A finales de junio, un ruso de cabello corto y 41 años de edad, con una camisa negra y chaqueta marrón, entró a una sala de juzgado en Bonn, Alemania. Su rostro y apariencia no tenían nada de especial, pero muchos reporteros, en su mayoría rusos, estaban allí, ansiosos por ver finalmente a Sergei Maksimov, el hombre que supuestamente había aterrorizado la blogósfera rusa por años, posiblemente bajo órdenes del Kremlin.
La fiscalía sostiene que Maksimov es Hacker Hell, un criminal cibernético que, desde finales de la década de 2000, se ha metido en las cuentas de correo electrónico y LiveJournal de eminentes blogueros rusos y activistas de la oposición. Después de tener acceso a un blog, Hell usualmente eliminaba todo su contenido y escribía entradas en un ruso deliberadamente incorrecto, lleno de lenguaje obsceno y comentarios antisemitas y homofóbicos. Él también mantenía un blog personal, llamado Inquisición Virtual, donde festejaba sus logros.
Dado que el gobierno controla casi todos los medios de comunicación tradicionales de importancia en el país, internet se ha convertido en la última área donde se puede dar un debate público real en Rusia. También se ha convertido en un campo de batalla, donde los hackeos, robos de datos y otras formas de guerra cibernética se usan para exponer, comprometer y dañar a los enemigos, tanto en la oposición como en el gobierno. Sin importar si Hell era un peón del gobierno o no, el caso ofrece un vistazo raro a la guerra imprecisa entre los piratas informáticos internos de Rusia.
Hell se hizo de muchísimos enemigos al paso de los años. Hackeó a blogueros y políticos populares, publicistas y escritores, y dos veces hackeó las cuentas de correo electrónico y Twitter de Alexei Navalny, un líder de la oposición rusa. Al final, sus enemigos le pasaron la factura. Dos periodistas que fueron blancos de Hell se empeñaron en descubrir quién era él (y publicar sus resultados en un blog, empezando en 2010). Después de juntar varias pistas que Hell dejó en sus entradas (su grado académico en una universidad moscovita, su residencia alemana, un altercado físico con otro bloguero que sucedió antes de que comenzara su cruzada), llegaron a la conclusión de que Hell era Maksimov, un ruso que se mudó a Alemania en 1997. En 2012, Navalny contrató a un abogado alemán que persuadió a la policía local de investigar a Maksimov.
Para ello, el equipo de Navalny tenía que entregar evidencias y, entre otras cosas, traducir las entradas de Hell al alemán. Según el recuento del periódico en línea Meduza del juicio en Bonn, cuando la policía llegó a la casa de Maksimov con una orden de cateo, a finales de 2013, hallaron una libreta firmada con el nombre “Hell” y un documento llamado “Evangelio según Hell”. Después de revisar su disco duro, descubrieron miles de correos electrónicos escritos por Navalny y su esposa. También descubrieron que Maksimov tenía acceso a una cuenta de correo electrónico que usaba el nombre de Hell. La pregunta secreta para recuperar la contraseña en esta cuenta de correo era “¿Cómo me llamo?” La respuesta era “Maksimov”, según el testimonio de un agente de la policía ante la Corte.
Maksimov está acusado de falsificación, acoso y robo de datos. La sentencia máxima que podría recibir es de tres años en prisión.
Los blancos de Hell eran principalmente blogueros de la oposición y políticos liberales, razón por la cual algunos piensan que era una herramienta del presidente ruso Vladimir Putin. Cuando él se metió en las cuentas de correo electrónico y Twitter de Navalny por segunda vez, en junio de 2012, el hackeo sucedió días después de que la laptop y el teléfono celular del político fueran confiscados por fuerzas de la ley en un cateo. Algunos de los hechos mencionados en los correos electrónicos publicados por Hell luego fueron utilizados por las autoridades rusas en demandas que le hicieron a Navalny. Hell dio varias entrevistas a publicaciones progobiernistas, declarando que había actuado por su cuenta y quería demostrar que Navalny era “un fraude”.
Nadie ha dado pruebas de que Hell trabajase para el gobierno, pero tal especulación sigue la línea de una investigación de Newsweek sobre los hackers rusos y un reporte reciente de The New York Times diciendo que el gobierno ruso tiene “fábricas” de troles de internet en su nómina. “El Estado ruso está reforzándose sin cesar, y no fortalece sus escuelas y hospitales, sino las instituciones que combaten a los enemigos que él mismo creó”, dice Anton Nossik, un pionero de internet en Rusia y uno de los mayores expertos de la industria. Añade que el Servicio Federal de Seguridad o FSB, el sucesor principal de la KGB, es conocido por usar las herramientas del crimen cibernético para atacar a la oposición. “Uno de sus métodos es simplemente pasar las cosas que ellos obtuvieron a un títere, quien luego afirma que lo obtuvo mediante hackear a alguien”. Nossik piensa que Hell era uno de dichos títeres e hizo la mayoría de sus hackeoscon información que recibió del gobierno.
El Kremlin tal vez tenga sus peones, pero algunos hackers están respondiendo. En los últimos dieciocho meses, un grupo de hackers justicieros ha filtrado de manera constante información de los teléfonos y cuentas de correo electrónico de funcionarios de alto rango en el gobierno ruso. En agosto de 2014, el grupo incluso hackeó la cuenta de Twitter de Dmitry Medvedev, el primer ministro ruso, y tuvo control de ella por cincuenta minutos, publicando tuits como: “Renuncio. Estoy avergonzado de las acciones del gobierno. Lo siento mucho” y “Algo que he querido hacer desde hace mucho tiempo: Vova [Vladimir Putin, presidente de Rusia], estás mal”.
