Entre futbolistas, papas y terroristas, el año dará mucho de que hablar, por supuesto, al que quiera ver más allá de sus narices.
Brazuca rodará en Brasil y todos veremos el fútbol.
Antes de eso, Juan Pablo II será elevado a los altares católicos y tendrá a medio mundo expectante, y aún antes de eso estaremos presenciando las espectaculares competencias de los Juegos Olímpicos de Invierno… y gran parte del año mediático se nos irá en eso, en un 2014 que se nos presenta como poco emocionante, mucho más si lo comparamos con años precedentes, como el 2012, que hasta incluía su profecía apocalíptica del fin del mundo.
Pasará mucho en 2014 para quien quiera verlo…, pero pasará en los rincones del mundo que la sociedad internacional del simulacro nos ha acostumbrado a ignorar, en las esquinas del planeta donde los medios de comunicación nunca sacuden el polvo, en los recovecos de la “periferia”, lejos del mundo civilizado, de donde no llegan imágenes, a donde no van los corresponsales, o donde los consorcios internacionales de información se han dedicado a simplificar la información.
Con dos supuestas amenazas de guerra mundial, el año 2013 parece ser insuperable en cuanto a conflictos, pero en el año en que se cumple un siglo de inicio de la Primera Guerra Mundial, el espectro de la conflagración planetaria no se ha desvanecido del todo, aunque evidentemente sería un tipo de guerra totalmente distinta a la que estamos acostumbrados. Las guerras entre naciones terminaron en el siglo XX, y el tercer milenio nos recibe con las guerras de naciones contra guerrillas separatistas y terroristas.
Del niño nuclear a la mariguana
El niño nuclear, Kim Jong Un, volverá a las ocho columnas, pero ahora festejando su cumpleaños, el número 31, en una de esas con básquetbol de la NBA, pero en el verano sabremos nuevamente de él, cuando se conmemore un aniversario más del armisticio de la Guerra de Corea, y el vástago de la dinastía norcoreana busque nuevamente lo que sus antecesores no consiguieron: el acuerdo definitivo de paz de las dos Coreas. Quizá lo veamos.
Otra cosa interesante nos ofrece el inicio de año, y es que Letonia ingresará a la eurozona; es decir, al grupo de países de la Unión Europea que tienen el euro como moneda común. Interesante solo por una cosa: el ingreso de Letonia muestra nuevamente el espíritu de ambición excesiva que permitió la incorporación, en su momento, de Grecia, y otros países que no cumplen requisitos que garanticen la estabilidad monetaria. Ampliar el mercado, potenciar las inversiones de los ricos y extraer a países pequeños del área de influencia rusa.
La Unión Europea, ese gran experimento social, cultural y político, puede pasar de sueño a pesadilla por la cuestión económica. Más de la mitad de los europeos, encantados con la euroidea hace una década, hoy ven a la comunidad como un club de poderosos para que los ricos hagan más dinero con los impuestos y los rescates de todos los europeos. Grecia sigue sin salir a flote, terminó por alinearse a lo que digan sus socios, en espera de algo de eurobenevolencia, mientras que más países inestables siguen engrosando la lista de los candidatos a terminar con la moneda común.
Otra cosa por demás interesante ocurre en enero, y es la entrada en vigor de la mariguana legal en el estado de Colorado, EE UU, legal con fines recreativos y sin ese eufemismo de la aplicación medicinal. Interesante no solo porque Colorado le vaya a disputar a Ámsterdam el honor de ser la capital mundial de las risas, sino por el hecho de ocurrir dentro del país que ha envuelto a todo el planeta en una estúpida guerra sin sentido contra la sustancia ilegal más consumida, sin consecuencias negativas, por la humanidad.
