¿Lo sucedido en Misuri es un microcosmos de la incidencia en el resto de Estados Unidos?
De armas y violencia probablemente no se habla tanto en las noticias relacionadas con Estados Unidos, cuando se ha promediado aproximadamente una matanza a la semana en inmuebles educativos estadounidenses de unos años a la fecha.
Tema álgido es la discusión de si la población debe o no tener acceso a las armas que han suscitado esos muy desafortunados incidentes, los cuales han cobrado vidas inocentes. Parece un cuento de nunca acabar.
Dicha discusión se encuentra malamente aderezada con opiniones de políticos en poso a extremos de la mesa (candidatos de entre ellos), líderes religiosos con poco tacto, hasta figuras públicas se han visto señaladas en portación o uso delictivo de las armas en discusión.
Lo sucedido en Ferguson, Misuri, viene a ser un detonador para una serie de fuertes acontecimientos que sucedieron posteriormente.
Todo comenzó el 9 de agosto, cuando un elemento de la Policía (de raza blanca), después de un robo a tienda, disparó y mató a un joven afroestadounidense de 18 años, desarmado: Michael Brown.
Esto desató protestas, con severos choques contra las autoridades. Noches interminablemente sórdidas, las imágenes así lo demuestran.
El gobernador de Misuri, Jay Nixon, llamó a estado de emergencia, declaró un toque de queda, llamó a la Guardia Nacional, y se apersonó en la misma área de Ferguson, ante un descontento total, que no ha mermado, y un rechazo a la autoridad y sus actos.
Posteriormente, Nixon aceptó la renuncia a Jerry Lee como jefe de la seguridad pública estatal, para nombrar a Daniel Isom II, afroestadounidense, precisamente para calmar los señalamientos de que predomina la raza blanca entre sus mandos policiales.
Como suburbio de San Luis, con altos indicadores delictivos, Ferguson no sería un territorio fácil para aplicar cualquier medida emergente, menos aún con los cuestionamientos: ¿la Policía está demasiado armada? ¿Parece un grupo paramilitar ante civiles?
Declaraciones in situ de que lo sucedido en Ferguson “es un microcosmos (de la incidencia en el resto del país)”, esto durante las actividades sociales con distintos oradores, entre ellos los padres de Trayvon Martin, el joven estudiante de Florida fallecido a los 17 años víctima de los disparos de un “Guardia Vecinal”, George Zimmerman, quien sería posteriormente sentenciado por asesinato, a partir de airadas protestas sociales en toda la nación.
Esto ocurre desde Florida hasta Misuri, sin dejar de pensar en los barrios de las ciudades californianas o cualquier otra ciudad media, donde las armas y las zonas de tráfico controlado coexisten para no dar precisamente una sensación de libertad, en el país que se jacta de ser un paradigma con respecto a la libertad.
El mayor debate es la cobertura mediática excesivamente protagónica y si los recurrentes abusos con potentes armas de una Policía que se cuestiona que realmente busque una “seguridad y paz pública”.
Ferguson, Misuri, será un referente de lo que la sociedad civil en Estados Unidos no quiere permitirles a las autoridades a las cuales encomienda ese elemento del bien común.
La sociedad busca respuestas… y tranquilidad.
Alejandro Aguerrebere colabora en varios periódicos y programas de radio y televisión tanto nacionales como internacionales. @Alejou