En el rincón de un cuarto maloliente y viejo, se encontraba Rubí, que por su nombre real nadie la conocía. Rubí apenas tenía 14 años y ya era tratada como toda una señorita, a la fuerza y sin descaro fue abusada sexualmente desde los 9, la vendieron por unos cuantos pesos y la trasladaron lejos de su hogar, sin documentos y sin identidad, la obligaron a trabajar como prostituta. En una zona roja donde era permitido maltratarla, golpearla y humillarla. Ahí Rubí no tuvo escapatoria, para vivir o sobrevivir tenía que aprender a callar, a obedecer y cobrar lo que otros (el padrote y sus cómplices) le quitaban, dinero que nunca veía.
Rubí es una más del gran negocio mundial de trata de personas, o comercio de personas (en inglés human trafficking), ese comercio ilegal que se multiplica en los países que no persiguen y ni castigan a los violadores, secuestradores y asesinos. O que para hacerlo tardan años en encontrarlos. Rubí sigue ahí, llorando la niñez que nunca tuvo.
La trata es otra forma de esclavitud, la esclavitud de nuestro siglo.
Y no es necesario hablar de lúgubres escenarios, el delito se encuentra de manera clandestina y a la luz del faro en una gran avenida.
Lo cierto es que cada vez que una niña o niño desaparece, probablemente sea para explotarlo en el comercio sexua; lamentablemente no hay cifras exactas de este delito pues es obvio que hay un alta grado de casos que nunca se denuncian, y si el estatus es de “desaparecido”, aún más difícil hará su clasificación y persecución.
El centro de estudios sociales y culturales Antonio de Montesinos, dio a conocer el diagnóstico sobre relación entre la trata de personas y el feminicidio en el DF, señala que los sitios donde más se presentan actos de trata de personas son en la Alameda, Tepito y la Merced.
Los especialistas mencionan que se tiene que visibilizar el problema, generando cifras y estadísticas exactas de ambos delitos, y de ahí fijar políticas públicas para erradicarlo.
Proponen que se revise a profundidad el Código penal del DF, y trabajar de manera eficiente en la reparación del daño a las víctimas.
Gerardo Sauri, secretario de promoción de derechos humanos de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), señala que, de acuerdo a la Procuraduría de Justicia del DF (PGJDF), en el 2012 se llevaron a cabo 65 operativos en los cuales se rescataron a 65 víctimas y detuvieron a 53 sujetos por trata de persona, sin embargo destacan que las cifras son bajas en comparación con lo que realmente ocurre.
La trata, siendo un delito de talla internacional de lesa humanidad, que viola los derechos humanos tanto de la persona, como de la familia entera a quién le roban a un hijo, debería castigarse con leyes más duras.
El protocolo de las Naciones Unidas para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños (mejor conocido como Protocolo contra la trata de personas) fue adoptado en Palermo, Italia, en el 2000, y es un acuerdo internacional adjunto a la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional.
Lamentablemente, México ocupa el segundo lugar en Trata de Personas en América Latina y el Caribe. Rubí se convertirá en un número frío, si alguien no la salva; pero cómo saber exactamente en dónde está, si las entidades con mayor incidencia de desaparición de niñas y mujeres son tantas.
Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Estado de México, Hidalgo, Nuevo León, Puebla, San Luís Potosí, Tamaulipas, Tabasco, Veracruz y Zacatecas.
Rubí podría estar en cualquier sitio. Aunque ella dejó su rastro, talló su nombre en la pared de ese cuarto maloliente donde la encerraban después de atender a decenas de hombres todos los días. Y lo talló con el mismo cuchillo con el que se despidió.
Rubí ha muerto. Mientras, tú no haces nada.
Hannia Novell es periodista y conductora del noticiario Proyecto 40. Twitter: @HanniaNovell