Por cuestiones mucho más morales que médicas, el gobierno estadounidense clasifica el cannabis como una droga de tipo 1, más peligrosa que las anfetaminas o la cocaína, lo cual es evidentemente falso. Ahora el estado de Colorado comienza uno de los más importantes experimentos sociales, que en Países Bajos ya ha ofrecido resultados: analizar el funcionamiento de una sociedad donde la “mota” circule libremente. El 2014 se nos presenta, en ese sentido, como el año en que tal vez inicie el proceso inverso dentro de esa campaña de desprestigio contra los canabinoides.
La liberación en Estados Unidos debería significar, por inercia, una liberación en México… a ver cómo nos va en un país donde somos más papistas que el papa. Y claro, Grecia podría imitar a Holanda y salir así de su marasmo económico, una de las razones para legalizarla en Colorado.
Petroolímpicos de Invierno
Febrero será difícil. La nota se la llevan los Olímpicos de Invierno, primera edición de estos juegos en Rusia y primera vez que serán en una sede de clima subtropical, pues serán en la ciudad caucásica de Sochi, en las costas del Mar Negro. Y es precisamente la ubicación geográfica lo que dará nota, y no por el clima, sino por el detalle de que esos juegos de la paz se desarrollarán muy cerca de un escenario de guerra: la región separatista de Abjasia, en la república de Georgia.
En agosto de 2008 el ejército de Georgia atacó a soldados rusos que formaban parte de un comando de cascos azules de la ONU, destacado en Abjasia desde 2004. Como respuesta, Rusia invadió la mitad de Georgia en menos de 24 horas y comenzó la guerra del Cáucaso, la amenaza de conflicto mundial de 2008, más aun porque aún teníamos a Bush azuzando el fuego y espoleando a Europa para entrar en un conflicto, nada más y nada menos que con la Federación Rusa.
Unos cuantos despliegues de poder por parte del ejército, unos cuantos discursos con amenazas veladas por parte de Vladimir Putin, y unos cortes al gas siberiano que abastece Europa, bastaron para terminar con aquel conflicto, cuyas raíces se hunden en lo más negro de la geopolítica petrolera: el dominio de las oleoductos del Cáucaso y las enormes reservas de hidrocarburos del mar Caspio.
Relacionado con este conflicto de separatismo en Georgia, auspiciado por Rusia para boicotear los petronegocios estadounidenses, está el terrorismo de Chechenia, auspiciado por Estados Unidos y la Casa Saud para boicotear los petronegocios rusos. En 2013, el ministro del exterior saudí, Bandar bin Sultán, amenazó a Vladimir Putin con reactivarle el terrorismo checheno si no se plegaba a los intereses norteamericanos en el conflicto de Siria, con lo que dejó claro que la Casa Saud, y su filial religioso-terrorista, la secta islámica wahabita, son los grandes patrocinadores del terrorismo mundial.
Así pues, unos olímpicos celebrados en Rusia, tan cerca de Georgia, de Abjasia, y de la misma Chechenia, pronostica un invierno, que por más que sea nevado, no dejará de ser candente, en la zona del mundo que, junto al estrecho de Ormuz en el Golfo Pérsico, es el lugar del mundo por el que más petróleo circula.
Los santos asuntos
Para abril y para mayo el show y los titulares estarán en manos de la Iglesia católica. El 2 de abril se cumplen nueve años del fallecimiento de Juan Pablo II, y la fecha se conmemorará, nada más y nada menos, que con la llegada a los altares del pontífice viajero, junto con otro de los papas más famosos del siglo XX, el llamado papa Bueno, el hombre que intentó, con éxito relativo, modernizar a la Iglesia en el Concilio Vaticano II.
Para la mayoría de los creyentes católicos no hay polémica: no ha habido papa más famoso y carismático que Juan Pablo II…. aunque muchos ignoran que carisma y fama no son elementos de la santidad, mientras que la complicidad en pederastia y la malversación de fondos sí deberían ser impedimentos. Pero Francisco, por más revolucionario que le resulte a muchos, volverá a las tradiciones medievales para darle gusto al rebaño.
