desastrosas en las que recibe la administración, deben aplicarse medidas extremas. Así que despedirá de entrada al 30 por ciento de los burócratas, que demandan 60 000 millones de pesos al año. El Congreso ha negado otro endeudamiento al gobierno, y el mismo gobernador entrante dice que ni siquiera la pensó.
“Hay una emoción en el estado de cambiar el gobierno. Eso es algo que debemos aprovechar. […] Este no va a ser un gobierno de ocurrencias. Siempre el que llega dice: cien obras en cien días. Y luego anda pariendo cuates cabrón porque luego no sabe qué obras son las que tiene que hacer. El que viene será un año muy duro”.
Medina no sólo enfrentará una auditoría puntual, también una privada. Aldo Fasci, que fue subprocurador, secretario de Seguridad Pública, presidente del Comité Ciudadano de Seguridad y dirigente local del PRI, investigó la adquisición de bienes en Nuevo León y Texas a él, a su hermano y a su padre. Los acusa de haberlo hecho con dinero sustraído de las arcas públicas.
Mentor Tijerina dice que ello no es inconcebible. El de Medina fue un gobierno excluyente, en el que se benefició con asignación de obra pública a un puñado selecto de amigos del gobernador, conocido como Grupo Allende. “Eso fue parte de lo que provocó la estrepitosa caída de su candidata. Muchos de los excluidos lo que hicieron fue cobrársela. Jaime Rodríguez y Aldo Fasci son parte de los excluidos. Y las consecuencias ahí están”.
El asesor en estrategia mediática Francisco Tijerina Elguezabal ha estado en el juego de las adversidades políticas, dentro y fuera de México. Como tal, recomienda no entusiasmarse demasiado con la idea del castigo a Medina.
“Se habla mucho, pero se ha demostrado poco. Se necesita esperar a que concluyan las auditorías”, dice. “La lógica mexicana es que todo el dinero transita a un acto de corrupción, si bien es cierto que en este proceso de transición lo que se está hallando es puro mugrero. Pero falta ver, porque esto puede convertirse en una Navidad sin regalos o con regalos que no cumplen la expectativa”.
En el programa de radio por internet, Manuel González anunció que el gobierno encabezado por Rodríguez será igual de extraordinario que la fase de transición, y completamente transparente. De Jaime Rodríguez se cree que es sólo un hombre a caballo, pero nadie repara en la agenda social que trae, en el fondo de lo que entiende como fundamental en el ejercicio de gobierno. Sabe dónde está el daño y por ello no emitió dudas respecto a lo que viene.
“Hay que ser normales y volver al origen. Eso va a ser lo extraordinario”, dijo.
“Si fallo, me cuelgan en la Macroplaza”
Nuevo León se hartó de la corrupción y otorgó un millón de votos a Jaime Rodríguez Calderón, convirtiéndolo así en el primer candidato independiente de la historia en obtener un gobierno estatal. Recibe un estado en crisis, y los ciudadanos claman justicia. El Bronco promete dárselas… (leer entrevista completa)