El grupo se hace llamar Anonimnyi Internatsional (Anonymous Internacional), pero usualmente se refieren a ellos como Shaltai Boltai (la traducción rusa de Humpty Dumpty). Este es el nombre que se lee en el correo electrónico para contactar al grupo, y aun cuando los activistas sostienen que sólo es un alias de uno de sus miembros, el nombre ha pegado.
Según un representante del grupo que prefiere ser llamado “Lewis” y accedió a responder a las preguntas de Newsweek vía correo electrónico, los miembros de Anonymous Internacional decidieron usar los nombres de personajes en las historias de Lewis Carroll, porque “el mundo de A través del espejo parece apropiado para describir la realidad rusa actual”.
“Hay tanta absurdidad e incompetencia que incluso Carroll con toda su imaginación no sería capaz de describirla”, dice Lewis.
Nossik, el experto en internet, apoya eso. “La gente que provee la tecnología al gobierno es fantásticamente incompetente”, dice, y añade que aun cuando algunos órganos del gobierno son diestros en la guerra cibernética, otros no lo son. Por ejemplo, explica, doce personas están a cargo de administrar las cuentas en las redes sociales de Medvedev, y cada una de ellas conoce todas las contraseñas, así que “si alguien se emborracha en una fiesta y deja su laptop abierta, todos en la fiesta pueden tener acceso”.
Anonymous Internacional, que no parece estar vinculado al muy conocido colectivo de hackers conocido como Anonymous, llamó la atención por primera vez el 31 de diciembre de 2014, cuando publicó el discurso de Año Nuevo de Putin a la nación varias horas antes de que se transmitiera. Desde entonces, el grupo ha sido responsable de hackear la cuenta de Twitter de Medvedev y publicar la supuesta correspondencia de varios funcionarios rusos, desde un viceprimer ministro hasta el director de Roskomnadzor, el organismo gubernamental que vigila los medios de comunicación. A partir de los correos electrónicos atribuidos a los funcionarios y sus subordinados, podría inferirse que presionaron a los medios sobre cómo manipular ciertas historias, siguieron de cerca cada paso de los líderes de la oposición y pasaron cientos de horas-hombre monitoreando chistes sobre el gobierno en Twitter. Algunas de las personas cuya correspondencia fue filtrada confirmaron que los correos electrónicos eran reales; los funcionarios no hicieron comentarios.
Lewis dice que Anonymous Internacional es un “equipo [independiente] de personas unidas por propósitos comunes, uno de los cuales es cambiar la realidad”. En algunas entrevistas previas, ha dicho que los miembros del grupo financian sus operaciones con sus fondos personales; en otras, ha mencionado que clientes no revelados le pagan a Anonymous Internacional por la información. “Ambas declaraciones son ciertas”, dijo a Newsweek. “Y no todos nuestros clientes saben que somos Anonymous Internacional. Lejos de ello.”
Lewis dice que las cosas que su equipo hace por dinero también podrían tener un impacto real. “Seríamos felices si se iniciaran investigaciones después de nuestras publicaciones”, señala. “Pero nada ha sucedido hasta ahora. Esperamos que esta vez finalmente suceda, pero probablemente no muy pronto y después de un gran derramamiento de sangre. Y algunas cosas sólo las filtramos por diversión.”
El acceso que Anonymous Internacional parece gozar ha llevado a que algunos sugieran que podría estar siendo apoyado por alguien dentro del gobierno que usa las filtraciones a su ventaja en las luchas internas por el poder o por propósitos de relaciones públicas. Oleg Kashin, un eminente periodista ruso, dice que llegó a esa conclusión después de notar cuán “tamizada” estaba la correspondencia filtrada de un funcionario de la administración. “Él resulta ser una especie de personaje positivo: no roba, no orquesta crímenes, sólo es un tipo de relaciones públicas que hace bien su trabajo”, dijo Kashin a Newsweek. “En verdad pienso que esta es sólo una nueva manera de correr la voz sobre la labor de la administración de Putin para la gente que no confía en la TV rusa.”
Lewis desdeña esta teoría. “Hemos obtenido todos los documentos e información nosotros mismos, pero si alguien piensa que trabajamos para el Kremlin, en realidad no nos importa”, dice.
También dice creer que Maksimov era sólo uno de los hackers que usaban el alias Hell. “Había otros. Él sólo fue quien fanfarroneó, y ahora tiene que cargar con todo el muerto. Él es un mero cracker que usaba todos los métodos estándares para hackear simples cuentas de correo electrónico.”
En Bonn, Maksimov dijo al juez que no era responsable de los hackeos y que sólo había usado el apodo “Hell” en varios foros de discusión. También afirmó que el verdadero Hell lo ayudó a prepararse para el juicio, y que la razón por la cual tenía la correspondencia de Navalny en su computadora era que hacía una investigación sobre el caso.
Anonymous Internacional, según Lewis, está siguiendo el juicio con “compasión… este tipo sólo fue usado y desechado, como un condón”. En cuanto a los miembros del grupo, están conscientes de que también podrían ser arrestados y enjuiciados, pero “si pasa, ni modo”.
“Por lo menos, al contrario de Hell, no estaremos avergonzados de lo que hicimos.”