No habría que olvidar que, como pontífice y jefe de Estado del Vaticano, Juan Pablo II se encargó de que Marcial Maciel permaneciera intocable, a pesar de que las acusaciones de violaciones a menores de edad iban en aumento. No habría que olvidar que fue quien le ató las manos a Joseph Ratzinger. También sería bueno recordar que tras la sospechosa muerte de Juan Pablo I, relacionada con un desfalco de unos 20 000 millones de dólares en el Banco Ambrosiano, Juan Pablo II dio carpetazo al tema y consiguió llenar el boquete económico con un humilde donativo del Opus Dei. No habría que olvidar, pero lo olvidaremos.
A los pocos días de la canonización de esos dos papas, y aun en ambiente de fiesta, Francisco nos tendrá en vilo, con nervios, con su visita a Tierra Santa. El papa estará en Jordania, en Israel, y desde luego, en los territorios palestinos. No es que haya un conflicto específico contra Francisco, pero la lógica de diversos grupos de rebeldes, fundamentalistas y terroristas se escapa a casi cualquier previsión. Además, claro está, su santidad cumplirá un año de pontificado en marzo de 2014, lo cual necesariamente ocupará las agendas de los vaticanistas de todo el mundo.
Detrás del fútbol
En junio pasará poco, pero se promocionará mucho: 32 grupos de 11 personas correrán tras un balón en Brasil, y será como si el mundo se detuviera; excepto, desde luego, por lo que pase en el mismo Brasil… si el gobierno permite que ocurra, y si los medios lo dejan saber.
Brasil es un espejismo. Es, junto a China, India y Rusia, una de las economías emergentes que más prometen para el siglo XXI… pero como sociedad está mucho más atrás. Lo que comparten todos los llamados BRICS, incluyendo a Sudáfrica, es que son economías poderosas con población miserable; pero los economistas no miden el bienestar social, sino la producción total del país, como si de una fábrica se tratase. Cuánto se genera sin importar cómo se viva.
Y en ese sentido, Brasil tiene mucha violencia, mucha discriminación, muchísima miseria…, pero tiene, desde luego, mejor departamento de imagen que México, por ejemplo. En Brasil los indignados son millones, son muy ruidosos y están en verdad muy indignados. Habrá que ver si sus gritos suenan más que los de los aficionados, y si el gobierno de izquierda social permitirá que estos indignados revienten públicamente la frágil burbuja que es Brasil. Por cierto que en octubre habrá elecciones en Brasil, y ahí, en esas urnas, es donde tendremos que medir el éxito del Mundial.
De unión y separatismos
La segunda mitad del año nos traerá notas separatistas en un continente europeo que trata de unirse. Pero mientras los alemanes tratan de mantener la unidad a toda costa, los catalanes y los escoceses apostarán por la división.
Será en septiembre cuando los escoceses puedan ir a las urnas a decidir si quieren seguir, o no, siendo parte del Reino Unido, al que se incorporaron oficialmente, tras decisión de ambos parlamentos, en 1707. Nada parece indicar que Escocia busque su camino por separado, pero el Partido Nacional Escocés consiguió que se legalizara el referéndum al respecto.
Todo lo contrario ocurrirá en Cataluña, donde también habrá una votación de independencia, pero en este caso no avalada, incluso señalada como ilegal, por el gobierno. Tras una accidentada historia centenaria de guerras y conflictos entre Inglaterra y Escocia, su unión fue una decisión parlamentaria, mientras que Cataluña quedó absorbida por el reino de Aragón desde la Edad Media, y este a su vez unido a Castilla en el siglo XV, para conformar España en el siglo XVI. Contra la tradición parlamentaria británica, el absolutismo real español integró a los catalanes con muchas menos consideraciones.
Hay que decir, como dato curioso pero relevante, que los catalanes irán a manifestar su deseo de separación el mismo día en que Alemania celebra la unión, pues el 9 de noviembre, cuando se festejan 25 años de la caída del Muro de Berlín, es cuando los catalanes acudirán a urnas. Así, mientras los alemanes encabezan la unidad europea, los movimientos separatistas no dejan de dar la nota. No hay que olvidar que en la Laponia noruega, el Languedoc francés, o Bélgica, el separatismo también está activo.
