El año que comienza será dificultoso para las economías latinoamericanas; los bajos precios del petróleo, la desaceleración de China, la anemia en Europa y la inestabilidad que Estados Unidos ha ocasionado en los mercados financieros permiten augurarlo con certeza. Son temas que le he compartido en textos previos, y hoy los retomo a propósito del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), un esfuerzo conjunto de Chile, Perú y Colombia para integrar sus bolsas de valores.
Contar con un mercado de valores amplio, abundante en su oferta y con regulación eficiente es indispensable para cualquier nación, máxime para aquellas que sustentan sus mercados internos en el éxito de las pymes, como las de América Latina. No existe negocio que pueda funcionar a largo plazo sin tener alternativas de financiamiento suficientes, por ello la importancia de los mercados financieros: son quienes suministran el combustible a los motores de las economías.
Cierto que en América Latina los mercados de valores aún se encuentran en pañales y que las pymes están todavía muy lejos de poder acceder a ellos, principalmente por sus deficiencias de gobierno corporativo; pero precisamente por ello el tema es importante, porque en la medida que se pueda avanzar en él, habrá más oportunidades para las empresas, y con ello para las familias de quienes allí laboran. Es un tópico que debe volverse política pública prioritaria en la región, propiciaría efectos virtuosos en las microeconomías.
Sobre el MILA, los tres países lograron las convergencias necesarias en materias tecnológica, operativa y de regulación, lo que hoy tiene a sus mercados bursátiles trabajando de manera integrada y en tiempo real, pero sin perder independencia ni autonomía. Así, los inversionistas pueden comprar y vender activos financieros en los tres países, accediendo a mayores opciones y flexibilidad para sus portafolios de inversión. Desde luego, es algo que las economías de las tres naciones agradecen.
A este emprendimiento latinoamericano ya se sumó México, nación que acaba de colocar su primera emisión en el MILA y que con 136 emisoras, contribuirá a que el mercado regional sume 780 valores en circulación, una cifra muy interesante para considerarlo como polo de inversión. Sin duda que esto contribuye a paliar un poco el nebulosos panorama que para 2015 le comentaba.
Haber integrado este mercado bursátil favorece la liquidez en los mercados internos de los participantes y mejora la relación de riesgo y rendimiento para los inversionistas. Ambos aspectos son positivos para atraer inversión a los países, y también para sus sectores empresariales. Recordemos que el acceso a la diversificación es fundamental para toda inversión, y bueno, el MILA la provee.
Más allá de la coyuntura de 2015, debe señalarse que esta integración regional tiene estupenda perspectiva y que sería sano que fuera replicada por más países, es un ejemplo de los esfuerzos que deben materializarse en América Latina, al igual que la Alianza del Pacífico; que por cierto, sería sano pensar en vincular ambas iniciativas, le aseguro que algo muy efectivo nos resultaría.
Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado le corresponde a usted.