A 100 años de la gran guerra
Hay un gran tema en 2014 y es, nada más y nada menos, que los 100 años de que inició la Primera Guerra Mundial. Para algunos, dentro de los que me sumo, la ¡única! guerra mundial, esa que duró 30 años, entre 1914 y 1945, y que echó a luchar a las masas para defender los intereses de grandes imperios o gobiernos, y poderosos empresarios; esa en la que el nacionalismo fue el discurso para mandar a millones a matarse por causas ajenas, y en la que el supranacionalismo comunista no logró disuadirlos.
La guerra de los imperios, la guerra de los capitalistas, la guerra del colonialismo, la guerra de los recursos, la guerra de las ideologías, la guerra que mostró el rostro más oscuro de la ambición humana… la guerra que solo usó como pretexto el asesinato de Franz Ferdinand, la guerra que se venía gestando desde la Ilustración y la Revolución Francesa.
La guerra que, como se dijo, acabó con todas las guerras, con ese tipo de guerras, la guerra que marcó el fin de un mundo y el inicio de otro. Una guerra en la que se mezcló el odio religioso con el racial y el de clase, una guerra en la que las masas luchaban contra la burguesía, cuando la burguesía no terminaba de luchar contra la aristocracia. Una guerra que, tras 30 años de conflicto violento, se extendió cinco décadas más como conflicto ideológico que dividió al mundo en dos mitades antagonistas con poder de destrucción mundial.
Una guerra cuyas causas nos redujeron hasta el simplismo más burdo, el asesinato del archiduque austriaco, con lo que sus verdaderas y profundas raíces, que se hunden al menos 200 años, son desconocidas por casi todos. Una guerra tan poco entendida, que sus discursos de odio nacionalista y clasista aún tienen ecos en el siglo XXI.
De la primavera árabe al invierno islamista
Pero el gran tema de todo 2014 será el invierno islamista, la contraparte de la ficticia primavera árabe de 2011. Tras las caídas de Mubarak y Gadafi en Egipto y Libia, orquestadas por Estados Unidos y no por los tuiteros, nadie ha logrado restablecer el orden. La revolución resultó no ser democrática, sino islamista, como algunos señalamos en 2011, y los fundamentalistas tienen que ser reprimidos a diario por el Ejército, mientras que los jóvenes que se creyeron efímeramente revolucionarios, ven cómo los gobiernos surgidos son una réplica de los destrozados.
Y mientras tanto, claro está, el caos libio ha provocado que los dos millones de barriles que se producen a diario en el país, sean explotados por empresarios estadounidenses sin regulación alguna, como sucede en el otro país que será noticia sangrienta en 2014: el último petroinvento norteamericano: Sudán del Sur.
Sudán del Sur nació en 2011 tras décadas de guerra civil. La población animista y cristiana del sur se separó de los musulmanes del norte, que coqueteaban con la idea del régimen islámico; y tras un referéndum y la presión de Estados Unidos, obtuvo su independencia… casualmente de la zona petrolera del país, que hoy está en disputa entre el gobierno y las guerrillas locales.
De hecho, la gran desestabilización que la supuesta primavera árabe generó en todo el norte de África y el Magreb, ha propiciado que cada vez más grupos guerrilleros islamistas se apoderen de territorios de países que cada vez se aproximan más al estado fallido, como es el caso de Mali, donde los yihadistas llegaron a controlar el 70 por ciento del territorio hasta la llegada del ejército francés, que ahora no ve cómo salir.
Así pues, aunque no tenga un fin del mundo, como el 2012, o dos amenazas de guerra mundial, como el 2013, el 2014, entre futbolistas, papas y terroristas, dará mucho de que hablar, por supuesto, al que quiera ver más allá de sus narices.